treinta

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Todo estaba bien. Mi vieja tomó todo el drama tranquilamente, cuando yo pensaba todo lo contrario. Sobre el medio hermano de la Celeste hablaron ellas solas porque yo no quise meterme. En el tema del Santiago, mi mamá por fin me creyó cuando mi hermana le confirmó que el hueón era un psicópata.

Al otro día yo volví al colegio porque ya estaba mejor. Mi vieja me fue a dejar pa' hablar con el Santiasco. Yo lo dejé todo en manos de Dios.

Cuando vi al Maximiliano mi cara se desfiguró. Tenía el labio roto como si se hubiera agarrado a combos, y los puños todos moreteaos. Me dio más pena. Yo iba con toda la intención de retarlo por no irme a ver al otro día de mi enfermedad, pero al verlo así no lo reté po.

Me contó que se había agarrao a combos con el Santiasco y yo quería pegar el grito en el cielo, pero me puse en su lugar y yo habría hecho lo mismo si alguna maraca lo acosara.

Con cuea habían pasado 50 minutos de clases, cuando recibí un mensaje de mi vieja. Sí, me había devuelto el celular en caso de peligro.

Mamá:

Ya hablé con el maricón ese. Espero que te deje tranquila o sino dejo la cagá y le cuento a la directora.

¿Por qué me pone un punto? Tan seria que salió esta señora...

Yo:

Ya, te quiero<3

Mamá:

Yo igual.

Y el punto de nuevo po hueón.

Fue muy chistoso ver al Santiago con lentes de sol pa' ocultar su ojo morao.

─ ¡Quiero comer pizza! ─le comenté a mi mejor amigo después de terminar de mensajearme con mi vieja.

─ ¿Andai con antojos?

─No. Córtala, Maximiliano.

─ ¿Te hiciste el test, Clara?

─No me lo voy a hacer porque no estoy embarazá.

El Max suspiró y yo no lo pesqué más.

Estaba segura de que no estaba preñá y nadie me iba a sacar esa idea de la cabeza.

\\

El viernes yo estaba en mi casa como la niña buena que era. La mayoría de hueones de mi edad andaban carreteando, pero yo estaba ahí comiendo helado.

Después de que uno se enferma de la guata es primordial comer chatarra.

Pa' sorpresa de todas, mi tía volvió de su viaje. ¡Por fin! Se había ido como por un mes y medio po. Caleta. Nos quedamos hasta súper tarde tomando un licor que había traido. Y pucha, con cuea tomé un sorbo porque el Max me tenía traumá con la hueá del embarazo. Igual me iba a hacer la cagá de test la mañana siguiente.

Eran como las 3:47 de la mañana cuando me llegó un audio por WhatsApp. Era del Vicente. Aproveché de ir a mear y ahí escuché la hueá.

Vicente:

─Clara, quiero volver contigo ─sonaba medio curao─, pero lo que me hiciste no tiene perdón... Me cagaste como quisiste. ¿Nunca me quisiste de verdad entonces? Jugaste conmigo... ¡cómo fui tan hueón! Puta que me doy rabia. Me cagaste en la cara y ni caché... Y ahora apuesto que andai con ese viejo culiao. ¡Es obvio! Ya no sé qué chucha pensar de ti... Quizás con cuántos más me cagaste.

Ese fue el primer audio. Después me llegó otro.

Clara, yo todavía te amo... Volvamos... ¿O ya no me querí?

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora