veintidós

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En cuanto la Celeste echó literalmente a patás al Santiasco, me miró con una cara que me llegó a dar miedo. Era como si la hubiese poseído el cachúo.

─Soy la peor hermana del mundo... ─le dije─. Por fa, perdóname.

Ella se acercó a mí y me abrazó.

─Perdóname tú, Clarinete. Fui tan agilá. Por eso ahora sí que prometo que seré soltera por toda la eternidad.... ¿Por qué no me contaste? Pensé que me teníai confianza.

─No sé... te vi enganchá.

Ella se burló.

─Yo nunca me engancho, babe ─me recordó.

─Después te iba a contar, pero el Santiasco me amenazó con contarle al Vicho que lo había cagao y me dio miedo po.

─ ¡Hijo de la perra! ¡Agh, que tengo rabia!

─Ya, relax. Respira profundo.

Ella se tomó unos segundos y volvió a hablar.

─ ¿Y qué pasó con el Vicho al final?

─Le conté y me pateó.

─ ¡¿Te pateó?! ¡¿Cuándo?!

─Hace un par de horas...

─Ahueonao el gil. Él se lo pierde. ¡Seguro él no se comió ninguna brasileña po!

─Me juró que no.

─ ¿Y tú le creí?

Asentí.

─ ¡Ay, Clarinete! Tení mucho que aprender de los hombres...

─ ¿Tú creí que él igual me cagó?

─Puta, igual no sé... es que el Vicho es medio...

─ ¿Medio qué?

─Medio pegote. Igual se notaba que estaba enganchao de ti.

─Ahora lo perdí pa' siempre...

─ ¡Él te perdió! ─me corrigió─. ¡Ya! ¡Arriba el ánimo!

Sacó su celular y lo conectó a la radio. Puso cumbia la culiá guachaca.

─ ¿Cocinemos algo rico? ─gritó por encima de la música.

─ ¿Qué cosa?

─ ¡Chorrillana!

La miré feo y me crucé de brazos.

─Después la bajamos en zumba ─echó la talla.

─Hay un nuevo profe.

─ ¿Y es feo?

─Es musculoso.

─Vamos po. ¿Mañana hay?

─Sí.

Después de estar como una hora friendo las papas fritas, por fin estaban listos los platos. Estábamos en silencio porque nos estábamos devorando la comida con el medio diente.

─Oye... ─me dijo, así que levanté la vista de mis hermosas papas fritas y la miré─. ¿Culiaste con el Santiago?

─No... ¿Y tú?

─ ¡Uff! ─soltó aliviada─. Puta, porque yo... sí.

─Lo suponía. ¿Fue anoche?

Ella asintió.

─ ¿Anoche nomás?

─Sí.

─ ¿Y anteriormente no hicieron nada?

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora