diecisiete

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El día viernes se repitió lo mismo del día anterior. La Fernanda durmió en mi casa y el Maxi me fue a buscar veinte pa' las ocho de la mañana pa' irnos juntos al colegio.

Después de clases, el Vicho quería que pasáramos la tarde juntos, pero con el dolor de mi corazón, tuve que rechazar su propuesta. Tenía cosas más importantes que hacer, como hablar con mi hermana.

Fui a su trabajo, la tienda Adidas que quedaba en el mall y pa' mi suerte justo salió temprano.

─ ¡Chao, hermana! ─escuché que su jefe se despedía de ella mientras salían de la puerta secreta de la tienda.

¿Hermana?

─Chao, hermano ─se despidió la Celeste sonriendo.

Esa sonrisa se desvaneció en cuanto me vio.

─ ¡Clara! ─me saludó la Cele cuando su jefe se fue─. ¿Qué estai haciendo acá?

─ ¿Por qué tu jefe te dijo hermana?

Ella soltó una risita.

─Es que se cree lolein y trata a todo el mundo de "hermana" o "hermano". ¿Almorzaste?

─El Vicho me dio un poco de su almuerzo.

─ ¿Vamos a comer una hamburguesa? Estoy cagá de hambre.

─Estoy a dieta...

Y no puedo bajar la hamburguesa en zumba, porque ya no voy...

─ ¿Una ensalá entonces?

─ ¿Pizza?

A la chucha la dieta.

─Ya ─aceptó─. Tení suerte de que me pagaron.

─Pa' eso tengo hermana ─me reí.

Compramos la pizza y salimos a comer en las terrazas porque adentro estaba terrible lleno y no podíamos ni hablar por el ruido.

─ ¿Por qué ayer te fuiste cuando llevé al Santiago a la casa? ─me preguntó sacando un trozo de pizza.

─Pa' que estuvieran solos po. No me gusta tocar el violín ─argumenté.

Soy seca pa' mentir.

─Ah...

─Y... ¿cómo se conocieron? ¿Hace cuánto? ¡Quiero todos los detalles! ─fingí emoción.

─Nos conocimos hace... tres semanas más o menos, en la tienda. Él fue a comprar zapatillas deportivas y yo lo atendí. Y nos gustamos po...

Intenté hacer memoria pa' saber si le había hablado alguna vez al Santiago de mi hermana... No me podía acordar, pero estaba segura de que jamás le dije dónde trabajaba. Y por Facebook era imposible que se hubiese enterado porque la Celeste no tenía Facebook y yo no publicaba hueás de ella.

─Y... ¿qué hace él? ¿Trabaja? ¿Estudia?

─Estudia pedagogía en educación física. Va a hacer la práctica este año...

─Ah... ¿entonces no trabaja?

─Todavía no. Está buscando trabajo.

Asentí y mastiqué un pedazo de pizza.

─ ¿La mamá sabe? ─le pregunté.

─No. No quiero que sepa todavía, hasta que sea algo más formal.

Cuando la mamá supiera iba a cachar al tiro que era mi profe de zumba y lo más probable era que le dijera a la Celeste y ella iba a cachar toda la verdad.

Andai puro zumbandoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora