Capítulo 45

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Inmersa en una animada conversación telefónica con Dinah, sus palabras rebosan entusiasmo al anticipar el inicio de su postgrado y al elogiar la armonía que comparte con Jay en su vida cotidiana.

Me relata con cariño cómo Jay irradia amor y transparencia en su convivencia, destacando la solidez de su comunicación y mencionando sutiles anhelos de formar una familia en un futuro cercano, mas consciente de la prioridad de formalizar su unión en matrimonio antes de dar ese paso crucial.

Entre risas, le confieso el absurdo sueño que me atormentó, una ensoñación tan perturbadora que anhelaba con despertar y borrar cualquier vestigio de su recuerdo.

Opté por un jugo ligero, mi apetito eclipsado por la sombra de esos momentos turbios. Travis está descansando.

En medio de nuestros diálogos, Dinah comparte conmigo detalles de la salida junto a mamá y Abigail, inmersas en los preparativos de una fiesta pensada para la tía Madeline, sumergiéndonos en la efervescencia y la anticipación.

—Tenía pensado llamarte ayer pero lo olvide ya empezaba a extrañar nuestras charlas.—Le miento sobre olvidarlo.

—Me imagino ocupada en que, cuídate porque si no tu sueño se hace real.—Le logro escuchar.
Tomo asiento en el sofá.

—No lo digas ni bromeando porque me afecta.—Suelto una pequeña risa.
La puerta se abre, puedo ver a Travis con el cabello mojado y un atuendo casual.

—Disfruta muchísimo.

—Voy a dejarte, te hablo al desocuparme si?—Le digo en cuanto él se acerca a mi.

—Cuídate y piensa en mi. Te quiero.

—Y yo a ti.—Procedo a colgar la llamada para prestarle atención a él.

—¿Cómo te sientes?—Me pregunta tomando asiento a mi lado y tomando mi mano.

—Estoy bien. Estaba conversando con Dinah mi mejor amiga.—Le contesto tímida.
El no dice nada y solo me observa con una sonrisa dibujada en su rostro.

Reviso los mensajes de mi teléfono pero no encuentro actuales. Me lo quita de las manos y lo coloca en la mesa haciendo que ponga atención en el.

—Tengo otra sorpresa para ti.—Murmura.—Tomate tu tiempo, el que sea necesario.
¿Otra sorpresa? Espero no tener que volver a lanzarme en paracaídas.

—¿Cuál es la sorpresa?—Le pregunto arqueando una de mis cejas.

—La palabra te contesta... sorpresa.—Me dice.
Entrando en un aura de anticipación al sugerirme que guarde un traje de baño y prendas cómodas para nuestra próxima aventura en un lugar desconocido. La intriga se apodera de mi mente, alimentando la emoción por lo que está por venir.

El tiempo transcurre veloz, embriagado por la dicha de cada instante compartido. Cada momento se convierte en un tesoro en nuestra jornada, tejida con risas, complicidad y la promesa de un destino aún por descubrir.

Finalmente, listos y ansiosos, nos adentramos juntos en un escenario de belleza sin igual. Un lugar que despierta los sentidos y acaricia el alma con su esplendor. La naturaleza se despliega ante nosotros en todo su esplendor, regalándonos un paisaje que me roba el aliento y nos invita a explorar cada rincón con asombro y gratitud.

Antes, la luz plateada que emana de la luna sobre la playa, vista desde la embarcación, deslumbra de manera excepcional. Nuestros ojos no podían apartarse de esa magnífica panorámica que se nos revelaba desde el barco.

Es sencillamente asombroso percibir la profunda y conmovedora sensación de romanticismo que me envuelve en este instante. La evidencia de su enamoramiento hacia mí es palpable y conmovedora.

You Will See Me Again ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora