Me aproveché de la valiosa oportunidad de dar un tranquilo paseo mientras Travis descansaba, siendo plenamente consciente de que esta decisión podría no ser del total agrado de él al no acompañarme, sin embargo, sentía la imperiosa necesidad de hallar una distracción en aquel momento.En el presente instante, me hallo inmersa entre las diversas tiendas, persiguiendo con ahínco el más exquisito detalle que complemente y embellezca el regalo que deseo adquirir para mi madre.
En estos días, he adoptado la resuelta postura de fluir con naturalidad en lugar de erigir muros defensivos a mi alrededor. Al despertar con las primeras luces del alba, ante la incertidumbre de qué otros quehaceres emprender, experimentaba una sensación de aburrimiento que se veía irresistiblemente atraída por las sinuosas calles de Río de Janeiro.
Finalmente, tras una cuidadosa deliberación, seleccioné unos ornamentos que intuyo serán del completo deleite de mi madre, pues su corazón anhela con fervor la belleza de los adornos y la evocación de memorias de lugares significativos en su vida.
Tras adquirir el obsequio para mi querida madre, mi estómago emite un rugido de hambre persistente, lo cual me impulsa a encaminarme hacia un encantador y relajado restaurante para disfrutar de un reconfortante almuerzo.
En este instante, es probable que Travis se esté cuestionando mi paradero sin previo aviso, y aunque me embarga una leve inquietud de que pueda estresarse por esta situación, no percibo en él un estado de tensión tan evidente o una ansiedad considerable al respecto. No obstante, estoy confiada en que no se preocupe en exceso.
En definitiva, me encuentro a escasa distancia del hotel, apenas he recorrido unos pocos kilómetros, lo cual agradezco enormemente por la conveniente cercanía de las tiendas.
Luego de realizar mi pedido, una joven camarera me sirve la comida tras unos breves minutos, y procedo a saborearla mientras reflexiono sobre la dinámica entre Travis y yo. Una parte de mi ser palpita con emoción ante la rápida evolución que ha experimentado nuestra relación, y siempre me sentiré profundamente agradecida y afortunada por ello.
Hubiera sido sumamente gratificante prolongar mi estancia en Río de Janeiro, una ciudad que ha cautivado mi corazón con su encanto incomparable. No obstante, este atardecer nos verá emprendiendo el vuelo de retorno, abandonando así el escenario de ensueño que ha sido nuestro hogar temporal y retornando a la rutina cotidiana.
Concluyo mi exquisita comida, saldo la deuda pendiente con cortesía y regreso a nuestro alojamiento en un mutismo reflexivo, cuando de repente, para mi asombro, me encuentro con la imponente presencia de Travis en la entrada del hotel, con los brazos cruzados en actitud confiada.
El no dice nada.
—¿Preocupado?—Intento no reírme.
—Jodidamente preocupado.—Contesta pacífico.—¿Por qué no me avisaste?
—No quería interrumpir tu sueño.—Camino hacia la habitación para enseguida ordenar las maletas con su ayuda inmediata.
—No debías hacerlo, pues esto es peligroso y tu naturaleza inocente te expone a potenciales riesgos innecesarios.—Murmura.
No se si está en lo cierto lo único que sé es que me la he pasado muy bien sola, reflexioné tantas cosas.Nos encontramos en un vuelo nocturno, y desde esta altura, la oscuridad del cielo es absoluta. El negro se extiende hasta el horizonte, donde se funde con la negrura de la noche.
Recostada, observo mi teléfono en la madrugada mientras Travis descansa a mi lado. De repente, su dispositivo se ilumina con un mensaje. El nombre "Sanin" parpadea en la pantalla, pero el contenido permanece oculto, como un enigma suspendido en el aire.
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You Will See Me Again ©
RomanceEn el lienzo de la vida, se traza una historia de amor etérea entre Jayden Lane, una joven de veinte años rebosante de simpatía y singularidad, y Travis Gunnarghersi, un hombre de virtudes exquisitas: sensatez, carisma, respeto, paternidad solitaria...