Capítulo 49

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Miércoles

La doctora Bennett está administrándome una inyección anticonceptiva de larga duración, con una efectividad de tres meses.

Al momento de nuestra consulta, nos presentó diversas opciones para el cuidado de nuestra salud reproductiva, siendo la T de cobre una de las alternativas más recomendadas.

Sin embargo, tras escuchar diversas historias y experiencias sobre este método, decidí optar por la inyección de tres meses para evitar posibles complicaciones en el futuro.

Travis también estuvo de acuerdo con esta elección, ya que la inyección se presenta como una alternativa más rápida, eficaz, fácil y sencilla en comparación con otros métodos anticonceptivos. Aunque la decisión no fue sencilla, confío en la profesionalidad de la doctora Bennett y en su recomendación, lo que me brinda tranquilidad y seguridad.

—¿Te dolió?—Me pregunta con una sonrisa. Niego con la cabeza.

—He notado que no le tengo miedo a nada.—Digo observando cómo saca la aguja.
No temo a las inyecciones, sino a los líquidos, ya que pueden ser dolorosos, pero por suerte esta vez no fue así.

—Señorita Lane... como bien sabe, debemos administrarle la inyección cada tres meses. Espero verla de nuevo.—Toma asiento y desecha el envoltorio de la inyección.

—Así es.—Digo levantándome.—Muchas gracias doctora Bennett.
Es una profesional excepcional, me hizo sentir tan cómoda con sus preguntas sobre mi vida que rápidamente ganó mi confianza.

—Estoy a su disposición, señorita Lane.—Me extiende la mano y me dedica una sonrisa.

Estrechamos nuestras manos antes de salir de su consultorio y encontrarnos con Travis esperándome en la sala de espera.
Está de pie con los brazos cruzados. Me sorprende que Travis haya esperado por mí, pensé que no lo haría. Me siento feliz de que lo haya hecho.

—¿Estás bien?—Me pregunta acercándose a mí.

—Sí, sabía que iba a proponerme otros métodos y elegí el de los tres meses.—Le respondo.

—Bien, salgamos.—Me indica la salida para que salga primero.
Salimos y nos despedimos del guardia de seguridad. Subimos al auto y él comienza a conducir hacia la universidad.

Miro la hora y me doy cuenta de que aún tengo tiempo para llegar a clase con el profesor de aquel momento vergonzoso.

—¿Qué te pareció?—Me pregunta.

—Muy bien, me hizo muchas preguntas.—Le respondo.
La verdad es que después de iniciar mi vida sexual, nunca había visitado a un ginecólogo. Pero la doctora Bennett es perfecta para mí.

—Sabía que te agradaría.—Dice
Después de unos cuantos minutos conduciendo hemos llegado a la universidad.

—Gracias, ya puedo estar tranquila.—Digo abriendo la puerta del auto.
Tranquila porque he llegado justo a tiempo.

—No olvides llamarme al salir.—Menciona.
Para la próxima tendré que venir a la ciudad con mi auto para no tomarle tiempo a él tampoco.

—Lo haré.—Le planto un beso fugaz en la mejilla.
Antes de que pueda alejarme toma mi mandíbula con delicadeza y besa mis labios ágil.

—Llegarás tarde.—Murmura entre mis labios.
Salgo del auto riendo, camino hacia la entrada de la universidad y me encuentro con Hans.

—Hola, me da gusto verte.—Me dice abrazando.—¿Cómo te va?

—Hola, muy bien... iré hacia mi clase con un profesor que al parecer es nuevo y muy estricto.—Le comento.
Mientras finalmente entramos a la universidad.

You Will See Me Again ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora