Capítulo 42

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Tras disfrutar de una cena con la familia de Travis la noche anterior, la conversación giraba en torno a Aria y su relación con Max. Me impactó profundamente lo que está sucediendo entre ellos, a pesar de que Travis lo considera una tontería, yo creo en el instinto de la mujer y si ella siente que él le es infiel, probablemente lo sea. Recordé la historia de mamá y papá, donde la infidelidad también estaba presente.

Al llegar a casa, Travis me pidió que preparara algo de ropa de forma urgente, ya que teníamos que viajar de inmediato. Mientras me apresuraba a empacar lo que consideraba necesario, mi mente seguía divagando sobre qué tipo de ropa llevar. Después de unas horas de vuelo, llegamos a un destino que me dejó sorprendida: Rio de Janeiro, Brasil. Nunca antes había estado en este lugar tan vibrante y colorido.

Desde el cielo, pude apreciar la belleza de la ciudad, rodeada por montañas escarpadas y selva tropical, creando un paisaje espectacular. La imponente estatua del Cristo Redentor, con sus treinta metros de altura, se alzaba en lo alto de una colina, mientras las playas se extendían a lo lejos, bañadas por el sol.

Esta sorpresa inesperada me llenó de emoción y asombro. Me hizo darme cuenta de la belleza y diversidad que el mundo tiene para ofrecer. Rio de Janeiro se convirtió en un lugar que siempre recordaré, no solo por su paisaje impresionante, sino también por la experiencia que tendré en ese viaje.

Supuestamente el carnaval de Río de Janeiro es uno de los eventos más grandes y coloridos del mundo, con desfiles de samba, disfraces extravagantes y fiestas que duran toda la noche. En resumen, Río de Janeiro es una ciudad llena de vida, cultura y belleza natural que no deja indiferente a nadie y aquí estoy.

Hemos venido con dos hombres de Travis. Finalmente estamos en una suite de un hotel hermoso con vista al mar.

—Es impresionante, nunca había venido a Brasil.—Le digo observando la playa.
Tengo muchas ganas de meterme a la playa.
Aquí son las tres de la tarde y el día recién empieza.

—Sabía que iba a gustarte la sorpresa.—Me dice rodeándome con sus grandes brazos para quitarme la camisa. Yo solo suelto una carcajada.
Quita mi sujetador y succiona uno de mis pechos mientras quita mi pantalón ajustado.

Cabe destacar que habíamos tenido sexo en pleno vuelo cuidadosamente por mi periodo y agradezco que haya sido un vuelo privado porque media cabina ya se habría enterado que tuvimos sexo. En tanto manteníamos relaciones la sangre es escasa.
Verdaderamente mi vagina está exhausta de tanto sexo pero aún así le deseo muchísimo. Su miembro erecto siempre desgarra mi feminidad y necesito ir por una crema antes de meterme a la playa.

Estoy completamente desnuda ya que las bragas las ha guardado en su bolsillo en el vuelo.

—Quiero ir a la playa, vayamos.—Le menciono mirándole.

—Lo haremos, sé que estás adolorida.—Murmura con una mirada pícara.—Te esperaré aquí, ve a cambiarte.

Nuestras maletas se encuentran en la habitación. Nunca me imaginé que vendríamos a un lugar donde fuera playa, sin embargo solo pude empacar dos bikini.

Camino hacia la lujosa y vanguardista habitación para ponerme el bikini negro. Decidí complementarlo con un vestido transparente negro y unas elegantes sandalias, confirmando una vez más que el negro sigue siendo mi color favorito.

Aprovecho cambiar mi tampax sin sangre. Una vez lista, salí de la habitación y vi a Travis sentado, absorto en su teléfono.

—Panterita, estás preciosa.—Me dice levantándose y guardando su teléfono.

—Gracias, ¿entrarás al agua conmigo?—Le pregunto.

—Por supuesto que me encantaría pero no, me cambiaré para verte.—Responde antes de darme un fugaz beso en los labios y retirarse a la habitación.

You Will See Me Again ©  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora