Capítulo 15

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El teléfono móvil de Mako-chan vibró por un momento en la mesa.
Ay-chan: tenemos que hablar.
Mako-chan cogió el teléfono para contestar.
Makoto: ¿Qué pasa?
Ay-chan: Estoy de camino a tu casa.
No volvió a mandar ningún mensaje. Alrededor de cinco minutos más tarde, Ay-chan se presentó en su piso. La invitó entrar como de costumbre, y se sentó en la mesa de comedor del salón, ignorando la presencia de Alys, quien con una consola ni oía ni veía lo que pasaba alrededor.
-¿Qué pasa? -preguntó Mako-chan.
-Veras, es sobre el pago de las chicas mágicas...
Mako-chan no sabía demasiado sobre el tema, y se quedó en silencio.
- No puedo aguantar mucho más tiempo sin consumir un alma demoníaca. Si no lo hago, mi energía vital se consumirá por completo,y...
Mako-chan la cortó antes de acabar.
-Sí, lo he entedido. Pero, ¿Por qué necesitas mi ayuda?
-Cómo chica mágica de rango 1, no soy capaz de cosechar almas por mi cuenta. Mis poderes son demasiado débiles, por lo que hasta el momento la organización Arcaica me ayudaba con el consumo de almas a cambio de información.
-¿Qué clase de información?
- Cosas como la ubicación de un grupo demoníaco terrorista, o cosas así...
- Vamos, que quieres que te ayude a matar demonios para que puedas consumir su alma. ¿No?
Frunció el ceño. Ay-chan no respondió hasta segundos después.
-Algo así...
-¿Y como piensas compensarmelo? Me estas pidiendo que asesine a mi propia especie.
-Haré lo que sea. Por favor.
Mako-chan dudo unos instantes.
-Esta bien - declaró seriamente - esta misma noche iremos a por algún demonio salvaje. ¿Cada cuánto necesitas un alma?
-Alrededor de cada 5-6 meses, como soy muy débil no consumo mucho...
-Bien, iremos esta noche. Ven a las nueve al Maid café, que ahí termina mi turno. Nos vemos después del trabajo.
La acompañó hasta la puerta. Ay-chan se giró de golpe y se le echó encima abrazandola.
-Muchas gracias, Mako-chan.
La abrazó y se marchó. Hoy tenían mucho que hacer por la noche.

Varias horas más tarde...
- Mako-chan, es ya casi la hora de cerrar - se le acercó Mery.
-Bien, voy a cambiarme.
Entro en el vestuario, vacío.
Tras cambiarse la ropa salió por la entrada trasera del establecimiento, donde le esperaba desde hace rato Ay-chan ya uniformada de detective mágica.
-¿Estás lista?
-Más o menos...
Ay-chan jugueteó con el dobladillo de su chaqueta, cuando Mako-chan la agarró de una mano.
-¿Qué estas...?
Acto seguido, Mako-chan la cogió en brazos, y de un salto,alcanzó la pared de en frente, en la que se impulsó para alcanzar la paralela, hasta alcanzar la azotea. No había mucha altura, pero era suficiente para apreciar las diferentes zonas que constituían la ciudad.
-¡Avisa la próxima vez que vayas a hacer eso! - Ay-chan se mostró furiosa, a la vez que temblorosa del mareo. Cerca de allí, Mako-chan detectó actividad demoníaca, y se volvió hacia Ay-chan.
-Ya está. ¿Vienes?
Le ofreció una mano, que Ay-chan no se atrevió a rechazar, enojada. Una vez en sus brazos, fueron dando botes por las azoteas, saltando grandes distancias entre los edificios. Pero de golpe, la actividad demoníaca que había percivido antes desapareció cuando sólo estaba a pocas manzanas de aquel lugar. Bajaron a la calle por un callejón, y alcanzaron una de las calles principales.Giraron la primera esquina a la izquierda, que al su vez conducía a otra callejuela estrecha a su derecha. Al fondo del callejón sin salida, descubrieron una figura un tanto familiar de cuclillas frente a la pared. La pared estaba pintada completamente de rojo. Rojo sangre.
-¿Qué está pasando aquí? - preguntó Ay-chan.
La figura blanca se levantó y giro la cabeza para verlas de reojo.
Hikari les saludó con la mano, sin sonreír. Frente a él, habían tres cuerpos brutalmente desmembrados, donde entre tanta carne picada no se apreciaba un pulmón de un hígado. Habían vísceras esparcidas por todas partes.
-¿Qué estas haciendo aquí? - pregunto Mako-chan acercándose a la e cena del crimen.Ay-chan no se atrevió a acercarse, pues sólo el olor ya la obligaba a retroceder.
-Hace un rato que he detectado un ente extraño en la zona, y he venido a investigar. Siguiendo el rastro de la actividad demoníaca he llegado a... esto.
Makogami miró de reojo los cuerpos.
En su mente rápidamente se formularon varias posibles opciones. En muy poco tiempo alguien había destrozado a tres demonios brutalmente y con mucha fuerza. Algo así solo podía ser obra de un ser brutalmente superior. Makogami ya había visto este resultado antes, pero no quiso presuponer nada antes de tener pruebas, dado que para cometer tal atrozidad supondría mancharse mucho, y Hikaru estaba impecablemente limpio.
-¿Cómo es que tienes percepción demoníaca?
-Malva me ha estado ayudando a controlar y aprovechar mis habilidades de Hombre lobo -rió por un segundo - Parece que podrían ayudarme a controlar mis instintos animales...
-Podemos irnos de aquí, ¿por favor? - sugirió Ay-chan asqueada.
-Espera una segundo -Mako se acercó a los cadáveres - ve a la calle si quieres.
-Te acompañó. Yo ya he acabado aquí.
Hikaru se alejó rápidamente y trató de tapar con el cuerpo la carnicería de la esquina mientras se alejaba con Ay-chan. No pudo evitar admirar con melancolía a Mako-chan antes de perderla de vista.

Habían tres cuerpos : unos senado de espaladas a la pared, con un boquete en el abdomen y la tripa rasgada. Se apreciaban perfectamente las marcas de garras en los cortes. El siguiente cuerpo estaba echado el suelo, partido por la mitad, y su cabeza había sido brutalmente aplastada. Dado que el primero tenia una pierna por encima de la mitad inferior del sugundo cadáver, dedujo que "la fracción" ocurrió antes. Pero en la pared derecha había un último cuerpo, cuya cabeza había sido fuertemente estampada contra la pared hasta reventar como una bolsa. No había más marcas de golpes o cortes. Ninguno de los tres llevaban cartera o ningún documento que los identificase, algo que complicaría mucho a la policía. Dada la brutalidad y las marcas de zarpas en los arañazos del asesinato no había duda: Quien quiera que hubiese cometido el asesinato, era un hombre lobo como Hikari. Y desde luego, se había divertido mucho.
Nada más acabar se acercó al la calle cuando descubrió un pequeño broche en el suelo tirado cerca de un contenedor : una mariposa  de color azul claro, que brillaba al relucir de la luna. Lo guardó como posible prueba del asesinato. A pesar de todo, no podía evitar pensar en juzgar lo evidente: Hikari podría ser el asesino.

El Harem De Mako-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora