Final 3: Ay-chan

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Ay-chan atravesó la entrada de la estación y se sentó en el banco más cercano que encontró. Volvía ya a casa del instituto, dos meses después de ser rechazada, como casi todos los presentes aquel día. Ya hacía un mes desde que todos se separaron, quedando solo ella en la zona. Llegó a casa cerca de las cuatro de la tarde, y se sentó en su escritorio a estudiar.
No tardó demasiado en acabar y levantarse a leer cuando apreció el cielo aquella tarde.
"¿Te prometo que nos volveremos a ver, pero por ahora no me puedo quedar aquí. " recordaba Ay-chan las palabras de Mako-chan al atardecer el día de su despedida.
-Ya ha pasado un mes... Cómo pasa el tiempo...

Un mes antes...
Ay-chan recibió un mensaje y no dudó en comprobarlo.
Mako-chan: ¿Te apetece venir a dar una vuelta esta tarde?
Dudó por un momento que responder, pero al final, vaciló:
Ay-chan: ¡Por supuesto! ¿Quienes quedamos?
Se imaginaba una respuesta, pero no acertó. Sólo serían ella y Mako-chan.
Mako-chan: ¿A las siete en el parque de al lado de tu casa?
Ay-chan: Me parece bien.
Esperó Ay-chan ansiosa toda la mañana hasta que pronto llegó la tarde, y esperaba de antemano a Mako-chan, quien llegó puntual a la hora.
-¡Hola! - le saludo Ay-chan.
-Hola... - le saludó algo melancólica.
-¿Qué te pasa? ¿Ha pasado algo?
-No es nada, de verdad...
Ay-chan torció la ceja derecha, dudosa.
-En realidad, tenemos que hablar.
Las pulsaciones subieron como la espuma.
Se sentaron en un banco cercano. Ay-chan miraba nerviosa al suelo, sin saber que hacer o incluso sin imaginarse siquiera que clase de situación se le iba a plantear.
-Ayra, yo... - aquella fue de las pocas veces en las que Mako-chan llamó a Ay-chan por su verdadero nombre.
Se hizo el silencio por un segundo.
Ayra la miraba fijamente con seriedad y preocupacion. En su mente sólo se cruzaba la misma pregunta una y otra vez, y no parecía que fuese a ser respondida.
-Yo, bueno, Adrien y yo, nos vamos a ir también de aquí.
-¿Cómo?
Si se iban, ya sería la definitiva de que nadie se iba al quedar de los implicados. Ay-chan sería la única en toda la ciudad.
-Por temas de Ángeles y Demonios, no nos podemos quedar aquí y estar juntos. Aunque haya paz, no podemos dejar que lo conozcan.
Se hizo el silencio.
-Pero... Pero...
-Lo siento.
Ay-chan se levantó furiosa y llorosa.
-Primero se va Hikari, luego Malva y Flora se van sin decir nada, Alys también se va a ver mundo ¿y ahora tú?
-Lo siento, no puedo hacer nada...
-¡No es justo!
Ay-chan salió del parque rápidamente y echó a correr en cuanto encontró la oportunidad. Sin saber muy bien a donde iba, siguió corriendo por las calles hasta que llegó al límite de la pequeña cuidad, donde empezaba el bosque. Caminó por el camino de piedra que invitaba a entrar al bosque hasta que llegó al un pequeño y perdido claro donde casi nadie había estado.
Miró al cielo, entristecida. Un cielo color melocotón. Se sentó en el suelo sin saber muy bien que hacer.
Gritó de rabia, cuando a su alrededor sin darse ella cuenta, se concentró una desmesurada cantidad de energía y se concentró en ella a medida que lloraba. Cuando el flujo de energía cesó, ya todo le daba igual. En su interior, sin percatarse de ello, despertó un nuevo poder que le cambiaría, pero todavía no era el momento de descubrirlo.

Al día siguiente, en el metro se despidieron de nuevo Ay-chan y Mako-chan, mientras Adrien cargaba con el equipaje.
-Volveré pronto, te lo prometo.
-Mandame tu dirección y también iré yo a buscarte algún día, ¿vale?
Mako-chan asintió y entro al tren sentandose en una ventana cercana a Ayra. Mientras las puertas se cerraban, Makoto se despidió de ella con una mano. Ay-chan, sin poder aguantar una sola lágrima, también gesticuló para despedirse de ella.

Ay-chan volvió en si tras recordar su despedida. Todavía conservaba una foto de todos juntos en el teléfono, el cual dejó desbloqueado sobre la mesa antes de irse.
Recibió un mensaje. Un mensaje de quien creía que la había olvidado.

El Harem De Mako-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora