Capítulo 8

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Mako-chan y Ay-chan entraron en el alcantarillado siguiendo las huellas fluorescentes. Caminando junto al pestilente canal, alcanzaron tras girar verías veces otra puerta, otra que también se abrió con facilidad gracias a la llave de Ay-chan. Teniendo en cuenta que los demonios estaban en el mundo, las magical girls eran una subespecie de Angel comvertido, pues no llevaban sangre de ángel, solo la consiguieron mediante un trato a cambio de su alma. El pago de las chicas mágicas en aquel mundo era caro, pero no solían tener que luchar contra brujas para seguir viviendo, ni tampoco vivían únicamente por una joya. En aquel mundo vivían para luchar contra demonios de clase baja, pies su poder no podía a menudo alcanzar mucho más. Una simple magical girl no podría vencer a un demonio del rango de Makogami, una de los ocho dioses demonio. Y menos Ay-chan, siendo de tipo detective, cuya única habilidad mágica consistía en facilitar la investigación, y cuya habilidad ofensiva y defensiva era nula.
-¿Cómo ocurrió que hiciste un contrato?
-Fue hace tres años, cuando un demonio me atacó estando yo sola.Fue entonces cuando al matarme aquel ser, un ser me concedió una segunda oportunidad . Al día siguiente me drsperte en mi cuarto,como si no hubiera pasado nada.
-Entonces sabes que los demonios existen...
-Sí, por las malas... -sonrió dulcemente - también se que tu también lo eres, y no un demonio normalucho.
Al girarse, Makogami descendió varios centímetros tras elevarse para transformarse, y extrajo su guadaña de su pecho. Vestía su vestido demoníaco, una camisa blanca sin mangas, con una corbata negra con el símbolo del imperio del demonio.En la citará llevaba un corsé negro que estilizaba su cintura, de donde nacía su falda negra por encima de las rodillas, muy ponposa, con una tela en punta triangular que alcanzaba más allá en la falda, blanca y negra también. Junto con las medias blancas de rejillas por arriba y sus zapatos negros, le iba que ni pintado el traje, de no ser por los guantes de los brazos como un corsé que iba de la muñeca al antebrazo.
-Vamos - entraron por la puerta sin más dilación.
Entraron a un pasillo largo, con varias puertas a la derecha, un lugar de hormigón decrépito con grandes marcas de húmedas en las paredes. Entraron en la primera puerta a la derecha, a una sala que se asemejaba a una prisión: varias celdas con grilletes, poca iluminación y un fuertemente olor a humedad.
-¿Cuando descubriste mi secreto?
-Pues verás, a mi instinto no se le escapa nada - volvió a sonreír. Lo hacía a menudo con dulzura - mi trabajo es el de cazar demonios, y no es difícil detectar a un dios demonio como tu... pero después de todo el movimiento y el pacto entre ángeles y demonios, solo me encargo de demonios corruptos de bajo nivel...
-Tu también necesitas acabar con ellos, ¿eh? Yo tengo que cosechar almas para seguir adelante. De lo contrario, mi fuerza vital se esfumaría en pocos días.
La sala estaba vacía, y no había nadie. Al salir se metieron en la siguiente puerta.Era una sala con una mesa y dos sillas, y una pequeña luz arriba.Como una sala de interrogatorios. El pasillo se dobló hacia la derecha al seguir adelante, mostrando otras tres puertas.
-No hay nadie por aquí... - Ay-chan arrugó la nariz - esto es muy raro...
Un rugido hizo temblar el lugar de punta a punta, y un fuert golpe activo a Mako-chan, quien posicionada para defender a Ay-cham se acercó a la puerta del fondo. Entró en ella: una sala con un cristal delante, como los cristales de las salas de interrogatorios, solo que ella podía ver lo que ocurría dentro. Un monstruo antropomorfo parecido a un lobo, estaba destrozando brutalmente un cadáver, cuyas visceras estaban repartidas brutalmente por la sala. Ay-cham fue a gritar cuando Makogami le tapó la boca con la mano y le hizo el gesto de permanecer en silencio. Entraron por la otra puerta, la puerta que llevaba a la sala donde se encontraba el "hombre lobo". Era amplia, y se asemejaba a una sala de operaciones. Había varios cadáveres brutalmente demembrados en el suelo, y el monstruo estaba de espaldas. Makogami le indicó a su compañera en voz baja:
-Ve a la sal desde donde se ve esta sala. Allí no te puede ver, y cierra la puerta.Abrela una vez que yo te avise. No salgas bajo ninguna circunstacia.
-Puedo ayudarte... -susurro Ay-chan por lo bajo.
-Tu hazme caso. Ve ahora que está distraído.
Se alejó la detective y Makogami oyó la puerta cerrarse a lo lejos con pestillo. El ruido del pestillo alertó a la bestia, la cual alzó las orejas y se giro lentamente. Makogami se preparó para rebanar le el pescuezo en dos.
La criatura echó a correr a por ella, y Makogami le consiguió hzxer un corte en el brazo. Ala velocidad a la que se movía, era difícil alcanzarle. Fue entonces cuando la criatura se lamentó y gruñón con desprecio mirándola. Makogami se fijó en sus ojos, pues curiosamente tenia un ojo verde oscuro, y el otro marrón, algo que le resultó familiar. Se le abalanzó la criatura hasta estar encima de ella, sujeta por los brazos por sus zarpas.Fue cuando vió a la bestia de cerca. Su expresión bañada en sangre era irreconocible, pero entonces recordó la similitud en sus ojos. Hikari... También sufría dicha policromía en los ojos.
-Hikari... -lloró Makoto al darse cuenta. Oyó a Ay-chan acercarse.
-¡Hikari no lo hagas! -gritó Ay-chan -¡Ella es Mako-chan!
El monstruo la miro a ella y pronto su expresión cambió.Seguia respira do hondamente como un animal, con fuerza al expirar, cuando empezó a la dear la cabeza como negando lo que pasaba. Se apartó de ella, y tras alejarse el máximo posible, dejo libre un fuere aullido que hizo temblar hasta los cimientos del mismismo infierno. La transformación se invirtió y Hikari volvió a su estado natural de siempre, inconsciente tras caer al suelo. Mako-chan y Ay-chan se acercaron y lo ayuddron a salir fuera de las instalaciones subterráneas.No hubo... ningún superviviente a la transformación de Hikari más que ellas dos.

El Harem De Mako-chanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora