A las afueras de la ciudad, en un recinto privado de la corporación Althuris S.A. ...
-¿Qué tal han ido los análisis?
Preguntó un hombre vestido con bata blanca, a la doctora que observaba a la joven albina al otro lado del cristal de la zona de aislamiento. La joven estaba atada en una camilla de pies a cabeza, y a penas era capaz de mover un músculo.
-Bastante bien -respondió ella, acercandole los resultados del análisis en una carpeta clasificadora.
-¿No ha rechazado nada? -murmuró él -bien, creo que no vamos al necesitarla mucho más. Con hoy ya podremos crear el híbrido perfecto...
-¿Y que vamos a hacer con el otro híbrido?
Él sonrió. Dejó la carpeta en la mesa y extrajo su teléfono móvil. Le mostró una foto de la galería.
-Será la próxima víctima, así nos libramos de dos problemas de un plumazo.
-¿Y qué le ocurrirá a ella?
La joven de la camilla dormía plácidamente.
-Nos libraremos de ella mañana mismo. No podemos dejar pruebas.
-Qué todo sea por la ciencia, ¿No?
-No, por la ciencia no - se acercó a la puerta - lo hacemos por el dinero. No te mientas a ti misma.
Ella dudó por un momento lo planteado, pero no tardó en mentalizarse y interiorizarlo. Antes de abandonar la sala, atendió a la joven de la camilla.
-Lo siento, Aria...Más tarde, ese mismo día...
Mako-chan tenía el día libre, y decidió disfrutar de él quedando con quien pudiese. Se quedó bastante sola.
-¿Solo somos nosotras tres? - preguntó Ay-chan.
-Eso parece, pero podemos ser solo dos - atacó Alys, que no se había separado del brazo de Mako-chan en todo el rato.
-Bueno, aunque seamos tres podemos pasarlo bien, ¿no?
-¡Ese es el espíritu! - le animó Ay-chan mientras alzaba el puño al cielo.
Caminaron hasta llegar al parque más cercano, donde se sentaron en el primer banco a hablar. Hablaron gran parte de la tarde en aquel banco, otro rato lo pasaron paseando por la zona, y cuando empezó a anochecer se acercaron hacia la zona residencial. Ay-chan se sobresaltó al ver el edificio de al lado.
-¿Les hacemos una visita a Flora y Hikari? Seguro que les hace ilusión.
Mako-chan recordó el decadente estado de ánimo de Hikari, y deseó que hubiera cambiado ya cuando se encontró subiendo las escaleras. Alys la seguia agarrando del brazo con fuerza, sin despegarse un solo momento. Alcanzaron el piso de Flora, pero nadie respondió al llamar a la puerta.
-Parece que no hay nadie. -concluyó Alys dando media vuelta, obligando así a girarse a Mako-chan.
-Puede que estén el piso de Hikari.
Subieron un par de pisos más hasta llegar al piso de Hikari.
Al llamar, Flora abrió la puerta sorprendida.
-¡Bienvenidas! ¿Qué hacéis aquí?
-Hemos venido de visita - confesó Ay-cham mientras entraba en el piso -¡Qué piso tan grande!
- Hikari ahora mismo no está en casa, ha salido a tomar el aire un rato. Parecía estar mejor cuando ha salido...
-Pues me alegro mucho - se alegró Mako-chan - ¿Y donde decías que estaba?
-Pues no me lo ha dicho...
Se sentaron en los sofás a hablar.
-¿Y tampoco te ha dicho cuando va a volver?
-Pues no, pero me ha dicho que si se retrasa mucho que no le espere despierta...
Mako-chan empezó a sospechar. Si al día siguiente se descubría un nuevo asesinato, estaba claro que había sido él.
-Por cierto, ¿Qué sabes sobre la sacerdotisa de la flor de almendro? - preguntó Mako-chan. Todas le miraron con expresión interrogante, pues no sabían de donde había salido tal cosa.
-Bueno, de lo poco que conozco sobre plantas - Flora se levantó y se acercó a una estantería. Extrajo un libro lleno de flores diferentes - La flor de Almendro es el símbolo de amor y amistad universal. En la historia de San Valentín, el sacerdote que casaba a gente joven en secreto, cuando le descubrieron lo mandaron encarcelar. El encargado de encarcelarlo, el coronel Asterius, le reto a devolverle la vista a su hija julia, que nació ciega. Le devolvió la vista, y cuando lo ejecutaron, ella plantó un almendro junto a la tumba del sacerdote. Esta es la flor de almendro.
Le prestaron atención a una imagen de la enciclopedia de la flora mundial que acababa de mostrarles. Era una flor rosada de lo más hermosa.
-¿Qué es eso de la sacerdotisa de la flor de almendro? -preguntó Ay-chan, confusa todavía.
-Es algo que me nombraron el otro día, y quería saber lo que era...
-¿Y por qué me preguntas al mi, Titta?
-Hombre, es sobre una flor... -sonrió tímidamente-.
-Bueno, se está haciendo tarde, creo que deberíamos irnos. -interrumpió Ay-chan.
-Tengo hambre... - se molestó Alys.
-Voy con vosotras, voy a ver si viene Hikari. Últimamente está algo tristón...
Salieron del piso tras cerrar con llave. Fuera ya era de noche, y hacia más frío que cuando entraron.
-¿Por donde creeis que puede andar? - preguntó Flora.
-Pues no lo se...
-¡Quizá este en el maid café! - Ay-chan empezó a caminar en dirección al café.
-Hoy está cerrado... -Mako-chan la agarro por el cuello de la chaqueta y la hizo retroceder.
-Sigo teniendo hambre...- interrumpió Alys.
Tras varios minutos de caminata por la cuidad buscándolo, no encontraron nada por ninguna parte. Incluso había poca gente aquella noche, una noche en la cual la niebla empezó a apoderarse de la cuidad a un ritmo alarmante. Ya era difícil ver a escasas dos manzanas de distancia cuando Mako-chan sintió una escalofriante sensación. Su sentido le avisaba de que alguien muy poderoso andaba cerca, y no estaba solo. También percibió el alma de alguien cuyo rastro desprendían las misma características de Hikari, pero cien veces desatadas. Echó a correr separándose del grupo. Si tenia que cuidarlas, no podría enfrentarse a lo que se le pudiera venir encima.
Varias manzanas más allá encontró dos sobras gigantes, de al menos dos metros de altura, luchando una contra la otra. Dos sombras que se esclarecieron al acercarse Mako-chan: Eran dos hombres lobo, uno completamente gris y otro de cabello más castaño. Pero el blanco tenía unos extraños brazaletes cuyas marcas brillaban de color rojo.
-¡Gruaaaarg! -rugió el monstruo albino mientras trataba de morder al Pardo, que se resistía empujadolo hacía atrás. Un mal golpe y los dos cayeron al suelo, y El pardo se apartó hasta cerca de Mako-chan, quien no tardó en invocar sus poderes de demonio. El pardo le hizo el gesto de que se quedara atrás, cuando saltó en dirección al Blanco y de un zarpazo destrozó uno de los brazaletes. Entonces, empezó a retorcerse en el suelo el albino, y de otro zarpazo el pardo destrozó el segundo brazalete, que misteriosamente dejó inconsciente al hombre lobo blanco, tras varios segundos de incomprensible agonía. El pardo se volvió pequeño hasta alcanzar la forma humana, Y Hikari apareció entre las sombras de la transformación. El otro mostruo también invirtió su transformación inconsciente en el suelo, dejando a una chica albina de pelo largo tendida en el suelo, desnuda en el frio suelo. Hikari de acercó a ella y la cogió en brazos.
-¿Ahora me crees? -dijo mientras se acercaba a ella - No era el único hombre lobo del lugar, y no era yo el asesino.
-¿Y quien es ella?
-No lo sé, por tiene pinta de ser otra híbrida como yo. Si conseguimos encontrar donde la transformaron podremos obtener respuestas más claras al respecto.
Makogami apartó la mirada un momento.
-Lo siento.
-No lo sientas - respondió él, llevando a la chica en brazos, a quien vistió con su bata de laboratorio - de todas formas ya esta resuelto, Mako-chan.
Le sonrió dulcemente mientras se alejaba. A poca distancia de él iba Mako-chan, quienes no tardaron en reencontrarse con el resto.
-¿Dónde estabais? ¿Por qué has echado a correr? - Preguntaba flora algo enfadada - ¿Y quien es esa chica?
-Luego te lo explico. Ahora vamos a mi casa.
En dirección a la casa de Hikari, Mako descubrió el colgante que llevaba puesto la chica a la que cargaban : Era una mariposa idéntica a la de los broches, pero esta vez era morada, como una amatista.
-El colgante...- sacó los otros dos broches. Los tres eran idénticos, excepto por la piedra que los decoraba - ¿Qué serán estas cosas?
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El Harem De Mako-chan
Teen FictionDesde que era pequeña, Mako-chan descubrió tener un poder que pocos más son capaces de controlar. Siendo la séptima diosa demoníaca, trata de vivir una vida tranquila como estudiante que es, aunque no siempre su vida es tan tranquila como a ella le...