Nos quedamos en silencio durante unos minutos, mi cabeza funcionaba a mil por hora intentando encontrar las palabras justas. Sabia cuales debía decir, esas dos palabras que me habían estado persiguiendo durante muchos años. Esas que se habían quedado atragantadas en mi garganta en más de una ocasión.
—Tengo que volver con mis amigas —dijo en mi oído, pero no hizo ningún intento por separase de mi.
—No quiero soltarte.
Ella levanto su mirada y pude notar sus ojos acuosos, eso me mataba. Me maldije una y otra vez por ser el responsable. Limpie con mis dedos sus lágrimas y la abrace.
—Por favor no llores.
—Entonces no me hagas llorar.
—No es mi intención y lo sabes.
Permanecemos abrazados, quietos en medio de la pista. Pronto comenzamos a mecernos nuevamente, no por dejarnos llevar por la música sino por acunarnos mutuamente.
—Nunca lo es, pero nadie me ha hecho llorar tanto como vos.
Sus palabras dolían, pero eran ciertas. Yo también había llorado por ella, más veces de las que me gustaría reconocer.

ESTÁS LEYENDO
Lo juro
RomanceGermán y Anabelle han sido amigos toda la vida y sí, se aman, pero ambos temen que ese amor los destruya y los separe para siempre. Llevan años jugando con fuego, jurándose que nada va a destruir su amistad, pero sus caminos están a punto de separas...