42 - Lo juro (Parte 1)

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Me despierto gracias al sonido del estruendoso despertador. Estiro el brazo y tanteo hasta encontrarlo, pero termino por tirarlo al suelo. Por suerte deja de sonar. Estiro mi cuerpo bajo las sabanas aun sin abrir los ojos. Tengo sueño, ayer me quede hasta tarde revisando unos planos que debíamos presentar hoy mismo.

Me levanto perezosamente y me dirijo al baño a darme una ducha fría, es la única forma para que me despeje y pueda arrancar el día como corresponde. Me visto y tomo un desayuno rápido antes de salir de mi departamento.

Mientras voy manejando en mi coche por las calles de Toledo recibo un llamado en mi celular. Aprieto el comando de manos libres del auto para atender el llamado.

—¿Hola?

—¿Germán?

La voz de un hombre se escucha desde el otro lado de la línea, una voz que llevo mucho tiempo sin escuchar y al instante se me hiela la sangre.

—¿Sergio? —pregunto sabiendo la respuesta.

—Hola muchacho, si soy yo ¿Podes hablar?

—Hola, sí, sí, estoy manejando a mi trabajo, pero voy con el manos libres.

—¿Podrías llamarme cuando llegues a tu destino?

Una alarma se enciende en mi interior y antes de pensarlo me encuentro estacionando mi auto en una esquina.

—¿Qué ocurre?

—No te preocupes, solo que no creo conveniente tener esta conversación mientras estas manejando...

—Me estacione —digo interrumpiéndolo—. Sergio, por favor, sea lo que sea que tengas para decirme solo decimelo, estoy empezando a divagar y no me gusta...

—Tranquilo. —Me interrumpe él esta vez—. No es nada para que te asustes, es solo que... tu mamá ha estado bastante decaída de salud últimamente y sé que no te lo ha dicho para no preocuparte. Creo que deberías visitarla.

—¿Está enferma de gravedad? —pregunto algo nervioso.

—No, no es nada grave, son achaques de la edad, pero con Andrea la estuvimos llevando a hacerse unos estudios de chequeo por las dudas.

—¿No me estas ocultando nada?

—No, solo quería ponerte al tanto.

—Ok, gracias por llamarme, veré como me organizo para poder ir.

—Espero verte pronto entonces.

Tengo la necesidad de preguntarle mil cosas, pero no me atrevo.

—Gracias, por llamar y por preocuparte por mi mamá.

—No hay nada que agradecer. Hablamos pronto.

—Hasta pronto.

Pasaron cuatro años desde que estuve por última vez en mi ciudad natal y todo este tiempo no había hecho más que intentar olvidar. Pero siendo sinceros, a duras penas había logrado ignorarlo.

An finalmente decidió casarse con Martín y yo regrese a Portugal a los dos días de aquella noche de la despedida. Le deseé suerte y le pedí perdón por todo, debía aceptar que había perdido mi oportunidad. No solo me alejé de mi ciudad, también me alejé de todos, incluidos mis amigos de toda la vida. Solo mantenía el contacto con mi madre, pero ni siquiera la había ido a visitar en todo este tiempo.

Todo me recordaba a ella y eso dolía.

Aun así, había sido masoquista en muchas oportunidades al buscarla en las redes sociales para saber un poco sobre su vida. Había tenido una hermosa niña a la que llamaron Isabella, era una preciosura. Había visto muchas fotos donde se la veía feliz e intentaba conformarme con eso, pero no podía.

En cierto momento deje de buscarla en la red, no tenía sentido seguir sufriendo, debía avanzar e intentar seguir con mi vida. En lo laboral había tenido mucho éxito, de hecho, la reunión de hoy era para extender la red cloacal a otras ciudades de España. Pero en lo sentimental, no había logrado gran cosa.

Luego de la reunión, en la cual se definieron plazos y metas a cumplimentar, me puse a organizar mi viaje a casa, me preocupaba que mi mamá me estuviera ocultando algo de gravedad. Tenía unos quince días antes de comenzar con el proyecto e iba a aprovecharlos para ir a visitarla. No podía creer que iba a volver después de cuatro años, solo esperaba que todo estuviera bien.

Al bajar del taxi frente a mi casa, una sensación de bienestar se apodero de mi ser. Baje mis maletas y me dirigí hacia la puerta, una vez frente a ella toque el timbre. Estaba nervioso por su reacción, no le había dicho que vendría. Aunque si le había avisado a Sergio para que estuviera al tanto por las dudas, pero le había pedido que no le dijera nada. Escuche unos ruidos del otro lado y mi ansiedad creció, pero cuando la puerta se abrió, me quede helado.


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Hola!!!! hoy nueva maratón, ya en la recta final!!! 

Este es el 1/3, así que no me maten todavía por haber dejado que An se casara  :)

En un rato subo el siguiente!!

Lo juroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora