Nos pasamos toda la tarde charlando y poniéndonos al día con mi madre y con Ana. Todavía no podía creer que ella estuviera acá, en mi casa. Miles de sentimientos se habían despertado en mi interior y siendo sinceros, eso me asusta mucho. Tarde mucho tiempo en hacerme a la idea de que debía seguir adelante sin ella como para volver a caer.
Isabella era un amor de niña, era muy dulce y sus ocurrencias me arrancaban sonrisas a cada instante. Me encontré por momentos imaginando como hubiera sido formar una familia con ellas. Ver como An la miraba, con ese amor incondicional de una madre, me hacía sentir aún más perdido por ella.
A la hora de la cena mi mamá invitó a Anabelle y a Isabella a quedarse con nosotros, lo cual acepto gustosa. Mi madre parecía extrañamente llena de energía, incluso insistió en preparar ella la cena.
Tuvimos una velada tranquila, me sentía muy feliz de estar con ellas, con las dos mujeres más importantes de mi vida. Luego de cenar, Isa se quedó dormida en brazos de mi madre, por lo que se ofreció a acostarla. Se despidió de nosotros ya que ella también iba a acostarse a dormir.
Con Ana recogimos la mesa y lavamos los platos. Al terminar nos fuimos al patio trasero y nos sentamos en la hamaca doble. Muchos recuerdos de nosotros dos en ese mismo lugar vinieron a mí, en especial uno.
—Acá me diste mi primer beso —dijo de pronto.
—Estaba pensando en eso —conteste sin mirarla.
—Ah ¿sí?... y ¿en qué más pensabas?
—En todos los recuerdos que me evocan este lugar...
—Demasiadas cosas vividas ¿no?
—Demasiadas... compartí con vos la mayor parte de mi vida An.
Ella se acurruco a mi lado, apoyando su cabeza en mi hombro y abrazándose a mi brazo.
—Te extraño...—susurro bajo.
Cerré los ojos y tragué saliva.
—Y yo a vos... —susurre apoyando mi mejilla sobre su cabeza.
—¿Qué nos pasó?
—¿La vida? —dije triste.
Mi cobardía, dije para mis adentros. Permanecimos en silencio unos minutos, ambos perdidos en nuestros pensamientos.
—Estando así, en este lugar, los dos juntos... es como si no hubiera pasado el tiempo —dijo rompiendo el silencio.
—Pero paso... y no solo el tiempo peque.
—A veces hace falta vivir ciertas cosas para aprender y crecer.
—Hubiera preferido no vivir ciertas cosas...
—Si pudieras cambiar una cosa del pasado, solo una ¿Qué sería?
—No creo que cambiar una sola cosa me alcance como para remendar todo lo que hice mal.
—Pero siempre existe una decisión, una acción, un momento que es el que determinó tu presente.
—¿El tuyo cual sería?
Se quedo callada unos segundos.
—Supongo que aquella noche en la que te propuse ser amigos con derechos...
—¿Te arrepentís de esa noche? —pregunte algo triste.
Esa había sido una de las mejores noches de mi vida, fue la primera vez que hicimos el amor.
—No exactamente, fue una noche muy importante para mí. —Sus palabras me sacaron una sonrisa—. Pero si me arrepiento de no haberte sido sincera, no haberte dicho lo que realmente sentía y quería.
—¿Y qué me hubieras querido decir? —dije tragando saliva nervioso.
Ella se separó de mi y se posiciono de costado para mirarme de frente a los ojos.
—Te hubiera dicho que te amaba, que quería todo con vos... Te hubiera dicho que dejaras de ser un maldito cobarde y que me dijeras de una vez por todas lo que realmente sentías por mi... —Bajó la mirada—. Pero estoy segura que te hubieras acobardado...
Mi corazón se aceleró y comenzó a golpear fuerte en mi pecho.
—Es probable, vos me hacías sentir demasiado inseguro y vulnerable... Pero quizás te hubiera dicho la verdad... que también te amaba con locura... —Ella levanto su mirada nuevamente.
—Es una pena que nada de eso pasó...
—Lo es...
Levante mi mano algo inseguro, pero al ver que no se apartaba la apoye sobre su mejilla y la acaricie. Ella cerró los ojos. Dios, moría por besarla.
—Peque, mirame.
Ella abrió los ojos y los clavo en mí.
—¿Es demasiado tarde?
Por un momento vi duda en sus ojos, pero luego apreció ese brillo que tanto había amado en el pasado. Negó con su rostro y eso me basto para sentirme el hombre más dichoso del mundo.
—¿Y para vos? —pregunto temerosa.
—Jamás peque.
Me regalo una hermosa sonrisa, una que ilumino su rostro y que me contagio de inmediato. Comencé a acercarme lentamente pidiéndole permiso con la mirada, quería besarla con todo mi ser. Ella solo cerró sus ojos y con eso me basto para romper la distancia que nos separaba.
Sentir el contacto de sus labios fue la sensación más maravillosa que había experimentado en mucho tiempo. Nuestros labios se acariciaron lentamente y pronto comenzamos a profundizar el beso. La estreche contra mi abrazando su cintura con un brazo y colocando mí otra mano detrás de su cuello. De manera torpe ella se subió a horcajadas mío.
Un mar de emociones me embargó, podía notar nuestra respiración superficial y el fuerte latir de nuestros corazones. La falta de oxígeno nos hizo separarnos, permaneciendo aún muy cerca el uno del otro. Apoye mi frente en la suya mientras intentaba recuperar el aliento.
—Sabes que esto no va a ser fácil ¿no? —Pude notar preocupación en su voz—. Tengo una hija ahora, estoy en medio de un divorcio, vos vivís y trabajas del otro lado del mundo...
—Lo sé —dije interrumpiéndola—, pero podés estar completamente segura que esta vez no pienso dejar que nada me aparte de vos. Te amo peque, lo he hecho toda mi vida y jamás dejare de hacerlo.
—Yo también te amo —dijo con lágrimas en sus ojos—. Dios, te amo tanto.
Me abrazo y yo le devolví el abrazo, aun idiotizado por escucharla decirme esas dos maravillosas palabras. Volví a separarme de ella y limpié las lágrimas de sus mejillas.
—Jurame que esta vez todo va a ser distinto.
—Lo juro, pienso amarte por el resto de mi vida —dije ya sobre sus labios.
*****************************************************************************************************
Capítulo 3/3 yyyyyyyy FIN.... No puedo creer que ya termino esta historia, espero que les haya gustado porque a mi me encanto escribirla :)
Mañana subo el Epílogo, pero la historia ya concluye acá, ellos se van a dar una oportunidad y estoy segura que esta vez ese juramento va a ser cumplido al pie de la letra.
Gracias a todos los que me acompañaron en esta aventura, los quiero!!!
Saluditos!!!!

ESTÁS LEYENDO
Lo juro
RomanceGermán y Anabelle han sido amigos toda la vida y sí, se aman, pero ambos temen que ese amor los destruya y los separe para siempre. Llevan años jugando con fuego, jurándose que nada va a destruir su amistad, pero sus caminos están a punto de separas...