26.

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Santiago.


Los rayos del sol me despertaron dándome en mi rostro, me acomode mejor en la suave almohada perfumada que tenía abajo, olía muy bien ese perfume, me gusta como huele me recuerda a algo pero no se a que, es nostálgico, me acomode mejor pero debía levantarme temprano, el sol se estaba volviendo molesto, abrí los ojos y un dolor empezó a invadir mi cabeza, me aleje del sol que se hizo más molesto que antes, me agarre mi cabeza que me dolía.

Levante mi rostro y revise mi cuarto, espera este no es mi cuarto, se me hace conocido pero no es mi cuarto, revise la cómoda almohada debajo de mi... E-e-es e-el s-eño-eñor D-avid, ¿Qué hice? Recuerdo que después de que el trabajara, oí el timbre del ascensor iba a revisar quien era y vi al señor David abrir la puerta, tenía muchas bolsas en sus manos, unas las puso en el refrigerador y otras en la barra, saco de la bolsa papas y frituras que las coloco en unos platos, comí mucho y además de que compro cerveza, era dulce pero al tiempo de pasar por mi garganta se sentía el sabor del alcohol, era muy rico que se hizo adictivo.

Después de un rato hablando, hay cosas que no recuerdo bien ¿Que hice después? No recuerdo pero estoy en la cama del señor David, tal vez bebimos demasiado y nos venimos a acostar, mi madre debe estar furiosa en estos momentos, me duele demasiado la cabeza, me levante y sentí que agarraban mi muñeca ¿Se abra despertado el señor David? Me da miedo voltear, voltee muy despacio pero está completamente dormido, diciendo cosas en voz baja y sonriendo ¿Que estará soñando?

Ahora que lo veo, se ve tan tranquilo y pacifico en estos momentos, me trate de soltar de su agarre, separaba un dedo y así sucesivamente, cuando me soltó hizo un mueca y siguió dormido, busque mis zapatillas que estaba del otro lado de la cama, me las coloque y revise si el señor David ya se había despertado, pero no.

No me puedo ir así nada más, tengo que despertarlo o dejarle una nota, también debo mandar un mensaje o llamar a casa, pero primero debo despertar al señor David, me acerque a él muy cuidadosamente sin hacer ruido alguno, empecé a tocar su mejilla.

– S-señor David. – lo llame, hizo un gesto – Señor David. – volví a llamarlo.

– ¿Que pasa Santi? – pregunta con su voz ronca, hizo que mi corazón latiera más rápido.

– D-debo irme, disculpe s-si cause algún p-problema o si dije algo – me disculpe, me toco mi mejillas acariciándola.

– No te disculpes, te llevare. – dijo levantándose de la cama estirando sus brazos, oí el sonido cuando se los trono sus huesos, no me gusto.

– N-no se preocupes, puedo pedir un taxi – dije y negó.

– Solo deja que tome un baño y te llevare – ordeno y asentí.

– ¿Quiere que le prepare algo? – ofrecí y me sonrió.

– Me gustaría – mis mejillas ardían por esa sonrisa, asentí.

Camine hacia la puerta y mientras la cerraba vi que el señor David se quitaba la camisa, pude ver esa espalda, la cerré de inmediato, sentía mis mejillas arder más, quite esas cosas de mi mente y me fui a la cocina, empecé a batir cosas, voy a preparar hot cakes y también café, la casa empezó a oler a mantequilla y después a los hot cakes, los puse en un plato y los lleve a la mesa, en unos tazones puse mermelada de fresa, miel y leche condensada, puse café en la mesa y vi de reojo que salía el señor David, su cabello estaba mojado pero ya estaba vestido.

– Huele delicioso – dijo mientras se relamía los labios, desvié la mirada.

– S-sí.

Comimos tranquilamente, no quería hablar, me daba miedo que me dijera algo vergonzoso que hice ayer borracho, no recuerdo que dije o hice ayer, ni quiero saber.

Bebé (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora