Bebé (Yaoi/Gay)

Prólogo.

Me despertó un sonido, debe ser la alarma de un teléfono o no sé de dónde provenía el sonido pero es molesto, me acomodé en la cama de donde estoy acostado, siento algo al lado de mí, me acomodo mejor en la cama, abro los ojos para ver que está al lado de mí y ver de dónde provenía el sonido para silenciarlo, veo que es un hombre muy apuesto e imágenes vienen a mi memoria, donde los protagonistas son: el hombre que tengo al lado que está desnudo, el alcohol, sexo y yo... Que veo que también estoy desnudo solo tapándonos una sábana blanca.

Me siento en la cama y el tipo empieza a murmurar cosas mientras se acerca más a mí, me rodea con sus enormes brazos.

Y todo esto me pasa por tomar e irme con un extraño a su casa, además de que este no es mi cuarto, trato de zafarme de su agarre y él se aferra más, es muy fuerte para poder soltarme de él ¡Demonios!

Después de cinco minutos tratando de zafarme de este hombre, me sustituyo con una almohada, después me suelta y caigo de la cama, ¡Dios! Me duele el trasero, ni modo, yo tuve la culpa por irme con este fortachón, que si recuerdo bien pero no tanto, fue muy bueno el sexo que tuve con él, debo tratar de recordar su nombre.

Me levanto del suelo lentamente, busco mis bóxers, que están tirados cerca de un sofá, me los pongo, siento mucho dolor pero trato de no tomarle mucha importancia.

Veo al hombre que está profundamente dormido en la enorme cama, es guapo y sexy, su cuerpo está bien trabajado, es musculoso, su cabello es negro y está un poco largo, algunos mechones caen en su rostro y abraza más a la almohada mientras sonríe, ¿Que estará soñando?

Dejo de prestarle atención para ver el cuarto en donde estoy, veo que hay un espejo que abarca toda una pared, del otro lado caen unas cortinas, pero es en toda la pared, que raro. Me acerco y levanto la cortina para ver qué hay detrás y me llevo una enorme sorpresa.

Veo la ciudad completa desde donde estamos y se ve genial, me encantaría tener una cámara ahora mismo, pero ni modo. Veo hacia abajo y creo que estamos muy alto, ¿Será un departamento? Porque es enorme, si la habitación es grande como será cuando salga de este lugar.

Veo que el tipo se empieza a despertar, abre los ojos pero no me ve, yo solo lo observo sentando en el sofá, cuando me ve sonríe.

– Pensé que ya te habías ido... – su voz era ronca, pero sexy.

– Me tengo que ir, solo esperaba a que te levantaras para despedirme – avise mientras me pongo mis jeans, saco mi teléfono de ellos, veo que tengo unos mensajes en el pero no le prestó atención solo veo la hora, 6:05 a.m., de reojo veo al tipo que se sienta, me observa mientras me acomodo mis pantalones.

– No te vayas todavía Gael – dice. – Todavía tenemos tiempo – dice con una sonrisa coqueta y divertida, pero no tengo tiempo para esto, fue divertido pero no.

– Lo siento pero tengo que irme – dije, tengo que irme, debo ir a mi departamento y darme un buen baño para después ir a clases. Busque mi camisa que está en el suelo y me la puse, escucho pasos detrás de mí, después algo tocar mi cintura y siento algo húmedo en mi oreja.

– Vamos Gael, solo un rato... – dice en mi oído con su voz seductora, me quito de su agarre y volteo a verlo, trato de poner una sonrisa.

– Lo siento... – trato de recordar su nombre... Creo que es Guillermo. – Guillermo... Pero debo irme – dios, no me gusta decir mis cosas. – Tengo ir a clases, después será – le digo dándole un beso en la mejilla, tratando de lucir coqueto para que se lo crea.

– Solo dime Memo, te lo dije anoche – comento rodeándome de nuevo con sus enormes brazos y me da un beso en mis labios que correspondo para que me deje ir, eran cortos pero después se volvieron más profundos, ¡Tengo que irme! – Esta bien, pero por dejarte ir... – dice y baja su mano tocando mi trasero apretándolo ¡Desgraciado! Me duele el trasero, pero trato de disimular el dolor y le sonrió para que me deje. – Debes darme tu numero para repetir lo que hicimos anoche – se acercó a mi cuello y me mordió, espero no tener marcas. ¡Dios! Ahora quiere mi número y solo por dejarme ir, pero tengo que así que: