48. Pasado de Santiago.

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Desde muy pequeño, Santiago fue amado por ambos padres, siempre estaba rodeado de su familia, además de ser el más pequeño de toda la familia, sus abuelos lo consentían y más sus primos cuidándolo constantemente de personas que se le acercaban, sus primos eran muy celosos y sobreprotectores, sabían de la belleza del pequeño y les daba miedo que alguien le hiciera daño a su primo.

A la edad de 8 años, sus primos eran sus guardaespaldas, muchos lo confundían con una niña, su cabello rubio quedando hasta sus hombros, sus ojos verdes brillando, sus mejillas sonrojadas, su delgado cuerpo, sus piel tan blanca, sus lunares del cuerpo resaltaban, pero cuando veían que tenían el uniforme de un niño, pensaban que no le gustaba vestir vestidos pero no, él es un niño lindo, un ángel pensaban cuando lo veían.

Sus padres lo habían metido a una escuela privada como a sus primos, sus primos mayores que él, estaban en la misma escuela lo cuidaban cuando iban de camino con los demás primos que estaban en secundaria y en preparatoria, rodeaban al pequeño Santi que resaltaba con un sonrisa que brillaba cuando lo veías, cuando entraban lo escoltaban a su salón y cada quien se iba a su salón, los demás se despedían de él antes de entrar a la escuela.

En los recesos, sus primos lo buscaban y se iban a comer juntos, cuando un niño se le acercaba sus primos les decían que se fuera, que él no necesitaba amigos, a Santi no le molestaba pero a sus primos si, sabía que sus primos eran sobreprotectores.

En la salida, se iban juntos a la entrada y los mayores los esperaban, se iban todos juntos a casa de Santi, en casa de oji-verde iba Gael, que como también era lindo sus primos lo cuidaban pero no tanto como a Santi, sabían que Gael estaba en otra escuela y que era tímido, pero eso no les molestaba, ellos eran amigables con el pequeño Gael, le gustaba la compañía de lo chico.

Cuando iban a la escuela y lo dejaban en su salón, el maestro veía que muchos chicos cuidaban a su alumno, sabía que su alumno era tan lindo, que parecía una niña pero es un niño, cuando daba clases siempre le preguntaba a Santi que a veces respondía bien y otras no sabía que contestar, su maestro lo hacía pasar al pizarrón, el pequeño temblaba y sus mejillas se sonrojaban más, es tan hermoso cuando se ponía así, pensaba el maestro que nunca le quitaba la vista al pequeño Santi.

Los meses pasaban, ese maestro veía más a Santiago, su mirada siempre lo buscaba, siempre lo veía cuando llegaba, se sentaba en su lugar, veía la ventana, escribía y le encantaba su voz, esa voz angelical a la hora de leer, que se trababa a veces por no entender las palabras, cuando lo pasaba al pizarrón a que resolviera el ejercicio, le encantaba que estuviera tan cerca de él, cuando venían sus amigos, que no sabía el maestro que eran sus primos para ir a almorzar, que comía, sabía que le gustaban las cosas dulces, también cuando regresaba alsalón y continuaba con lo mismo, cuando se levantaba con su mochila y se iba, viéndolo por la ventana que unos chicos mayores que Santi venían por él.

Ese maestro quería acercársele a Santi pero veía que era muy popular, con esos chicos viniendo por él y más esos chicos de secundaria y preparatoria, pensaba que esos chicos admiraban la belleza del pequeño igual que él.

Cuando el maestro llego de su jornada de trabajo de la escuela, dejo todas sus cosas en la sala, mientras se quitaba esos zapatos, tocando el piso frio, dándole una sensación placentera, se quitaba la ropa y se aventaba a la cama, solo quedando en bóxers, pensando en ese pequeño, en como seria su cuerpo, sus pezones, su pequeño pene, su cuello, sus piernas y brazos, quería saber todo de Santiago.

Era tanta la obsesión del pequeño que le tomaba fotos a escondidas cuando reía o jugaba con la pelota, las tenía colocadas en una caja bajo su cama, para poder verlas y apreciar la belleza del chico.

Bebé (Yaoi/Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora