Gael Smith, un chico de 19 años, de estatura un metro sesenta y cuatro, estudiante de leyes, es uno de los mejores de su generación, en el día él es un chico lindo y adorable.
En las noches, sale a divertirse con hombres de su edad o más grande que...
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David.(Es el de la foto *0*)
La alarma no dejaba de sonar además de mi celular, son llamadas del extranjero de mis empresas que me dejo mi abuelo, no he dormido del todo bien y estoy muy estresado, apague la alarma y después atendí la llamada, me levante de la cama para contestarla. Después de la llamada fui a darme un baño, el agua me tranquilizaba pero luego recordaba mi pesado trabajo y volvía esos problemas que debo resolver.
Salí del baño y fui a buscar mi traje, después mis bóxers, el traje era gris oscuro, una camisa blanca y una corbata, después los zapatos. Me coloque un reloj y me acomode el cabello con un poco de gel, me perfume y luego salí de mi habitación.
Vi a Michel sentada tomando su chocolate caliente con galletas, me vio me regalo una cálida sonrisa, le sonreí y fui a prepararme café que vi que ya estaba, no me gusta que ella este en la cocina, me preocupan mis bebés, vertí el café en la taza y me fui a sentar a un lado de ella.
– "¿Cómo amaneciste Michel?" – pregunte.
– "Bien señor David, gracias por preguntar ¿Y usted?" – contesto y pregunto.
– Bien – dije, ella asintió, sabe leer los labios, eso me gusta.
Ella se queda aquí desde que quedó embarazada, y me agrado mucho que fueran dos niños, no sé porque salieron gemelos pero me agrado, será porque siempre cuando hacen esto de vientres siempre salen dos o a veces uno, pero me toco suerte en que fueran dos, su pancita es más grande, toque su vientre y les sonreí, tengo que hacer mi mayor esfuerzo por ellos.
Deje mis traste sucios en la cocina y fui a lavarme los dientes, después me despedí de Michel diciéndole que no entrara a la cocina y que más tarde vendría Santi, tome mis cosas y salí de ahí, me fui directo a mi auto y deje las cosas en el asiento de al lado, me fui de ahí, en el camino recordaba cuando le dije a Santi que tendría que tener hijos.
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Recuerdo.
Llegue de la cena con mi familia, estaba cansado y deje mis cosas en el armario de la entrada, solo oí ruido en la cocina y el olor invadía mis fosas nasales, olía tan bien, me recargue en la puerta de la entrada y vi a mi lindo Santi cocinando con un delantal naranja, unos jeans azules un tanto pegados a su cuerpo, una camisa gris con mangas negras y sus converse.
– Hola Santi – lo salude y se sorprendió.
– Hola David – me regreso el saludo, se acercó a mí y vi que tenía una batalla en su mente de besarme o no, sonreí y baje un poco para que pudiera, me beso y abrí los ojos, estaba sonrojado, me encanta este niño.
