| Capítulo 31 |

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En cuanto cerró la puerta se dirigió a la habitación de Trisha donde su esposo se encontraba

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En cuanto cerró la puerta se dirigió a la habitación de Trisha donde su esposo se encontraba.

—Michael— le dijo recargada en el marco de la puerta

Él, al verla, quiso evitar cualquier tipo de comunicación con ella, así que se dirigió a la habitación donde dormía con Linda.

—Michael ¿Qué sucede? ¿Por qué me ignoras?

—¿Quieres saber lo que sucede? Bien: en el trabajo una pérdida de $50 mil dólares, adivina a quién culparon todos esos malditos empleados... ¡a mí! Y para terminar te haces la ofendida porque no te saludé a ti primero ¿Qué demonios te sucede a ti?

—Sucede que veo cómo se le iluminan los ojos a Dalila cada vez que te ve, y hoy no fue la excepción— Michael se puso algo nervioso y desvió rápido la mirada

—No es cierto... Mira ¿Sabes qué? Con tus estúpidos celos no vamos a llegar a nada, además de qué te quejas: traigo dinero a casa, tenemos niñera, nunca falta comida ni pañales para la niña, casi soy tu chofer ¿Entonces? ¿¡Qué mas quieres!?— dijo desesperado

—Podrás darnos tus "comodidades" pero ya no pasas tanto tiempo con Trisha, siente tu ausencia cada vez más... al igual que yo.

—No metas a nuestra hija en esto.

—Tú la metiste primero, esto no está bien... mi amor— se acercó al borde de la cama donde Michael estaba sentado y ella se puso de cuclillas y acarició sus rodillas —¿Qué estoy haciendo mal?— él desvió la mirada —Michael por favor mírame— tomó su mentón para que la viera —¿Qué nos ha sucedido? Siento como si te estuviera perdiendo, eres indiferente conmigo, me evitas y lleva tiempo que ya no tenemos intimidad.

En lo mas profundo de su ser sabía que su esposa tenía razón y se sentía culpable, pero no lo suficiente como para dejar de divertirse con Dalila.

—Pero no me has perdido, agradece que todavía sigo aquí porque créeme que otro ya te hubiera dejado con todo e hija.

—Hasme tuya una vez más, solo así estaré segura de que todavía me amas.

—¿Tienes idea de lo que dices? ¿Te estás escuchando?— preguntó sorprendido

—Estoy mas que segura.

A decir verdad, Michael no se sentía muy cómodo con la situación y menos si se trataba de ella; pero si lo tenía que hacer con tal de que Linda no hiciera de esa petición una gran discusión debía hacerlo.
Comenzó a besarla y posteriormente ambos se deshicieron de sus prendas, pero era obvio que algo había cambiado entre ellos.

—Dime... ahh que... me amas— gimió ella

Michael trató de evitar pensar en lo que le había dicho ella y comenzó a penetrarla aún mas rápido mientras sus ojos estaban cerrados. Linda, al ver que no respondía se preocupó.

—Amor ¿Todo bien?

—Lo lamento Linda pero no puedo.

Ella creyó que se refería a que no podía eyacular.

—Mike tranquilo, todo está-- fue interrumpida

—¡No lo entiendes! No puedo decir que te amo porque...— no pudo contemplar la frase ya que muy en el fondo se sentía de que sus sentimientos hacia Linda comenzaran a cambiar. Pero no quería que sus peores temores se hicieran realidad

—¿Ahora qué sucede?

—Ya no es lo mismo, no me satisfaces más— le dijo fríamente

Simplemente no podía creer lo que acababa de decir una de las personas que ella más amaba en el mundo.

—Bien— se levantó de la cama y se colocó su bata de dormir dispuesta a abandonar la habitación

—Oye, no pretendes dejarme así ¿verdad?

—¿Y qué si lo hago?— lo miró por última vez para cerrar fuertemente la puerta

Michael, frustrado y enojado, se dirigió al baño a terminar lo que (junto con su esposa) había dejado inconcluso.

Por otro lado, Linda se encontraba en el sofá de la sala llorando mientras trataba de olvidar lo que Michael le había dicho hace unos momentos.



Linda

¿Cómo demonios se atrevió a decirme eso? No tiene ni la menor idea de cómo me sentí al oírlo decir tal cosa, y a decir verdad no estoy tan mal: como saludablemente, hago ejercicio y trato de conservar mi figura. No merezco que me haya dicho eso.

Al día siguiente en la mañana, iba rumbo al hospital cuando se encontró con su amiga.

—Hola Gen— tocó su hombro

—Hola nena ¡Qué coincidencia!— la saludó

—Ya lo creo— dijo cabizbaja

—¿Qué ocurre ahora? Es Michael otra vez ¿Cierto?— Linda asintió reteniendo sus lágrimas pero no pudo

—Ayer mientras hacíamos el amor le pedí que me dijera que me amaba pero dijo que no podía... yo creí que se refería a que no podía llegar pero... simplemente explotó y me dijo que ya no lo satisfacía más— finalizó entre lágrimas —Lo siento, no debí contarte mis intimidades— dijo apenada y Genevieve la abrazó

—No te preocupes te entiendo pero mira, deja que se tranquilice, de seguro venía enojado del trabajo y pues no sabía cómo sacar todo lo que sentía así que por desgracia se desquitó contigo— trató de tranquilizarla

—No... Estoy segura que es algo más que estrés por el trabajo, alguien más debe estar detrás de todo esto y voy a averiguar quién es. Voy a pedir que todas las llamadas sean grabadas.

—¿Estás segura de lo que harás?

—No me deja otra opción.



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My Heart is Full of Love © | Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora