| Capítulo 38 |

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Linda sentía la necesidad de despejar su mente, así que le dijo a su amiga que saldría un momento a caminar

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Linda sentía la necesidad de despejar su mente, así que le dijo a su amiga que saldría un momento a caminar.

—Amiga, ten mucho cuidado al cruzar, ya ves que hay cada loco manejando en esta ciudad— rodó Genevieve los ojos

—Si lo sé, mamá— bromeó Linda —Te encargo mucho a Trisha.

—Claro, tú no te preocupes, vete tranquila; nos vemos— se despidió

No dudó en aprovechar el día porque le tocaba cubrir turno en la noche en el hospital; así que iba muy relajada observando a los pájaros cantar y sintiendo las caricias de la suave brisa en su rostro. Pero de repente su panorama cambió, todo se tornó oscuro y escuchaba voces muy lejanas pero de entre todas esas pudo reconocer a una que no paraba de repetir su nombre.



Michael

Estaba más que decidido a ir donde Linda y tratar de enmendar los hechos; estaba tan feliz de volver a verla que no pensaba en otra cosa. Pero luego sucedería lo inimaginable: noté que desde una de las avenidas principales de Queens un auto venía siguiéndome y honestamente me asusté. Cuando estuvimos a la par pude reconocer de quien se trataba.

¡Eran mis amigos de la pandilla a la que pertenecía! Aunque si lo pienso bien, de amigos ya no les quedaba nada. Uno de ellos dijo ¡este es el fin, Jackson! y disparó varias veces, lo que hizo que perdiera control del auto, pero no logró rozarme ninguna bala. Miré por el retrovisor para asegurarme de que ya no me siguieran; sin embargo, esos pocos segundos bastaron para que sintiera un golpe muy fuerte y enseguida vi a toda la gente mirando un punto fijo del suelo, que no sea lo que estoy pensando, dije para mí mismo y me bajé del auto... Al ver esa escena todo mi mundo se vino abajo: era Linda quien se encontraba inconsciente en medio de un charco de sangre.

Mi amor, dios mío ¿Qué he hecho?— se lamentaba

—Señor, tiene que acompañarnos a la estación— se acercó un agente policial

—No, no iré.

—No me obligue a arrestarlo— dijo con más firmeza

—¡No voy a ir, maldita sea! Ya sé que la atropellé pero ella es mi esposa y necesito saber si está bien— volteó a ver a los paramédicos que la atendían y a la ambulancia —Iré con ella al hospital— dijo al borde de las lágrimas

—De acuerdo— dijo resignado —Valla con ella, pero luego tendrá que venir a la estación— le dio una tarjeta

Michael asintió y luego subió a la ambulancia para acompañar a su esposa al hospital, pero durante todo el camino la culpa lo consumía poco a poco, se sentía la peor basura del mundo.
Al llegar, los enfermeros traían una camilla en donde colocaron a Linda y la ingresaron para hacerle una cirugía de emergencia. 

Se quedó en la sala de espera, hasta que vio a Genevieve y se llevó una inesperada sorpresa.

—Gen, me alegra que estés aquí— se acercó —Escucha yo-- ella le dio una bofetada en la mejilla

—¿¡Por qué ella!?— lloraba —Tenía todo por delante y tú se lo arrebatas en un segundo, ella no te ha hecho nada; eres un maldito imbécil— se alejó de él

—Pero no es lo que crees.

—¡Púdrete, Jackson!— y se alejo aún más

—... Michael.

—Mamá ¿Cómo supiste lo de--

—Eso es lo de menos.

—En verdad fue un accidente, tú sabes que yo no haría algo así a propósito y menos tratándose de ella... ¿Me crees, cierto?— Katherine acarició la mejilla de su hijo

—Yo si te creo, cariño... pero la policía no, hasta ahora los hechos y los testimonios indican que lo hiciste adrede.

—No fue así, pero a pesar de todo no puedo evitar sentirme culpable, si tan solo no hubiera volteado a ver por el retrovisor nada de esto estaría sucediendo.

—No te atormentes, cariño. No fue tu culpa— lo abrazó

Pasaron cerca de cinco horas y aún no les informaban nada acerca del estado de Linda.

—Señorita disculpe ¿tiene información de Linda Johnson? Hace cinco horas la ingresaron y no nos han dicho nada— dijo Michael

La recepcionista tecleó algo en su computadora.

—No por ahora, está siendo atendida por el Dr. Crawford... de hecho ahí viene— señaló y Michael lo alcanzó

—¿Familiares de Linda Johnson?

—Si, yo soy su esposo— en eso la señora Katherine y Genevieve también se acercaron —¿Cómo está Linda?— preguntó

—La señorita sufrió un infarto de ocho segundos, tuvo heridas muy profundas, la mayoría tenía aún los cristales del auto y debido a su estado tan delicado de salud le tuvimos que inducir un coma. La buena noticia es que despertará en cualquier momento— todos exhalaron aliviados —La mala noticia es que debido al shock y golpe tan directo que sufrió ella... perdió a ambos bebés.

—¿Bebés?— volteó a ver a su madre y a Genevieve quienes se encontraban con la mirada perdida —Doctor ¿A qué se refiere?

—La señorita Johnson tenía cinco meses de embarazo y esperaba gemelos, el auto impactó tan fuerte en la parte baja de su vientre que la muerte de los dos fetos fue instantánea.

Genevieve lloró incontrolablemente y Katherine trató de calmarla pero simplemente no pudo.

—¡Todo es tu culpa! ¡Linda no estaría aquí de no ser por ti! ¡Asesino!— lo empezó a golpear en el pecho y a gritar tan fuerte que la gente de seguridad del hospital tuvo que intervenir y se llevaron a la chica lejos de Michael

—¿Puedo pasar a verla?

—La siguiente hora de visitas es a las 8:00 pm, puede venir a esa hora sin ningún problema.

—Gracias.

Y en silencio, salió del hospital y, a paso lento, emprendió camino hasta la estación de policía donde ya lo esperaban para interrogarlo y ver si el caso era apto o no para llevarlo a juicio.



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My Heart is Full of Love © | Michael JacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora