[COMPLETADA]
Seguramente para muchos regresar a la universidad no es algo que les emocione mucho, las tareas aumentan, los proyectos son más laboriosos y más situaciones emocionantes se presentan en Duxston, una universidad al norte de Nueva York. A...
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El tiempo pasaba demasiado rápido ya que el cambio de las estaciones de verano a otoño fue muy brusco a diferencia de otros años, pero bueno, hablando del tiempo, Linda ya se encontraba en el 5º mes de embarazo y no podía estar más emocionada porque precisamente ese día sabría el sexo de su bebé, y no quería ir sola a su cita con el médico, quería que Genevieve y la señora Katherine la acompañaran en ese día tan especial.
—Estoy tan feliz, ya quiero saber qué es— dijo muy entusiasmada
—Creo que estoy igual o más feliz que tú, y eso que yo no soy la que está embarazada— rió Genevieve
—Dentro de poco ya sabremos, no se desesperen— dijo la señora Katherine
—¿La señorita Linda Johnson?— preguntó una enfermera al corroborar su registro
—Si, soy yo.
—Ya puede pasar.
—Gracias.
Las dos acompañaron a Linda al consultorio del Dr. McClain.
—Hola ¿Qué tal? buenos días— saludó a Genevieve —Señora, me da mucho gusto verla una vez más— se dirigió a Katherine —Linda, me da gusto que estés aquí una vez más, por favor súbete a la camilla ¿tienes veinte semanas de gestación, cierto?
—Veintidós semanas— dijo mientras subía un poco su blusa, dejando al descubierto su vientre
—Perfecto, entonces es casi seguro que que si se va a dejar ver tu bebé ¿Cómo está tu nena?— preguntó mientras ponía el gel sobre el vientre de la chica y pasaba el doppler sobre él
—Cada día crece más y está bien— ella sonrió
—Que bueno, me alegro ¿y Michael?
Linda no supo muy bien qué decir, así que dijo lo primero que se le vino a la mente.
—Amm... él está trabajando, por eso no pudo acompañarme.
—Si me imagino... ¡miren! Ya se dejó ver— dijo señalando el monitor
—Bueno entonces díganos ¿Qué es?— preguntó Genevieve emocionada
—Me da muchísimo gusto anunciarles que Linda... no está esperando un bebé— las mujeres se miraron entre sí muy angustiadas, confundidas y asustadas —Sino que espera a dos: niño y niña. Muchísimas felicidades— sonrió
Ninguna cabía de felicidad y, como era de esperarse, no faltaron las lágrimas.
—¡Dios mío! No lo puedo creer— decía conmovida
Minutos más tarde se terminó la consulta y las tres salieron de ahí. Fueron a dejar a la madre de Michael a su casa mientras que las otras dos amigas se dirigieron a la casa de Genevieve.
—Linda ya son más de las 10:30pm ¿Por qué no te vas a dormir y continúas leyendo ese libro mañana?
—Iré en un momento Gen, solo quiero reflexionar un poco— dijo desde la silla mecedora de madera
—Está bien, buenas noches amiga. Te quiero— tras despedirse, Linda quedó sumida en sus pensamientos
Linda
La vida puede traerte como en un parque de diversiones cuando tienes, dolor de estómago: con ganas de vomitar. Bueno, no literalmente pero sí con altibajos muy bruscos que todos los podemos llegar a sentir de manera brusca e inesperada, pero más lo siente una embarazada con cambios hormonales.
No sé cómo manejar toda esta situación; es difícil porque en el fondo sigo amando a Michael pero hay algo que me dice que no puedo regresar a sus brazos como quisiera.
Me gustaría ir caminando entre colinas de algodón, despreocupada, pensando que todo estará bien y que no habrá dolor en el futuro.
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