Julieta
Suspiré al ver quien estaba en la puerta de mi casa hablando con mi madre, sin hacer notar mi presencia volví a mi habitación y me puse el vestido que me dio Brad, maldito manipulador siempre sabe conseguir lo que quiere.
- ¡Julieta te busca Brad! – Baje arreglándome los anteojos y mire a Brad que tenía una sonrisa triunfante. - ¿Por qué no me dijiste que habían planeado salir?
- Se me había olvidado. – Mentí. - ¿Puedo? – Con un poco de esperanza pedía que dijera que no.
- Claro que sí, sé que Brad te cuidara bien.
- Por supuesto Clarisa, es como mi hermanita pequeña. – Mi madre sonrió antes de besar nuestras mejillas para volver a la cocina. - ¿Nos vamos?
- Te detesto. – Cerré la puerta caminando hacia su auto, él mantuvo su sonrisa. – No sé cómo convences a mi madre para que me deje salir.
- Es fácil cuando eres una ratoncita de biblioteca y tu madre es muy cool. No te preocupes, de todas formas hoy es tu noche.
- ¿Disculpa? – Le miré mientras me ponía el cinturón, gran error.
- Hoy iremos a buscarte una chica.
- Brad yo no...
- No, eres muy linda y hoy te conseguiré una novia porque estoy cansado de que todas las chicas te rechacen y los chicos no te gustan para una relación estable, así que a menos que no consigas un número no iremos a casa.
Sabía que discutir solo sería una pérdida de tiempo con mi ruloso amigo, él tenía el don de la palabra a diferencia mía, de todas formas él se cansará y me irá a dejar a casa antes de medianoche. Brad se detuvo frente a Spyners, uno de los tantos bares a los cuales la escuela decía que no podíamos asistir.
- Este es un bar de lesbianas. – Él asintió mirando algo en su celular. - ¿Cómo planeas entrar?
- Conozco a la portera, por eso también traje un disfraz.
- ¡¿Te vestirás de mujer?! – Pregunté mirándole asombrada.
- ¡Claro que no, idiota! – Él se volteó a su asiento trasero y se puso un blazzer sobre la camisa que llevaba junto unos lentes negros. – Soy algo así como tu guardaespaldas. ¿Cool, no?
- No sé a cuantas chicas podría atraer una chica que cuida un chico.
- Solo entremos, ya verás como todas se interesan en la carne fresca.
Él no se equivocaba pero cada vez que mencionaba mi condición sexual inventaban una excusa para irse, al menos eran bastante amables y le invitaban una soda a Brad.
- ¿Y cómo te enteraste que te gustan las chicas?
- Siempre me gustaron las chicas como lo hacían los chicos. – Le sonreí.
- ¿También los chicos? – Le asentí a la castaña quien cambio su mirada rápidamente. – Oye, fue un gusto conocerte pero recordé que no le di la comida a mi gata, así que debo irme.
Ahí iba otra más, se los dije.
- Lo siento. – Me volteé a ver a Brad que parecía arrepentido. – Debí llevarte a un bar bisexual o algo, estas chicas son idiotas. – Me encogí de hombros. – Pide una soda, yo te invito. Iré al baño y nos vamos. – Yo asentí y suspiré cuando él me dejó.
- Hey linda, ¿Qué tomas? – Levanté la mirada y quede bastante sorprendida, pero si era Maia Foster, ¿Qué hacia ella aquí? – Hey, tú vas en mi escuela. – Sonrió.
- S-si. – Logre decir, torpe. Ella era muy linda y popular entre los chicos, siempre me ponía nerviosa en situaciones así.
- ¿Cómo lograste entrar?
- Mi amigo tiene sus contactos. – Ella me dio una soda.
- Yo invito, ¿Conseguiste algo? – Negué. – Pero si eres muy guapa. – Me sonrojé levemente.
- Pero al parecer ser bisexual es un repelente. – Ella suspiró.
- Muchas de estas chicas son tontas, no te preocupes. Yo saldría contigo. – La miré y ella tenía una sonrisa.
- ¿En serio?
- Claro, eso ayudaría a que tu amigo no te moleste, ¿No? – Yo asentí. – Soy Maia.
- Lo sé. – Ella me miró. – Digo, todos lo saben pero es que... - Decidí callar cuando noté una sonrisa en su cara.
- Me alegra no ser la única que conoce el nombre de la otra, Julieta.
- ¿Cómo lo sabes? – Nunca pensé que alguien como ella supiera mi nombre.
- Compartimos algunas clases y siempre terminas en medio de los conflictos de Bradley Clark y en los debates de Allyson Castro. – Ella rió levemente y yo baje la mirada.
- Sabia que eran un problema desde el primer día que los conocí. – Eso pareció hacerle gracia ya que rio fuertemente. Ella tomó mi mano y la mire, ella estaba anotando su número en mi mano.
- Es el real, no te preocupes.- Yo sonreí levemente. – Por cierto, que sea nuestro secreto, ¿Si? – Yo asentí y ella me guiñó un ojo antes de volver a su trabajo.
- ¿Puedes creer que el baño de hombres estaba totalmente vacío? – Mire a mi amigo con una gran sonrisa. - ¿Qué?
- Ya podemos irnos. – Le enseñé el número y él se apresuró a ver mi mano.
- ¿Quién es?
- No la conoces. – Vi de reojo a Maia quien sonreía limpiando unos vasos.
- Yo sabía que podías lograrlo, estoy tan orgulloso de ti. – Él me abrazó y lo aparté sonriendo. – Vamos a casa, tienes tus merecidas horas de sueño.
"¿Maia?"
Me acosté en mi cama agotada por la larga noche que tuve.
"Déjame adivinar, ¿Julieta?"
"Así que era el real."
"Claro, no me gustan las mentiras y no mentía acerca de que creo que eres linda."
Mis ojos empezaron a pesar pero aun así sonreí.
"¿Julieta?"
"¿Julieta te has dormido?"
"Bien, descansa. Besos."
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Imagine You & I
Teen Fiction"La gente no ve más allá de lo que ve." "Imaginate tu y yo, yo lo hago, pienso en ti dia y noche, simplemente esta bien pensar en la chica que quieres y abrazarle tan fuerte - The Turtles, Happy Together " Este libro participa en el Proyecto Person...