Maia
Miraba a los chicos de mi mesa, Chelsea reía de algo que decía el idiota del equipo de fútbol. Megan estaba pendiente de su comida, y los demás charlaban entre ellos. Miré a través del comedor buscando a Julieta, ella estaba sentada junto a sus amigos que parecían felices por algo. Entonces, me di cuenta de algo. Me tenía que dar igual lo que demás pensarán, era mi turno de ser yo y nadie podría evitarlo, de todas formas ellos no me podían quitar nada ni perdería nada.
Me levanté llamando la atención de ellos, parecían confundidos cuando empecé a caminar en dirección a Julieta pero ya no me importaba. Toqué el hombro de Brad y él me miró confundido cuando me metí entre ambos.
- Maia, ¿Qué pa... - No le dejé terminar puesto que había tomado su cara entre mis manos y le besé.
Me sentía libre, después de tanto tiempo por fin podía ser completamente yo, quizás si no fuese por Julieta nunca me hubiese atrevido a hacerlo.
- Te quiero. - Le murmuré detallando su cara con mis ojos, ella parecía estar algo ida. Un fuerte sonido me hizo salir de mi burbuja.
Era Megan, ella tenía su cara roja mientras los chicos le tomaban. Ella siempre había sido una niña mimada que no conocía la palabra no, cuando yo se lo dije tuvo una reacción muy parecida. El chico con el cual hablaba Chelsea, se llevó a Megan fuera de la cafetería ante la mirada expectante de todos.
- Esa chica tiene problemas. - Escuché la voz de Brad y yo asentí.
- Espero que el señor le ayude. - No pude evitar reír ante el comentario de Ally. - Me alegra que por fin decidieran dar este paso.
- Ni siquiera sabía que lo ibamos a hacer. - Julieta murmuró y pude ver una pequeña sonrisa en su cara, no me resistí darle un corto beso.
- Bien, sabía que quería que esto pasara, - Miré a Brad que hacía una mueca. - pero no pensé en las consecuencias de verlas comerse la boca todo el día.
- Creo que son tiernas. - Chelsea se sentó con nosotros. - ¿Esto significa que ya se han acostado?
- ¡Chelsea! - Le tiré la banana de Brad.
- ¡Mi fruta! - Brad se la quitó a Chelsea antes de que me la lanzara de vuelta.
- Los chicos parecen desconcertados. - Chelsea cruzó sus manos mirándome. - Pero creo que lo tomarán bien.
- Si no, nos tienes a nosotros. - Le sonreí a Ally. - Bueno, es hora de volver a nuestras vidas. Tengo que ir con la consejera, adiós.
- Yo tengo esta hora libre. - Brad se encogió de hombros comiendo su banana.
- Yo tengo que vigilar que Megan no haya matado a nadie. - Chelsea se levantó quitándole un mordisco a Brad.
- Te acompaño a tu clase. - Le murmuré a Julieta quién asintió.
Cuando nos levantamos tomé su mano y ella sonrió, deposité un beso en su mejilla antes de empezar a caminar a su salón.
- Espero no te haya molestado.
- En absoluto. - Ella mantuvo su gran sonrisa. - Estoy orgullosa de ti.
- Gracias, amor.
- ¿Me has dicho amor? - Yo me encogí de hombros.
- Lo eres, tú eres mi amor. - Vi como sus mejillas se ruborizaron. Iba a acercarme a besarme pero fui empujada y mi espalda impactó contra la fría pared. - Mierda. - Murmuré. Vi los ojos venenosos de Megan.
- Tú no puedes hacerme esto.
- Yo no te estoy haciendo nada, Meg. - Murmuré tratando de que el aire volviera a mis pulmones. - Deja de portarte como una niña malcriada.
- Tú no me dirás que puedo hacer. - Ella alzó su mano y yo cerré mis ojos pero no sentí nada. Julieta tenía sujeta su muñeca, pude ver sus ojos que estaban más oscuros.
- No le vuelvas a tocar. - Ella soltó su muñeca enrojecida. - Madura un poco Megan, lamento que tengas roto tu egoísta corazón, pero ella me quiere a mí. - Traté de no sonreír ante ello. - ¿Volverás a molestarnos? - Ella simplemente se dio la vuelta yéndose. - ¿Estás bien? - Ella me ayudó a sostenerme en pie y yo sólo sonreí. - Deberías empezar a defenderte, Maia.
- No puedo golpearle, Julieta. Pero para eso estás tú. - Ella rodó los ojos. - Claro que yo también te defenderé si es necesario, pero la oportunidad no ha sido presentada.
- Claro. - Ella dijo irónica. - No tuve la necesidad de golpearle, Maia.
- Bueno, pero no te enojes. - Le abracé besando su mejilla. - Gruñona.
- Será mejor ir a mi salón. - Yo asentí besando la punta de la nariz. - No pensé que fueras tan cariñosa.
- Estoy feliz, bueno en realidad tú me haces feliz. - Vi una gran sonrisa extenderse en su cara. - Vamos, te dejaré en tu salón.
Caminamos hasta la puerta del salón y le di un corto beso antes de dejarle entrar, esperé un rato antes de seguirle y sentarme en el asiento que estaba a sus espaldas.
- Hey, es bueno volver a verte. - Ella sonrió rodando los ojos.- Claro, tenemos esta clase juntas. Se me suele olvidar considerando que te sientas al otro lado del salón.
- Si, pero hoy he decidido sentarme cerca tuyo.
- Tienes que afrontar a tus amigos, ¿Lo sabes, no? - Suspiré estirandome en mi lugar, ella tomó mi mano por debajo de la mesa. - Siempre podrás contar conmigo, pase lo que pase.
- Se supone que han sido mis amigos desde que llegué aquí. Ellos sólo me mira, y es incómodo porque no sé que pasa por sus cabezas.
- Dale tiempo al tiempo. - Sonreí levemente. - Ellos lo entenderán en su momento, tienes que pensar que el sesenta por ciento de los estudiantes de esta escuela son algo conservadores y no puedes culparles por ello, ellos fueron criados así y están aprendiendo que esto no es malo.
- Dios, eres tan filosófica, me encanta. - Ella se ruborizo levemente. - Muchas gracias, Julieta. Hiciste que mi corazón volviera a latir con normalidad.
- Por nada, Maia.
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Imagine You & I
Fiksi Remaja"La gente no ve más allá de lo que ve." "Imaginate tu y yo, yo lo hago, pienso en ti dia y noche, simplemente esta bien pensar en la chica que quieres y abrazarle tan fuerte - The Turtles, Happy Together " Este libro participa en el Proyecto Person...