Julieta
Ella me puso su beanie en mi cabeza y aprovechó la oportunidad para besar la punta de mi nariz. Sonreí levemente cuando ella se puso a mi lado y entrelazo nuestras manos mientras caminabamos por la ciudad iluminada por las luces de las calles. No había mucha gente, y las personas que habían eran jovenes adultos en su mayoría.
- ¿Y a donde iremos?
- Pues es una cita sorpresa. - Ella sonrió siguiendo en su camino desconocido. - Todo lo que haremos será una sorpresa.
- Tienes suerte de que mi madre trata de sacarme de casa siempre, sino no estaría aquí. - Ella tiró de mí haciéndome correr por las calles y pude escuchar como nos acercabamos hacía la música que sonaba en una calle, al llegar vimos a un chico tocando la guitarra mientras cantaba canciones de The Beatles.
- Espera aquí. - Ella soltó mi mano y se acercó al chico murmurandole algo, dejo unos billetes en el estuche de la guitarra antes de volver a mí.
No pude decir nada porque pude reconocer los acordes en cosa de segundos, era Thinking Out Loud de Ed Sheeran, una de mis canciones favoritas. Pude ver su gran sonrisa cuando tomó mi cintura atrayendome a ella, pasé mis brazos por su cuello con una sonrisa mientras empezabamos a bailar en medio de la calle. A nadie parecía importarle nada, y era la mejor sensación que había experimentado.
- Imagínate sólo tu y yo, yo lo hago, pienso en ti día y noche, mi padre me ha dicho que esta bien pensar en la chica que quiero, y a la que me gusta tener entre mis brazos. - Vi un brillo en su mirada que hizo que mi corazón latiera más rápido. Y entonces lo noté.
Estaba enamorandome de Maia, ya no era algo simple, pero esto no me aterraba porque al mirarle a los ojos podía sentir una calidez que era nueva, una seguridad que no tenía hace un tiempo atrás y sus ojos avellana sólo me hacían sentir paz. Decidí abrazarle, porque me había nacido eso mientras terminamos de escuchar el pequeño cover de mi canción favorita.
- Julieta... - Murmuró en mi oído.
- ¿Si, Maia?
- Tengo hambre. - Yo reí levemente y deje un beso en sus labios.
- Veamos si encontramos algún lugar que venda comida. - Ella asintió y volvió a tomar mi mano.
Caminamos por el centro de la ciudad apreciando la tranquilidad en la que estabamos, sus luces y la variedas de artistas que podíamos encontrar en las calles. Encontramos un Mc Donald 24 horas, compramos nuestra comida y nos sentamos en un lugar apartado.
- Amo las hamburguesas. - Dijo dando el primer mordisco. - Creo que no me importaría engordar por vivir a base de hamburguesas.
- Morirías a los 30, tontita. - Le tiré una de mis patatas haciéndole fruncir el ceño. - Te quiero viva a esa edad.
- Claro. - Ella sonrió. - Trataré de no comer tantas en ese caso.
Terminamos de comer y nos las arreglamos para ir a los juegos del lugar sin parecer unas lunáticas. Estabamos en la piscina de pelotas de plástico cuando ella lo preguntó.
- ¿Quieres ser mi novia? - Detuve mi ataque de pelotas mirándole. - Sé que aún no salgo del closet pero... lo haré. - Ella me miró y sabía que hablaba en serio. - Y la verdad no me importará que digan, tú eres más importante que aquellos idiotas que dicen ser mis amigos, si ellos no me aceptan por lo que no soy nunca fueron mis amigos de verdad. Y tampoco me importará que digan los demás, tú eres más importante que todo eso y quiero que seas mi novia, te juro que... - No la dejé terminar pues me tiré sobre ella haciéndonos caer, la besé y pude sentir su sonrisa sobre mis labios.
- Si quiero ser tu novia, Maia. - Besé por última vez sus labios antes de levantarnos. - Pero puedes tomarte tu tiempo respecto a decirles la verdad a tus amigos.
- No quiero esperar más. - Ella tomó mi mano y me hizo correr fuera del local de comida. Pero no se detuvo hasta llegar a un edificio donde el guardia saludó a Maia mientras me hacía entrar al elevador. - Él es un ex de mi madre.
- Tu madre ha salido con muchos hombres. - Ella se encogió de hombros mientras esperabamos. Cuando las puertas se abrieron, ella me dirigió a las escaleras de emergencia y subimos a la azotea. - ¿Qué hacemos aquí?
- Dar un primer paso.
- ¿Un primer paso? - Ella sonrió asintiendo mientras empezaba a caminar hacía la orilla. - Maia, ¿Qué haces?
- Sólo espera. - Ella se detuvo en la orilla y puso sus manos en la baranda. - ¡Julieta es mi novia! - Ella gritó dejándome impresionada, ella se volteó a verme con una sonrisa. - Desde hoy le gritaré al mundo que eres mi novia.
- ¿Estas drogada? - Ella rio negando.
- Estoy feliz, me siento libre. - Tomó mis manos acercandome a la baranda. La ciudad se veía genial de aquí arriba. - Este es uno de mis lugares favoritos de la ciudad, vengo aquí luego de un mal día o cuando necesito pensar en algo. - Le observé y su cara era iluminada por las luces de la ciudad.
- ¿Tu padre no se preocupa? - Ella sacó su celular y me mostró sus mensajes con su padre, tenían un lapso de media hora cada mensaje.
- Cada treinta minutos le envió un mensaje incluso si esta dormido. Al principio él estaba muy enfadado cuando se enteró que estaba buscando un trabajo.
- ¿Por qué?
- No es que nos falte el dinero, mamá también nos da suficiente dinero para que junto a mi hermano compremos nuestras cosas. Pero quería ayudar, considerando que mi madre tenía su corazón roto cada 6 meses no quería pedirle nada y yo quería un nuevo celular para mí, e Ian. - Se encogió de hombros. - El terminó aceptando pues era durante el verano pero descubrí que ganaba bastante dinero en el bar, y desde entonces no paré. Con ese dinero podré pagar lo que necesite para la universidad. - Sonrió.
- Eres bastante independiente.
- ¿Qué hay de ti?
- No sé que decir, mis padres siempre han podido darme lo que necesito por su posición económica. Pero la verdad, casi nunca están en casa. Mis padres son bastante liberales, ellos me tuvieron cuando eran unos adolescentes, ellos aún son jóvenes y son de ese estilo de padres que quieren que vivas la vida.
- Eso suena asombroso.
- Sí. - Sonreí. - Aunque, ellos al principio cuando les conté que me gustaban las chicas tanto como los chicos parecían confundidos, no sabían si eso quería decir que era lesbiana o bisexual. - Reí levemente. - Fue algo gracioso, pero de todas formas se lo tomaron bien.
- Me gustaría conocerles algún día.
- Oh no, no pasaré por esa vergüenza aún. La última que salí con alguien, compró un monton de ropa para mis citas y papá fue a casa de mi abuelo para tomar un poco de alcohol, llegó llorando a casa diciendo que no me podía casar aún. - Ella rio tomando mi mano.
- Siempre puede ir con mi padre a un bar, él nunca ha sabido si salgo con alguien o esas cosas, sabe que el día que le diga será algo serio.
- ¿Entonces planeas decírselo?
- Claro. - Ella pasó su brazo sobre mi hombro abrazandome. - Esto es algo serio, quizás llore un poco pero no será nada malo. - Ella besó mi sien. - Siempre seré su princesa y siempre llorará por estas cosas.
- Creo que no cambiaría nada por esto.
- Ni yo. - Nos quedamos mirando la ciudad por unos minutos más antes de volver a nuestras casas.
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Imagine You & I
Teen Fiction"La gente no ve más allá de lo que ve." "Imaginate tu y yo, yo lo hago, pienso en ti dia y noche, simplemente esta bien pensar en la chica que quieres y abrazarle tan fuerte - The Turtles, Happy Together " Este libro participa en el Proyecto Person...