Capítulo 30

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Maia

Miraba fijamente el techo blanco mientras Megan me hablababa acerca de lo que iba a tener que hacer desde ahora para tener una 'sana recuperación'. Estaba pensando en el beso y Julieta, se sintió bien pero ahora se sentía mal, no de una mala forma, si no que es por el hecho de que me hizo darme cuenta de que no le había superado como yo creía.

- Deberías ir a dormir, Meg. - Le interrumpí. - ¿No has pensado en salir con alguien más?

- No tengo tiempo para eso.

- Ahora lo tienes, no tienes que cuidar más de mí. - Vi como sus ojos se cristalizaron. - Meg, ¿Vas a llorar?

- Claro que no, idiota. Sólo se me ha metido algo en el ojo. - Ella me dio la espalda y yo sonreí levemente. - Bien, tienes razón. Iré a dormir y quizás acepte salir con una de las tantas chicas que me coquetean. - Yo reí levemente.
- Esta bien, recuerda siempre que si son acosadoras evita que te sigan al apartamento. - Le molesté, ella se dio la vuelta y tenía una pequeña sonrisa.

- No prometo nada, de todas formas te tengo a ti y a Chelsea para que le ahuyenten.

- Claro, sabes donde encontrarme. - Bromee.

- Veo que estás de buen humor, lo cuál se me hace algo fastidioso, iré a dormir. - Ella besó mi frente antes de dirigirse a la puerta. - Te espero en casa.

- Tienes que venir a buscarme, tonta.

- Oh, rayos. Claro, nos vemos. - Ella me guiño un ojo antes de irse.

Miré a través de la ventana, el cielo estaba hermoso y podía ver el atardecer haciendo el contraste entre las nubes. Me dolía un poco la zona operada pero era soportable. Definitivamente tenía que agradecerle a Julieta de alguna forma, ella me había dado otra oportunidad de vivir como lo hacía antes, o al menos tener una vida algo parecida. La puerta de la habitación se abrió y noté como una enfermera entraba con una silla de ruedas, vi a Julieta ahí algo sonrojada, sonreí levemente cuando la enfermera le dijo que sólo podía estar un rato. Noté una manta sobre sus piernas, podía ver un bulto bajo esta.

- Hey, hola. Muchas gracias por... - Ella me interrumpió dejándome atónita.

- Terminé mi compromiso con Troy.

- Okay. - Dije algo aturdida. - Lo lamento, supongo que debió ser difícil y...

- No lo fue, no como pensaba. - No sabía que decir, ¿Ella lo había cancelado por mí?, por supuesto considerando el beso. Pero nadie cancela su matrimonio por un beso en el cual no sientes nada pues... esperen, ella ha sentido algo. - Mira, noté que estas flores diferentes eran de Megan, seguramente puso estas variedades para ver si soy alérgica a alguna. - Reí levemente mientras ella sacaba el bulto que escondía, era una corona de flores. Me la acomodé en la cabeza y ella tenía una tierna sonrisa, era como esa inocente sonrisa que tenía en sus viejas fotos de cuando era una niña. - ¿Te gusta?

- Me encanta.

- Siempre que ibamos a la casa de alguno de tus padres podía ver tus fotos de cuando eras una bebé en adelante, cuando niña siempre llevabas coronas de flores. - Ella tenía una tímida sonrisa. - Pensé que esto te gustaría.

- Haz pensado bien. - Nos quedamos mirando por un rato antes de ella suspirara. - Entonces...

- Entonces acabo de donar uno de mis riñones a mi ex novia, terminé con mi novio, bueno ahora ex novio y ahora estoy aquí luego de hacerte una corona de flores.

- ¿Tú quieres intentarlo de nuevo? - Me atreví a preguntar.

- No lo sé, por ahora no lo creo. - Yo asentí levemente. - Somos personas diferentes a las que conocimos en el pasado, yo acabo de salir de un compromiso y tú estás demasiado agradecida conmigo, no quiero que confundas tus sentimientos por esto.

- Sabes que yo no haría eso.

- Lo sé, pero es mejor prevenir. - Ella tomó mi mano entre las suyas. - Sólo quiero que si ambas estamos juntas que ambas estemos completamente seguras de esto. Tú tienes que recuperarte completamente y seguir con tu trabajo en la universidad, yo tengo que rendir exámenes para terminar la universidad.

- Supongo tienes razón. - Le sonreí levemente. - Nos daremos un tiempo y seremos algo así como amigas, ¿Te parece bien?

- Me parece bien. - Ella sonrió.

- Pero hay algo más, - Ella me miró algo confundida. - este tiempo será hasta San Valentín, osea unos dos meses.

- ¿Por qué San Valentín?

- Porque si ambas estamos dispuestas a intentarlo tendemos una cita durante San Valentín, no quiero pasarlo sola. - Ella rió levemente antes de asentir.

- Esta bien, el tiempo será hasta San Valentín. - Solté su mano para tomar mi celular y puse una cuenta regresiva en este. Se lo mostré y ella tenía una leve sonrisa. - Vamos a ver si el destino aún nos quiere juntas, Maia.

- Eso espero, Julieta. - La enfermera entró y ambas suspiramos. - Nos vemos.

- Nos vemos.

La enfermera se llevó a Julieta a su habitación dejándome sola, la noche había caído y yo estaba algo cansada, aún así mi mente se mantenía pensando en la cuenta regresiva y Julieta.

Miré la luna llena de la noche, estaba sentada en las escaleras de emergencia del apartamento de Chelsea y Megan, aunque ellas decían que ahora también era mío, no era así. Estaba sólo cubierta por una manta y tenía una tasa de té entre mis manos.

- ¿Escapando de Megan? - Miré a Chelsea que se asomó por la ventana mirándome.

- Sólo quería pensar. - Me encogí de hombros.

- ¿Es Julieta? - ¿Cómo lo supo? - Sé que se han encontrado y esas cosas, somos muy amigos con Brad.

- Debí suponerlo. - Ella pasó por la ventana para sentarse a mi lado. - No pensé que esto volvería a pasar, no quiero volver a ese vacío.

- No tienes porque volver a eso.

- Es difícil teniendo a Julieta en cada lugar al que voy.

- Hey, yo sólo digo que puedes sentir cosas por Julieta sin que te sientas mal por esto.

- ¿Cómo?

- Esos sentimientos siempre han estado ahí, - Apuntó a mi pecho. - sólo que estaban cerrados bajo muchos candados y Julieta es quien tiene la llave maestra para abrir cada uno de ellosn

- Ella se va a casar. - Vi su mirada de pena antes de abrazarme.

- Todo mejorará, te lo aseguro. - Murmuró. - Incluso si sigues amandole hasta que mueras, intentaré hacer todo lo que esté en mis manos para que seas felíz, te lo prometo.

- ¿Por qué haces esto?

- Además de que eres mi mejor amiga, cuidaste de mi hermana y incluso trabajando en el bar hiciste que ella dejara de beber. Además serás una gran abogada la cual me ayudará con mis problemas judiciales y podrá prestarme algo de dinero. - Yo reí inevitablemente.

- Estás loca.

- Lo sé. - Aquella noche nos quedamos ahí hasta que Megan nos regaño.

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