Julieta
- Eres una maldita. - Gruñi mientras seguía pendiente de la carrera en la que competimos.
- Hey, te he entendido. - Maia me dio un leve empujón. - No es mi culpa que seas una basura para Mario Kart.
- Retractate. - Pause el juego sin importarme sus reclamos.
- Claro que no, eres pésima jugando. Estoy a punto de ganar esta copa, sigamos con esto.
- Pues bien.
Ella terminó ganando la copa, sacamos el tonto juego y decimos preparar algo para comer. En este tiempo que ha pasado, Maia ha mejorado bastante e incluso se veía mucho más sana que antes, aún mantenía una dieta balanceada pero de todas formas a veces comía comida chatarra.
- En una semana será San Valentín. - Dejé de cocinar para verle. Ella miraba sus manos algo nerviosa.
- Así es. - Volví a la comida rápidamente para evitar de que esta se quemara.
- Estaba pensando de que nos llevamos bastante bien, ¿No crees?
- Si, bastante. - Sonreí levemente.
- Y a mi en serio me gustas, bueno en realidad te quiero. - Sentí como mi corazón latía más rápido, era la primera vez que me decía eso luego de tanto tiempo. - Y tengo algo especial para San Valentin, y necesito saber si tu aceptarías tener una cita conmigo ese día.
- Maia, estaría encantada de tener una cita contigo. - La puerta del apartamento de Maia se abrió y pude ver a Megan junto a Chelsea entrando con un montón de bolsas.
- ¡Hemos llegado! - Gritó Chelsea tirando las bolsas sobre el sofá. - Gracias por cuidar de nuestra Maia mientras estábamos afuera.
- No soy una niña. - Maia se cruzó de brazos.
- No hay problema, se ha portado de maravilla. - Le molesté.
- No me agradas. - Me sacó la lengua en uno de sus tantos actos infantiles. - Ya estoy mucho mejor que antes, no necesito que estéis sobre mí todo el día.
- Pero no te molestaría tener a Julieta encima de ti todo el día, ¿No? - Ambas nos sonrojamos ante el comentario de Chelsea.
- No puedo creer que a pesar de los años sigas con las mismas bromas. - Dije con una leve sonrisa.
- ¿Qué puedo decir?, ustedes son un blanco fácil para mis bromas, par de moscas muertas.
- ¿Moscas muertas? - Preguntó Maia.
- Se sonrojan y vaya que recuerdo bien la vez que entré a tu cuarto hace años, tuve que ir con un terapeuta para poder asimilar que mi mejor amiga era una ninfómana. - Vi como la cara de Maia se teñia de un fuerte rojo.
- Como si tu no te acostaras con nadie. - Megan entró a la cocina arreglandose el cabello. - Ni hablar de los ruidos que tuve que soportar hasta que creamos la regla de nada de chicos en el departamento. - Junto a Maia reímos levemente.
- Hey, ahora que lo pienso. No es justo. - Todas miramos a Chelsea. - La regla dice chicos, pero Maia es la única que no le afectaría esa regla. Quizás cuántas veces se ha acostado con Julieta sin quebrar la regla.
- ¡Nosotras no nos hemos acostado! - Dijimos rápidamente.
- Oh, ¿Aún no? - Preguntó Megan, cuando dejaba de ser una arpía era bastante agradable.
- Ni siquiera hemos salido o algo así. - Noté la incomodidad de Maia.
- ¿Siguen con eso de la cuenta regresiva? - Ambas asentimos. - Pero si se gustan entre ustedes, ¿Por qué no simplemente salir?
Miré a Maia quien parecía estar pensando aquella pregunta, aunque esto ya lo habíamos hablado.
No es que no quiera salir con ella, ni que ella quiera salir conmigo. Es un tiempo que ambas necesitamos, incluso si falta una semana para San Valentín. Ella apenas esta ordenando su vida nuevamente, mientras que yo estoy en mis exámenes en la universidad y tratando de evitar el tema de la boda con mis familiares que tanto se habían entusiasmado. Ambas estabamos ordenando nuestras vidas para evitar más dramas.
- No es algo que les incumba. - Respondió Maia, no de una manera fría u hostil, más con su característica amabilidad cuando se trataba de sus amigas. Conectamos nuestras miradas y pude ver como sus ojos brillaban levemente, extrañaba ver esos ojos y esa luz en ellos.
- ¿No huelen a quemado?
Luego de comer la cena algo quemada, decidí que era hora de irme. Maia me acompañó a mi auto aunque trate de decirle que no era necesario, ella seguía siendo una cabezota.
- Muchas gracias por venir a hacerme compañía. - Apoyé mi espalda en la puerta del copiloto.
- Por nada, gracias por decir que mi cena estaba deliciosa cuando estaba quemada. - Ella rio levemente.- Estaba deliciosa, aunque me imagino que pudo estar mejor. - Yo solamente sonreí. - Lamento los constantes chistes de Chelsea.
- Tranquila, ya me he acostumbrado a ello. - Me moví para abrir la puerta del auto, cuando me voltee tenía la boca de Maia a solo centímetros de los míos, mi respiración paró en seguida.
- Lo siento. - Se separó rápidamente algo sonrojada. - Yo sólo quería darte un beso en la mejilla pero tú te volteaste y yo... - Besé su mejilla con cuidado con una pequeña sonrisa, ella sin darse cuenta llevó su mano a su mejilla, era tan dulce.
- Tranquila. - Ella sonrió inmensamente. - Aunque no me hubiera molestado ese accidente. - Le guiñe un ojo antes de subir a mi auto, le dejé algo descolocada.
Cuando llegué a mi departamento me tiré sobre el sofá, miré el reloj y era algo tarde, no había rastro de Brad por el departamento así que supuse que debió haber salido. Después de un rato de ver televisión me fui a mi habitación y quedé sorprendida al ver las fotos que cubrían toda una pared.Eran fotos mías y de Maia, era bastantes. Recorrí cada una de ellas con nostalgia y cuando llegué al centro donde estaba una foto relativamente nueva, encontré una nota sobre ella.
"NOS VEMOS EN SAN VALENTÍN"
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Imagine You & I
Teen Fiction"La gente no ve más allá de lo que ve." "Imaginate tu y yo, yo lo hago, pienso en ti dia y noche, simplemente esta bien pensar en la chica que quieres y abrazarle tan fuerte - The Turtles, Happy Together " Este libro participa en el Proyecto Person...