-Capitulo 16-

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Bienvenidos al infierno. La dirección, junto con tu profesora y la directora.

Ni siquiera intentaba mirarlas a los ojos. Lo que menos quería eran más problemas de los que ya tenía. Tarde o temprano se iban a enterar, lo sabía, enserio lo sabía. Pero hoy no era el día, créanme.

Fabiana abre un cajón en el que había una carpeta titulada <Cadenas Telefónicas (T.M.P)> (Turno Mañana de Primaria). La abre y busca mi curso, 5ºA, busca mi nombre. Solo había un número y era el de mi casa.

La profesora toma el teléfono y marca. Espera, pero nadie atiene. Lo sabía, por eso no me ponía nervioso. Mi madre estaba trabajando, al igual que mi padre. Fabiana hace un intento más pero nada sucede.

_Nadie atiene_ le dice Fabiana.

_Quedate afuera_ me dice la directora.

Salgo de la dirección y me siento al lado de la puerta, pero me quedo pegado para escuchar su conversación.

_ ¿Algo tenes en mente? _le pregunta Cristina a Fabiana.

_No creo que haya pasado en gimnasia. De eso estoy segura_.

_ ¿Tenes pruebas? _seria.

_Es un chico muy callado, solitario. Muchos de sus compañeros lo intimidan_ empieza a decirle. _Cualquiera pudo haberle hecho eso_.

_Es un buen chico_ contesta Cristina. _Si alguien le hubiese hecho daño no lo diría. No quiere culpar a nadie. Los está cubriendo_.

_Entiendo_ seria. _Pero si fuese verdad, lo que tengo en mente. ¿Cómo pueden ser capaces?_.

_Habla con él_ sin más opción. _Puede que sea una de las alternativas, pero si no te dice lo que en verdad pasó. Busca a la madre a la salida y habla con ella_.

Me pongo algo tenso, mi plan se estaba cayendo a pedazos.

_Vayan al salón _ le dice Cristina a Fabiana.

Me corro de la puerta y me siento normal. Mi profesora sale por la puerta y me da la mano, ayudándome a ponerme de pie.

_Acompañame_.

Después de tomar su mano, ambos caminamos hasta el salón, donde, aunque se que hablaríamos sin que nadie nos escuchara. La directora se enteraría de todos los detalles.

_Estuve hablando con Cristina y quiero que sepas que no soy solamente tu profesora. Soy como tu segunda madre _ tomando mi mano. _Creemos que escondes algo que puede llegar a servirnos para saber quién te hizo esto_.

_ ¿Quién me lo hizo? _serio.

_Estamos para ayudarte_ mirándome a los ojos. _ ¿Alguien te lastimó? _.

_ ¿Eso es lo que piensa? _levantando un poco la vos. Me toco la bufanda haciéndole creer que mi garganta todavía dolía. _ ¿Por qué no me cree? _.

_En realidad no se qué pensar. Miro a todos los chicos a los ojos y los veo incapaces de lastimar a alguien_ pensando. _ Pero pudo haber sido cualquiera. Lucas, Ariel... Ezequiel_.

_Son amigos míos_ mintiéndole en la cara, apretando la planta de mis pies.

_ ¿Enserio? _irónica. _ ¿Por qué no hablas con ellos en el recreo? _.

No respondo. Me daba por vencido.

_Sos un buen chico, un alumno increíble_ juntando nuestras manos. _Y no creo que vayas a culpar a alguien, pero quiero que me hables con la verdad_.

Mi cabeza empieza a dar vueltas, hasta que parpadeo y todo se detiene hasta ponerse en su lugar.

_Ezequiel_ empiezo a decirle mientras mis palabras temblaban.

_ ¿Cómo? _ acercándose más a mí. _Tranquilo Franco, te prometo que nadie se va a enterar_.

Ella mentía, al igual que yo. Estábamos a mano. Listo para la segunda ronda.

_Me choque con Ezequiel, caí al piso y me doble la muñeca_ mirándola a los ojos, con toda la sinceridad de mi vida. _Fue un accidente, chocamos, le pegue en la nariz y yo me doble la muñeca. Eso es todo_.

_Entiendo_ no sabía si lo decía enserio o no. _ ¿Tenes tu cuaderno de comunicados? _.

Era hora de activar mi Plan B.

_Lo deje en casa_ serio. _Mi mamá tenía que firmar mis notas_.

_Está bien_ responde. _Entonces no puedo hacer nada_.

Asiento.

_Excepto hablar con tu madre a la salida_.

_ ¿No me cree? _ fuera de mis cadenas_ ¿Por qué? _.

_ Franco _tratando de seguir la conversación. _Te conozco, conozco a tu madre, se que lo que hubiese pasado aunque sea lo de gimnasia, ella me lo hubiese comentado. Y en base a esto, te veo siempre en los recreos, veo todo. Como los demás se ríen de vos, Ariel, Ezequiel. Ellos no son tus amigos _.

No respondo.

_Se que mentiste, y no te voy a culpar por haberlo hecho, pero hay veces que decir la verdad no requiere culpar a alguien_ hablándome con su mayor sinceridad. _Yo requiero tu palabra y la verdad para poder ajustar las cosas y ayudarte_.

_ ¿Es todo? _sin ganas de seguir escuchándola.

Quería convencerme y lo estaba logrando, por eso tenía que terminar con esto. En verdad quería ayudarme pero no iba a darle el gusto de destapar la verdad. Iba a proteger a Ezequiel, a salvarlo de una verdadera y peligrosa consecuencia. Todo sin saber la razón por la que lo hacía.

Creía que hacía bien en no decirle, al igual que a mi madre. Pero Ezequiel no me daba las razones necesarias por lo que lo salvaba. No me hablaba y lo único que me preguntaba era ¿Por qué? ¿Por qué lo cubría?

Ezequiel, decime vos porque te cubro. Por qué lo hago. ¿Por vos? ¿Por mi? ¿Quién sos o fuiste en mi vida para que te recompense de esta forma?

SIN SALIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora