-Capitulo 17-

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10:10 am. La campana suena y todos vuelven a sus salones, incluyendo mis compañeros. Aprovecho que nadie entraba y me acomodo la bufanda, muy discretamente.

Palo entra al aula, antes de que llegue la profesora de Matemáticas, me ve y se sienta junto a mí.

_Dios mío, no sabes lo nerviosa que estaba _ sentándose en la silla. _Y ¿Cómo te fue? _.

_Fue otra de las peores experiencias en toda mi vida_ con el corazón en la boca. _De todos modos, no me creyeron_.

_ ¿Mentiste? _ imaginando mi respuesta.

_ ¿Qué iba a hace? ¿Decirles la verdad? _ mirándola a los ojos.

_Mentiste por él_ me dice. Ella nunca se hubiera imaginado que yo lo cubriría. _Después de todo, le demostraste lo buena persona que sos_.

_Por favor Palo _ irónico. _No sabes las ganas que tenía de decirles la verdad, pero hice lo que ellos, lo que tus amigos nunca hacen. Pensé en ellos, en lo que les podría pasar _.

_Ezequiel siempre piensa en él y en sus amigos, si se pueden seguir llamando así_ mirándolos. _Vos no sos así, y se lo demostraste. Cambiaste_.

_Nunca lo hice, siempre fui así _ entre risas. _Es que nunca tuve el placer de mostrar que era así. Hasta hoy _.

Palo se alegra de verme bien, algo mejor de lo normal. Después de abrazarme, vuelve a su asiento. Acomodo mis útiles en la mochila, escucho que alguien se sienta a mi lado.

_ ¿De qué te olvidaste ahora? _entre risas, pensando que era ella.

Levanto la vista y veo a Ezequiel, sentado junto a mí. Fijo mi vista en Palo, quien no podía creerlo. Estaba a punto de pararse para sacar a Ezequiel, pero le hice una seña para que se calmara.

_ ¿Les dijiste? _tratando de encontrar las palabras.

_Puedo preguntar porque te importa tanto_ mirándolo con valor. _Después de todo. En esta vida todo el mal que se hace se paga _.

No responde. Lo único que escucho en ese momento es el sonido de su garganta al tragar saliva.

_ ¿Nervioso? _ riendo, irónico. _No tengo ganas de darte el porqué de lo que hice y menos seguir hablando con vos. Gracias_.

En ese momento se levantó y volvió a su asiento.

_Todavía no entiendo porque se comporta así_ digo, sintiéndome extraño al hablar conmigo mismo y tratando de entender mis palabras.

_No voy a esperar a que me llames _ era Agus, quien ahora ocupaba mi asiento. _Habla_.

_ ¿Desde cuanto todos se sientan conmigo? _ tratando de buscar una risa en su sonrisa.

_Quiero saber qué es lo que pasó _ serio. _ ¿Fue después de gimnasia? _.

_ ¿Te enteraste o queres que te lo cuente? _.

_Hablan de eso. Digamos que sos la primera plana de la primaria_ haciéndome reír. _Bueno, enserio. Quiero saber todo_.

_Está bien_ sin más remedio. _Pero quiero que estés tranquilo amigo_.

En el momento que le conté todo, su cara se torno oscura. El nunca se hubiese imaginado lo que me habían hecho. El si sabía la verdad, al igual que Palo.

_Nadie lo sabe. Ni las profesoras, ni la directora, ni mi madre_.

_No puedo creerlo. ¿Por qué no me quedé más tiempo en el campo? _.

_No es tu culpa Agus, ni siquiera la mía_.

_Pero podría haber evitado todo esto. Te hubiese ayudado, como nadie nunca lo hizo_.

Sus palabras hacían que me sintiera más seguro con él a mi lado. Pero cuando hablaba con él no sentía lo mismo que sentía con la persona que trataba de ver en mis sueños. El no era aquella silueta sin rostro.

_ ¿Queres que hable con ellos? Puedo hacerlo_.

_No Agus_ respondo. _Enserio gracias. Esta todo bien, pero después de todo cubrí a Ezequiel _.

_ ¿Después de todo esto? ¿Por qué? _.

_Porque él puede llegar a tener peores consecuencias que yo_ serio. _Voy a tenerlo en mi cabeza hasta el tiempo que pueda_.

_Te entiendo_ dándole un vistazo a Ezequiel, quien estaba solo. _Pero yo lo hubiese hecho_.

_ ¿Por qué esta así? Solo_ mirándolo, al igual que Agus. _Cuando lo veo, me veo a mi_.

_ ¿Hoy habló con sus amigos? _ preguntando algo obvio.

_En el recreo, cuando vino a disculparse, después de eso lo vi solo_ sintiendo algo en el estomago, después cambie el tema rápidamente. _Prométeme que no se lo vas a decir a nadie. Ni siquiera a tu madre_.

_Te lo prometo amigo. Soy una tumba_.

_Gracias Agus. Lo único que quiero ahora es un poco de paz_ sonriendo.

_ ¿Estás seguro de que no se lo vas a decir a tu mamá? _tenso.

Es la mujer que me dio la vida, tenía que contarle. Era un problema que debía resolverse, pero al fin y al cabo el problema se iba resolviendo escondiéndolo. Poco a poco.

_Puede llegar a ser la gota que derrame el vaso y todo termine hecho un caos_.

La profesora entra y saluda. Todos respondemos a su saludo de pie.

_Hoy les daré una ejercitación para la prueba_ nos dice Graciela, la profesora de mediana estatura, cercana edad a los 50, con el pelo corto y rubio.

Saca de su bolso una carpeta con folios, con nombres de los distintos cursos. Toma el que dice "Ejercitación de 5º Grado" y saca las fotocopias de allí. En lo que menos pensaba era en las fotocopias, sino en que las ejercitaciones fuesen largas para que nos ayudara a repasar más para la prueba que se acercaba.

Pasa por cada uno de los bancos a repartir las fotocopias para cada uno, hasta llegar al mío.

_ ¿Qué le pasó Rodríguez? _después de darme mi fotocopia.

_Me doblé la muñeca en el campo de deportes_.

_Espero que se mejore_ guiñándome el ojo.

_Gracias_ con una sonrisa.

Seguía con la misma mentira. Pero por suerte había alguien que confiaba en mí y no hacía falta que me interrogara.

Después que termino con la actividad, al igual que mis compañeros, le pregunto a la profesora si podía seguir completando las tareas de otra materia. La novela de Literatura.

Guardo la fotocopia y saco la hoja suelta la cual estaba titulada "Proyecto de Literatura: Novela. BORRADOR".

Tenía pequeñas ideas, pero desarrollarlas me llevaba tiempo y mucha de mi imaginación. Pero en estos momentos mi mente no estaba del todo concentrada. Al tope de la hoja escribo "Basada en Hechos Reales". Quería escribir algo que hubiese pasado, una historia real modificándola para mí y mis compañeros.

Ninguna idea venía a mi cabeza. Era como si de una cascada dejara de fluir el agua o una lámpara no volviese a encender. Jamás.

El timbre suena. 12:00 pm. La hora de salida. Guardo mis cosas en la mochila y me la cuelgo en la espalda. La profesora nos saluda y abre la puerta para que empezáramos a salir junto con los demás cursos.

En ese momento no vi a Fabiana, tal vez se habrá olvidado o no llegaba a tiempo. Tenía curiosidad de que en cualquier momento ella llegara a la puerta. Recuerdo que mi madre no sabía de mi muñeca y me pongo el buzo, para tapar el moretón, después espero a que abriesen el portón. Para poder salir de una vez por todas.

SIN SALIDADonde viven las historias. Descúbrelo ahora