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El aeropuerto esta casi vacío. Memorizo cada vuelo que sale para ver si el mío sale ya. No diré que me gusta esta situación, ni que me gusta lo que estoy sintiendo, es que ni siquiera yo lo comprendo, me abruma todo. No consigo sentirme relajada ni cuando salgo a tomar aire. Es exasperante.

-Vaya, vaya no es que me agrade mucho que me estén acosando o persiguiendo todo el rato, pero me siento alagado. - Esa voz no es la de Jared, no es de su amigo Sean ni siquiera es la voz de una mujer, ni tampoco la voz que deseaba oír en estos momentos. Es la menos inoportuna del mundo. Y continua detrás de mi con su estilo arrogante parloteando. -Sabia que caerías en mis encantos enana. Y dime...¿Quién acosa a quién, ahora eeh?

Al darme la vuelta el desconocido de la moto está sentado en una de las sillas unidas, llevaba una gorra y una camiseta blanco, y roja por los hombros, para el toque final llevaba unos vaqueros cortos y sus zapatillas cerraban el conjunto. Me asombraba su sonrisa arrogante y sus tatuajes que le llenaban cada parte del brazo izquierdo igual que el derecho. Murmuro algo o eso creo, ni siquiera yo me entendía.

-Tienes algo alrededor de los labios, déjame limpiarlo. - Se acerca lleva un dedo hacia mis labio. - Espera, si son las babas que caen por mi. - Hace que lo limpia y luego murmura. - Ahora ya puedes inventarte una escusa aceptable para explicarme el por qué de tu persecución constante hacia a mi.

Sonrío ante su desfachatez, es la única sonrisa que sale desde mi huida de la empresa Ward, no es que me echaran ni nada parecido, sino que si seguía allí dentro con los ojos de todo el mundo encima mío iba a explotar como un combustible al contactar con el fuego. Me parecía impresionante como las noticias viajaban de un segundo a otro. Mil veces intente esconderme en los rincones de este edificio pero pensé que si salía de allí todo el problema estaría solucionado, pero ya veis sigo aquí intentando descubrir que hace un desconocido que en realidad lo conocí cuando él me obligo a montar en su odiosa moto (ni siquiera se como se llama él) acusándome de acosarlo en un aeropuerto.

-Para empezar baja ese ego y no te estoy acosando ni persiguiendo, lo que más sentido tiene que fuera al revés, que tu me estés acosando y persiguiendo. -No dice nada hasta que se digna a mirarme y sonreír como si algo tuviera gracia, (no la tiene nada en estos momentos, en serio lo digo, nada tiene gracia).

-Y ahora ¿a quién se le ha subido el ego?

Su ancha sonrisa es tentadora a muerte pero me contengo y le dirijo un seria mirada. No se que esta pasando en estos momentos pero se levanta, coge mi muñeca y me atrae hacia él.

-¿Quién coño eres?- Le digo soltándome de su agarre con una leve sonrisa, pero sin alejarme ni un centímetro, se que es muy, muy raro pero su presencia me embarga seguridad y a la vez tentación al peligro.

Su sonrisa desaparece lentamente pero es sustituida por una mueca de decepción, se que debería alejarme y sentarme lejos, muy lejos de él pero mi curiosidad vence a mi temor.

-Soy Kyle Carter. - Lo dice como si fuera ya debería sonarme, y intenta disimular su sonrisa con una carcajada que no se a que viene. - Y tú, ¿Cómo coño te llamas?

Tengo ganas de preguntarle porque tanto interés en mi, si ni siquiera lo conozco, es inevitable no sonreírle y a la vez querer darle un guantazo pero descarto las dos ideas y me retengo. Al final, extiendo la mano como en forma de saludo.

-Taylor Junner, encantada de conocerte niño arrogante. -No esperaba que extendiera la mano para juntarla con la mía pero para mi sorpresa su mano se encontraba entrelazada y me sorprende aún más lo suaves y delicados que son sus dedos.

Llevamos unos minutos así, por no decir ya bastante tiempo. Normalmente lo controlo todo, la situación, la trayectoria de la conversación pero al estar frente a él no sabía que más decir, me cerebro se ha quedado en blanco y sólo existimos él y yo cogidos de la mano.
No me gustaba esta nueva sensación, y me sentía como si estuviera traicionado a alguien.

Entonces todo empieza ha encajar, y cada pieza que quedó suelta vuelve a su lugar y yo, yo por fin recuperó el sentido común y el control sobre mi cuerpo.

-Bueno Kyle, mi avión sale en unos... - dirijo mi mirada hacia mi reloj y el pánico me come por dentro - ¡Oh dios mio, mi avión sale en unos dos minutos!

En el rostro de Kyle aparece de nuevo esa sonrisa de superioridad y arrogancia pura y dura.
-De echo hace que salió quince minutos, mientras tu suaves manos me acariciaba yo he estado alterando tu reloj. No hay de que.

Me quedo mirándolo con cara de póquer.
-Pero tu estas ¿mal? , llevo esperando más de tres horas, ¿dónde cojones crees que voy a dormir hoy eeh? ¿Quién te crees que eres, el dictador de mi vida?

Su expresión no muestra ningún afecto, y sigue mirándome con tal arrogancia que hace que mi furia salga por los aires.

-Mira tío, búscate a otra que te aguante los gilipolleces que haces pero yo, yo tengo que volver a mi ciudad. Nueva York no ha hecho más que traerme problemas, pero incluso tu eres inconsciente de lo que causas en las personas, eres irritante y eres el gran problema ahora mismo. - Respiro hondo y me dirijo hacia la entrada de aeropuerto. Supongo que tengo que esperar otras tres horas.

Avance hasta las puertas automáticas, pero una sombra detrás de mi apoyaba la mano deteniéndose el paso.
Solo oigo susurros, susurros rotos por el dolor y la desesperación.

-Te sonará todo raro, pero la empresa del señor Ward no es precisamente una empresa que promete ser, es una fachada. Taylor, quédate y te explicaré lo que sucede allí y por qué te necesito allí dentro. Te necesito quédate.

TODA MÍA (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora