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Oigo como los taconeos se alejan, Kate se ha ido pero a dejado toda su maldad conmigo. No soy capaz ni de levantar cabeza, destrozada sería el adjetivo que describía mi estado.

Oigo como la puerta que se había cerrado de un golpe se vuelve a abrir. Sabía quien era y sabía que si le miraba, el veneno que podría disparar mis ojos serían demasiado insoportables para una persona y mis palabras no serían las adecuadas.

—Marchate —Llego a murmurar.
Jade no dice nada, no habla y tampoco su abogado, George.

—No me voy a ir sin ti de aquí —Dice sin comprender el porqué de mi decisión de mandarle marcharse.

—Ouh —Digo con la voz rota —¿Has pensado alguna vez el daño que me llegaste a hacer?
No te alarmes me susurraba a mi misma todo el rato, no te dejes llevar por la furia.

—¿De qué estás hablando? —Pregunta aun más confuso.

Soy tan estúpida y soy tan inmadura que empiezo a llorar a mares, se que no es el momento ni el lugar pero yo no decidí que mis lágrimas se me escaparan.

—Anda vamos, que George ha solucionado milagrosamente el nudo en el que estábamos enredados.

—Como bien decías tu Taylor, no eran de la C.I.A, pertenecían al grupo de Kyle, básicamente trabajaban para él. Se colaron en nuestra red y nos hackearon todo el sistema y por eso pensábamos que este edificio era la de la C.I.A, nos redijeron todas las señales a este edificio. Lo bueno de esto es que hemos podido recuperar todos los archivos y por último todos esos bastardos están en manos del FBI.

Me sorprendió lo que me decía George, no se cuanto tiempo estuve en aquella sala de interrogatorios para que todos mis problemas se resolvieran al abrir y cerrar los ojo. Pero cada cosa que se resolvía traía una consecuencia aún más grave.

—Vamos —Dice Jade y me agarra el brazo.
Me paro en después de dar tres pasos para mirarlo.
—No me toques —Le grito.
Sus ojos expresan espanto pero su cuerpo estando de la misma forma desde que entró, tensión.

—Joder Taylor, ¿me puedes decir que coño te pasa? —Pregunta cabreado.

Veo a George escaquearse por la puerta que está a un paso nuestro.
—No se como puedes vivir contigo mismo y es que lo más deshonrable que no pagas por ello. —Mi voz es un veneno lleno de odio.

Me mira como sino comprendiera nada.

—Entro Kate antes de que entrarais, tuvo la gran idea de contarme algo que cambio por completo la forma de pensar que tenía sobre ti. Y me hizo dar cuenta de que eras una persona sin una pizca de corazón. Y pensar que mi corazón latía por ti, ¡joder que tonta fui! Y pensar que eras la persona más noble que he conocido—Me limpio las lágrimas que me caen a chorros y pródigo — No se si te acuerdas aquel verano en el que tu y tus hermanos decidisteís que era buena idea coger el coche y empezar a conducir como locos sin tener en cuenta la seguridad de nadie más. Tuvisteis un accidente ¿verdad? Pero para vosotros solo fue un susto, una lección. ¿Sabes lo que fue para mi madre y para mis hermanos? Fue la muerte. Y como no, tus padres encubrieron todo...

—Eso no fue así — Dice en una voz apagada, su cara es de pura tristeza.

—A nadie le gusta que remuevan en el pasado y menos que lo que se cuenta es cierto. ¿Verdad? ¿Cuando me lo ibas a decir? No se si te has dado cuenta de que eres una persona muy egoísta, me atrevería a decir que eres peor que Kyle, aunque me ha estado amenazando no ha matado a ningún familiar mio como lo has hecho tu. ¿Sabes lo que he sufrido? Porque a unos críos les apetecía jugar con el coche.
—Deja que te explique todo cuando esté preparado.

—Oh, perdón señor, claro que podemos retrasar la reunión para hablar de este tema para cuando usted esté preparado —Le digo con un claro sarcasmo en mi voz. —Hasta nunca —Digo para dar por terminado nuestra conversación y nuestra relación.

Salgo de la sala como viento en pompa y él tras mío. Podría haberle dado dos bofetadas bien merecidas pero si empezaba no podría parar.

—Espera Taylor —Dice cuando ya no estoy a su alcance.

Cuando estoy en la puerta de la salida me doy cuenta de que todo el edificio está lleno de agentes del FBI, y veo en un rincón a Kate con unas esposas que la retienen a una silla mientras un agente le interroga.
Lo bueno de todo esto, como a dicho George, que mi familia ya no están en amenaza constante.
Al abrir la puerta golpeó sin querer a una persona, no sabia quien era pero supuse que mi golpe con la puerta le había dolido.
—¿Quiere tener más cuidado señora? —Dice una voz molesta.

Las ganas de irme de este edificio me consumían pero al ver la cara del muchacho tumbado en el suelo sangrando por la nariz me hizo sentir muy culpable. Me agache y cogí el pañuelo de su traje para limpiar la sangre que le caía.
—Persona, es que tenía y tengo mucha prisa. —Guardo el pañuelo —Si me disculpas me tengo que ir. —Le digo al ver como Jade baja las escaleras a prisas.

—Espera —Me agarra la mano —¿Tu eres la famosa Taylor Junner? —Pregunta curioso. Al mirarlo impasible sigue hablando —Soy el agente Jonathan, me encargo de tu caso desde Londres. —Extiende la mano para saludar. —Sino le importa me gustaría hablar con usted un momento, le aseguro que todos son buenas noticias.

—En estos momentos no puedo —Digo mirando cuan cerca esta Jade, un agente le detiene al bajar las últimas escaleras lo que me da más ventajas para escaparme.

—Parece que esta huyendo de alguien —Dice Jonathan tapándose la nariz con la mano.

—No lo estoy haciendo
—Si lo está haciendo.
—No
—Si, porque sus ritmos cardíacos están alterados, esta sudando y se la ve muy cansada aparte de que está muy dolida y aturdida , a menos que acabe de salir de un gimnasio, yo diría que alguien la persigue y se exactamente quien es. —Mira Fijamente a las escaleras donde Jade arma un escándalo al ver que el agente no permite pasar.

—¿Que motivos tendría yo para huir? —No responde por lo tanto decido irme —Si me disculpa de nuevo, me tengo que ir.

—Señorita Junner, tengo que informarle de que nuestros agentes de aquí y de Londres hemos podido localizar las cámaras y los explosivos pero el siguiente paso es desactivarlo. Para ello la necesitamos.
—¿A mi, para qué?
—Para que desactive.
—¿Yo?
—Si usted, pero si le parece vamos a hablar a un lugar más privado. —Dice al ver que Jade se nos aproxima después de haber dado un puñetazo al pobre agente.

—Si, claro —Digo agarrándome a la única idea que me queda para escaparme.

Jonathan llama a un ascensor que estaba a tres metros, nos metemos en el ascensor dejando atrás a Jade.



TODA MÍA (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora