26

6.9K 439 9
                                    

—Suelta Jade antes de que te meta una patada entre las piernas y los dos sabemos que no te va a gustar. —Le digo haciéndome la dura.

—Vele, tranquila. —Dice aflojando poco a poco sus brazos que me rodean la cintura.
Cuando estoy libre me giro y le doy dos bofetadas en la cara, que a gusto me he quedado. Lo llevo pensando desde que Kate me reveló que aquel cabrón había matado a mi madre y a mis hermanos.
Le iba a dar otra pero el se adelanto y me cogió la mano.
—Para por favor, no quiero inmovilizarte con mis brazos de nuevo.
—¿Eso es una amenaza? — pregunto con los ojos muy abiertos.

—No es una amenaza, es una advertencia.

—Es mejor que te largues de mi apartamento. -Le chillo. -Y esto es una amenaza -Le digo cabreada.
—Por favor escúchame antes de juzgarme.

—No hay nada que escuchar...
Repentinamente Jade me da un beso, supongo que es para callarme y mira por donde, funciona a la perfección. Me quedo quieta, mi corazón se detuvo por unos segundos para luego empezar a latir fuertemente.
Quiero apartarlo, alejarlo de mi pero no tengo la fuerza ni la voluntad necesaria.

—Tu solo sabes lo que te han contado los demás, lo que la gente piensa. Yo no mate a tu madre y ni a tus hermanos.

—Al fin al cabo todos los asesinos dicen lo mismo, que ellos
no fueron. —Le susurro.

—Yo no soy un asesino.

—Y eso también.

—Creeme por favor.

—Dame razones.

—Porque no te podría mentir aunque quisiera, no te puedo esconder nada, soy todo tuyo.

—Esa no es una razón válida.

—No se si estoy preparado para remover en las sombras del pasado.
Le doy la espalda para que no vea que mis lágrimas están cayendo de nuevo.

—¿Crees que yo estaba preparada para
saber que el único hombre que he amado de verdad es el propio asesino de mi madre y mis hermanos, crees que tienes derecho a negarme tal información que llevo esperando durante toda mi vida? -Me limpio la cara y giro hacia él -Si crees eso tu y yo hemos terminado. Y te aseguro que cuando acabe las prácticas que jamás me volverás a ver.

—¿Qué acabas de decir? Espera un momento, retrocede segundos. ¿Has dicho que soy el único hombre que has amado de verdad? —Dice con una sonrisa de lada a lado, sus ojos reflejan felicidad y total satisfacción.
—Joder Jade, céntrate y además yo no he dicho eso —Le digo haciéndome la indignada.

—Si lo has dicho.

—No lo lo he dicho...

—Si lo has dicho -Sonríe -¿Sabes qué podemos estar todo el rato haciendo esto, no?

—Jade vete, se que como van a acabar las cosas sí sigues aquí.

—Tenía quince años —Dice de repente —Estaba con tres mis hermanos, me emborracharon por primera vez y claro, ellos también lo estaban. Me retaron a coger el BMW negro de mi padre para que les demostrase que yo no era un estirado. Me dijeron que conducirá a toda velocidad hasta que ellos me dieran que parase. —Suspira— La primera trama estaba libre y la segunda también. Me dijeron que parase porque había demostrado que era un tío de verdad, un tío con cojones —Veo como sus sonrisa se convierte en amargura —Después el volante lo cogió Zac, yo me puse atrás del todo, él se puso a toda marcha por las curvas, todo iba bien hasta que un coche apareció en frente nuestro. Yo le había avisado a Zac pero él no me hizo caso, y ese fue el instante en que chocamos con el coche de tu madre. -Se lleva las manos a la cabeza -Cuando se produjo el choque yo había perdido la conciencia, cuando me desperté lo más extraño era que estaba sentado en el asiento del conductor y luego me enteré de había sido acusado por la muerte de tres personas.

—¿Cómo es que te acusan a ti, en vez de a tu hermano? —Pregunto extrañada.
—Buena pregunta. Después del accidente me reuní con mi padre diciéndole que yo no conducía el coche, se lo dije a los agentes pero no me creían, pensaban que estaba muy borracho y que me había dado muy fuerte en la cabeza, así que decidí que era mejor hablar con mi padre. Lo más sorprendente fue lo que me contó mi padre. Me dijo que tenía que afirmar que yo iba conduciendo. Le pregunté por que y el me respondió tan tranquilo: porque tu eres menor de edad por lo que no te van a meter en una cárcel, solamente te llevarán a un centro de menores.

—¿Por qué no te negaste?

—Por qué me amenazo diciendo que no volvería a esa casa como dijese alguna palabra a los medios de comunicación o a la policía. Yo acepte ir al centro de menores, asumí las muertas de aquellas personas y sólo le pedí una cosa a mi padre, que a la familia afectada mandase cada mes una suma de dinero, era un crío y no sabia que hacer. Y bueno, ya sabes como es tu padre rechazo todo lo que mi padre mandaba anónimamente.

Me mira con una leve sonrisa.
—La primera vez que te vi fue en el enterramiento de tu madre y tus hermanos, estabas envuelta con vestido negro cogida de la mano de tu padre, llorabas y llorabas. Se me partió el corazón pero yo no podía hacer nada, no me podía acercar a aquella niña cuyos ojos sólo hacían que derrumbar más lágrimas.
Te espiaba cada verano que venía, siempre te sentadas en el banco del paseo marítimo y empezabas a cantar una canción.

Le miro sorprendida, eso solo lo sabía Cara, mi mejor amiga.

—Nunca me atrevía a acercarme pero me tranquilizaba saber que yo estaba allí para protegerte por si te pasaba algo. -Coge mi mano - No se si te acuerdas aquella vez que te resbalste y te caíste al río, yo fui el que te saco del agua y te hecho la bronca como si fuera un hermano mayor. Te soltaste de mi y te fuiste corriendo y llorando, antes me diste una buena patada.
Mis padres me prohibieron volver a Londres porque descubrieron que yo era el niñero particular tuyo.

—De aquella vez solo me acuerdo de un chico que me agarraba la muñeca y en su cara tenia con muchas pecas y sus ojos verdes esmeralda me asustaba mucho. Mis amigas siempre que te veían, decían: Taylor viene tu niñero rico.
A mi me molestaba porque no te conocía y me fastidiaba que las niñas me dijeran que tenía niñero ya que me consideraba mayor para tener uno. Cuando no volviste más veranos pensaba que estabas enfermo o algo.

—Sentía la necesidad de protegerte, la necesidad de que nada ni nadie te hiciera daño. Pero después me di cuenta de lo que debería protegerte es de mi. —Suspira —Tenía que mantener una cierta frialdad contigo, tenía que alejarme, pero ya ves no pude, y acumule mentiras tras mentiras. No quise esconderte nada, pero me resultaba insoportable que me miraras como el monstruo que soy, como el sin corazón que permitió que un cabrón asesino de tres personas saliera en libertad. No quería, te quería a ti.

No se que sentir en estos momentos, tal vez me lado más positivo y encadenado a Jade este satisfecho de que el no fuera el autor del asesinato y que él estuviese en mi vida desde mi infancia, pero ero el lado más negativo y por lo tanto más duro de convencer me dice que, ¿qué persona escondería tal cosa? Aunque fuera su propia familia, me pregunto si alguna vez no pensó en la familia afectada, sí de verdad su corazón fue tan puro como es ahora.

TODA MÍA (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora