8

18.9K 859 16
                                        

Lauren es una persona regordeta y con unos preciosos ojos azules, su pelo es corto y negro.
Su estatura es bastante baja.

La dulce voz de Lauren me interroga:
-¿Desea algo más, señorita Junner?

-No gracias, me has preparado todo tipo de manjares, ahora, ¿quién se lo va a comer todo?, porque, yo no puedo con todo.

-Tranquila, él se lo comerá.
Y señala a alguien detrás de mi.
Y entonces me doy la vuelta, al notar la presencia de Jade.
Me va a dar un ataque al corazón,
¿el motivo?, pues que el hombre que me quita la respiración con solo hablarme esta delante mio medio desnudo. Y para el colmo esta sudando.
Me doy la vuelta hacia la mesa para no lanzarme a por él y tirarlo en el suelo besandole cada parte que se me antoje.
-¿No me das un beso?, ¿ Antes no me rogabas que me quedara y te hiciera sentir como una reina?
Miro nerviosa a Lauren que sigue lavando los cubiertos.
Y de nuevo dirijo la mirada hacia al hombre medio desnudo. Y cojo su nuca entre mis manos susurrándole:
- Y con las ganas que tenia que te quedaras, pero te fuiste. Así que lo que tienes empalmado lo solucionas por tu medio.
Y llevo la mano hacia su parte sexual, y la acaricio suavemente haciendo que su excitación crezca, y como me lo había imaginado un bulto considerado abrupta.
Su cara es todo un poema. Es que yo también me quedaría con la boca abierta por mis propias palabras delante de una mujer que finge que no nos oye.

El dirige la mirada hacia Lauren.
-Lauren, ya has echo bastante por hoy, te puedes ir.-Su voz es ronca y suave y a la vez autoritaria.

Ella nos mira a nosotros y luego lleva su mirada hacia mi mano que posa en el trasero del señor Ward.

Al darme cuenta donde miraba saque mi mano de su sitio tan rápido como pude.
Con una sonrisa ensanchada y divertida asiente con la cabeza y añade:
-Que se diviertan.

Dios mio, la vergüenza me recorre toda mi cara elevando mi color natural a un rojo intenso.

Al minuto que sale de la cocina Lauren, Jade pega sus labios a los mios y tira con sus dientes y los mordisquea.
Esa electricidad que me recorre ahora es más intensa que las otras veces que la he sentido.
Mis manos no pueden quedarse quietas e intentan pegar el cuerpo de Jade más de lo ya esta.
Y él por su parte me sube a la mesa de la cocina para que su accesibilidad a mis labios se más fácil y me tumba en la amplia mesa.
Siento sus dedos recorriendo mi muslo, me tortura con pequeñas carias y me castiga con la otra mano con pellizcos por encima de mi ropa a mis pezones endurecidos por el deseo.

Como la mesa no es tan cómoda para que él se monte también, decide cogerme en brazos para trasladarme a su habitación.
Una vez allí, me quita la camiseta de un tirón y se monta en la cama casi mas grande que mi baño.
- No sabes cuanto te deseo- Ruge.
Quisiera responderle pero tengo tantos jadeos por sus carias que no consigo articular ni una palabra.

Estoy cerca de gritar a los cuatro vientos cuando me introduce su dedo dentro de mi, ese grito no llego a oírse porque sus labios me hacen ahogar el grito en su boca.
Mientras estabamos en nuestro mundo, oímos que del salón provenía una voz bastante melancólica.

Me asuste tanto que salte de la cama como una atleta de las olimpiadas para coger mi camiseta y mi ropa interior que se encontraban al lado de un armario grande.
Tiene un semblante de decepción y frustración. Se el motivo, yo también estoy sintiendo ese mismo sentimiento.
-Como sea Lauren le despido y no vuelve a poner un pie en esta casa en siglos.
Se ve tan mono cuando se enfada que echo a correr hacia él para que saque ese cara de perro al pasar.
Mi única opción es prometer lo siguiente para que cambie la cara y vuelva a ser ese Jade cariñoso y increíblemente divertido que era unos minutos antes:
-Seguiremos con esto cuando esta casa este completamente vacía.
Y te asegura que por unos minutos o horas no voy a perder el deseo que te tengo y nunca lo haré.

TODA MÍA (editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora