{Capítulo 6}:

91 7 0
                                    

Después de una semana...

La noticia es que Jimin y yo sacamos un sobresaliente en el trabajo, ¡estaba perfecto!
Y hablando del rey de Roma, después del día de la exposición no volví a hablar con él, tampoco lo veía mucho.

Jimin solía faltar a clases, pero no lo veía desde hace tres días y eso me preocupó, es como si hubiera desaparecido.
¿Estará enfermo?

Pero bueno, ¿qué estoy diciendo? No sé porqué pienso en él, ni el porqué me preocupo por él.
En fin, me estaré volviendo loca después de pasar tiempo con él para hacer el proyecto.

Estábamos en recreo. Young me dijo que tenía que hablar con ese tal “Hoya”, el amigo de Jimin y se fue.

Desde el día de la exposición estaba muy rara, me tenía preocupada, pero si ella no quería contarme estaba en todo su derecho.

Ya que me quedé sola, aproveché para ir al baño. Recorrí aquel pasillo y cuando estaba por entrar me topé con alguien.

—¡Ay!—Dije al darme de bruces contra el pecho de aquel chico.

—Discúlpame, por favor. No te había visto. Soy tan torpe...—Decía mientras me tomó por los hombros al chocar de golpe.

Su voz era suave y calmada. Levanté la mirada y me quedé totalmente bloqueada al ver a aquel chico.

—No-no pasa nada—dije nerviosa y algo torpe.—Discúlpame tú a mí, soy yo la que iba pensado en otras cosas.—Me disculpé y él me sonrió sin dejar de mirarme a los ojos.

—Me llamo Taemin, ¿y tú? ¿Cómo es tu nombre?—Preguntó en medio de aquel silencio incómodo.

—Me llamo Ji Ae, Sung Ji Ae.—Miré hacia el suelo. La mirada de aquel chico era muy intensa, profunda y embaucadora.

—Taemín: Encantado Ji Ae, espero que nos volvamos a ver pronto—me sonrió de nuevo.—Hasta entonces.

Yo me quedé en ese pasillo y observé cómo se iba aquel chico, Taemin.

Era alto, con una tez blanca y perfecta y de un físico esbelto.
Su pelo era de color castaño y corto. Sus ojos eran de un color marrón claro, bastante peculiar, y los labios algo gruesos y rosados, lo cual le daba un toque mucho más atractivo.

Sobraba decir que era un chico apuesto, un chico muy apuesto.

Después de recreo tocaba álgebra. Entramos al aula y busqué a Young, pero no estaba.
¿Dónde se habría metido?
Me senté sola y la clase comenzó.

—Profesor: Hola, chicos.—Entró el profesor.—Bien, tengo algo que deciros. Tenemos un nuevo compañero. Dadle la bienvenida a Lee Taemin.

En cuanto escuché ese nombre dejé de escribir y levanté la cabeza.
Era él, el chico apuesto con el que me choqué en el pasillo de los baños hace rato.

Saludamos y él se inclinó diciendo algunas palabras que sinceramente no presté atención ya que no salía de mi asombro.

—Profesor: Bien, chico, siéntate.—Taemin asintió, observó la clase y comenzó a caminar para tomar asiento, mientras las chicas lo observaban totalmente embobadas y comentaban sobre él.

—Sabía que volvería a verte, pero nunca me imaginé que sería tan pronto—sonrió sentándose justo a mi lado.
¡Genial, justo se tenía que sentar aquí! Nótese la ironía.

—Sí, y parece que estás en mí clase...—Contesté algo nerviosa.

—Taemin: Sí, eso parece. Que suerte la mía, ¿verdad?—Yo le sonreí sonrojada y miré a otro lugar. Mis pómulos se tornaron al rojo vivo por la presencia de ese chico y lo último que dijo.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora