{Capítulo 19}:

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AVISO: Ya lo especifico antes de comenzar la novela, pero de todas formas lo vuelvo a hacer.
Este capítulo contiene escenas y lenguaje inadecuado, que no es apto para todo tipo de público.

Ahora sí, sin más preámbulo os dejo leyendo el siguiente capítulo.

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Me di la vuelta en cuanto escuché que se cerró la puerta. Estábamos a oscuras y eso me ponía nerviosa.
Si estar con Jimin me ponía nerviosa, lo estaba aún más sabiendo que los dos estábamos en una habitación, juntos y a oscuras.

Comencé a sentir una especie de nerviosismo y temor, era una mezcla de sentimientos.

Al cerrar la puerta, Jimin se quedó apoyado en ella y no dijo nada. El silencio reinó durante un rato y era bastante incómodo.

—Esta un poco oscuro aquí...—Dije realmente nerviosa y él dejó escapar una risa.

—Jimin: No me digas, ¿en serio te parece?—Se despegó de la puerta y empezó a caminar sigilosamente para que perdiera su localización.

No sabía dónde se encontraba hasta que noté su presencia en frente de mí.

—¿Por qué no enciendes las luces?-Le pregunté mientras el nerviosismo aumentaba cada vez más.

—Jimin: ¿Por qué? ¿Acaso temes que algo pase? ¿Algo como hoy en los servicios cuando me diste aquel golpe ahí abajo?—Me preguntó totalmente divertido al oído por la situación en la que nos encontrábamos ahora y yo me estremecí.

Tragué saliva. Recordé lo que hoy pasó y que fue justo lo que me preguntó.

—Jimin: Aún me duele al recordarlo, ¿sabes?—Noté la frialdad en su voz al decirlo.

—No te tengo ningún miedo. 

—Jimin: Bueno, entonces no veo el problema de que estén las luces apagadas. ¿Es que no te gusta el ambiente? A mí me encanta.—Volvió a susurarme al oído.

Estaba claro que se estaba aprovechando de la situación para joderme la estancia ésta noche. Era odioso tener que soportarlo y sabía que sólo acababa de empezar.

—¿Puedes encender las luces? ¡Por favor!

Tras eso no se volvió a escuchar a Jimin. Al cabo de un rato las luces se encendieron y yo me quedé algo más tranquila.

Miré el cuarto y comencé a observar lo que había dentro, asombroso.

¿Con qué ésta era su habitación? Un espacio bastante grande y muy bonito se encontraba ante mis ojos, para ser sincera

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¿Con qué ésta era su habitación? Un espacio bastante grande y muy bonito se encontraba ante mis ojos, para ser sincera.

La habitación estaba ordenada y limpia para ser la habitación de un niño. Francamente me enamoró su habitación.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora