{Capítulo 11}:

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Pasaron unas dos semanas...

Estábamos en época de examenes ya que este trimestre se estaba acabando. Exámenes por aquí, exámenes por allá.

La cosa no había cambiado.
Jimin y Naomi estaban juntos todo el tiempo, y cada vez que pasábamos por su lado ella no dudaba en atacar sus labios para demostrar que Jimin le pertenecía, como si se tratara de un objeto.
Jimin comenzó a ser más grosero que antes, y básicamente se estaba convirtiendo en el perro fiel de Naomi.

Cada vez que nos encontrábamos a Naomi y al resto de sus amigas, no dudaban en tirarnos los libros o hacer cualquier ordinariez para humillarnos delante de todo el mundo y la verdad que eso ya nos estaba sacando de quicio, pero tanto Young como yo tratábamos de guardar la calma y no rebajarnos a su nivel.

Young y Hoya no habían vuelto. Ya ni siquiera se dirigían la mirada, y Ninna cada vez era más cercana a Hoya.

Luego estaba Taemin, que siempre estaba cerca de mí cuando lo necesitaba. Se había convertido en un buen y gran amigo. Siempre me defendía de los enfrentamientos con Naomi y sus amigas, que cada vez eran más frecuentes.

Hoy era el último día de exámenes. Quedaban tan sólo cuatro días para acabar el trimestre.

Estábamos en el receso y Young y yo nos sentamos en una mesa con nuestras bandejas para comer.
Después de un rato apareció Naomi junto con sus amigas y Jimin y Hoya.
Cuando Naomi pasó por mi lado me tiró el zumo a propósito y todo se me derramó encima del uniforme.

—¿Pero qué haces?—Alcé un grito y me levanté de la mesa, cabreada. Todas las personas allí presentes empezaron a mirar.

—Ups...—Dijo con una pena fingida y tras eso sonrió cínicamente.

—¿¡Es que no te cansas de hacerme la vida imposible!?

—Naomi: ¡Ah!, ten más cuidado, inepta. ¡Me has manchado los zapatos, y son muy caros!

—¿¡Que yo te manché a ti!? Mírame, has sido tú la que me lo ha tirado todo encima. Ten tú el cuidado, idiota. Ya me estás cansando.—Me acerqué a ella, furiosa

—Naomi: A mí no me llamas idiota.

—Jimin: Ey, ten cuidado de cómo le hablas a mi novia.—Se puso en medio, impidiéndome el paso y me empujó hacia atrás. Parecía su guardaespaldas.

—Taemin: Ah, ¿sí? Pues será mejor que controles a tu novia. ¿No te das cuenta que fue ella la que le tiró el zumo a propósito?—Se acercó para defenderme poniéndose en medio. No supe de dónde apareció Taemin, pero llegó a tiempo.

—Jimin: ¿Y a ti quién te mandó a meter las narices, imbécil?

—Taemin: Me meto porque me da la gana, ¿cómo lo ves?—Jimin rió cínicamente.

—Jimin: Entonces que ésta...chica,—me señaló como si se tratara de algo insignificante—procure no meterse en el camino mi novia.

—Taemin: Entonces aleja a tu amada novia y no tendremos problemas.—Se retaron y Taemin lo empujó con fuerza.
Casi iba a comenzar una pelea.

—Taemin, ya vámonos. Por favor, sácame de aquí.—Le agarré del hombro. Taemin se detuvo para observarme a los ojos, su ceño fruncido se relajó y después de tomarme de la mano me arrastró con él lejos de ahí, donde se empezó a aglomerar cada vez más personas.

—Taemin: ¿Estáis bien?

—Young: Sí, yo sí.—Dijo mirando hacia esa pandilla mientras nos alejábamos de la cafetería.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora