{Capítulo 39}

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~Narra Jimin...~

Estaba recogiendo mis cosas junto con el resto de compañeros ya que tocó el timbre, y cuando iba a salir la profesora de literatura me detuvo.
Odiaba a esa vieja, me hizo la vida imposible desde que me conoció. No era santo de su devoción, que digamos...

Esperé a que todos se fueran como me dijo y viendo que no hablaba me digné a hacerlo yo.
Tras una considerable charla, en la cual me dio el sermón de siempre, simplemente le asentí como si hubiera atendido a todo lo que me dijo y salí con fastidio.
No entendía a qué se debía su interés a estas alturas, el curso estaba por acabar. Simplemente me hizo perder el poco tiempo de descanso.

A fuera, en el campus, había una gran concentración de personas, unos agentes de policía tomándole declaración a un chico que había sido aparentemente golpeado y unos cuantos profesores.
Observé tratando de encontrar a mis amigos para que me contaran qué estaba sucediendo, entonces divisé a Hoya y a Young.

—Jimin: Ey, ¿qué está pasando aquí? ¿Acaso se peleó alguien? Vi a un chico sangrando.

Young volteó para verme y en ese momento supe que algo andaba mal.
Hoya intentaba tranquilizarla.

—Young: Jimin... Fue mi culpa, tuve que quedarme con ella, pero me fui con Suzzy a la cafetería y ya fue demasiado tarde...

—Jimin: ¿A qué te refieres, Young?—comencé a preocuparme.

—Young: Se han llevado a Ji en una ambulancia...—se le humedecieron los ojos mientras yo abría los míos, asombrado.

—Jimin: ¿Qué?—elevé la voz.

—Young: No sé exactamente lo que pasó, simplemente sé que salió herida.

—Jimin: Mierda...

—Young: ¿A dónde vas?—me detuvo.

—Jimin: Al hospital, ¿dices que se la llevó la ambulancia, no?

—Young: Sí.

—Hoya: Jimin, espera, vamos contigo—me acarició el hombro fraternalmente y yo le asentí. Salimos disparados al estacionamiento.

Subí a mi moto, mientras Hoya le daba un facilitaba un casco a Young.
Pisé a fondo y, seguido por mis amigos, emprendí la marcha a contrarreloj hacia el hospital central de Seúl.

En un par de minutos ya nos encontrábamos entrando al hospital.
Young preguntó en la recepción y nos confirmaron que efectivamente se encontraba aquí. Caminamos hacia el sector que nos indicaron que se encontraba y al llegar mi sorpresa fue algo inesperada.

Un policía le terminó de tomar declaración a Taemin, y se fue.
Me acerqué a pasos agigantados y lo agarré del cuello de la camisa del uniforme.

—¿Qué le hiciste, idiota?

—Taemin: Yo no le hice nada—contestó con pesadez.

—¿Y cómo pretendes que te crea?—observé su camisa manchada de sangre.

—Hoya: Ya, Jimin...—me agarró del brazo, pero hice caso omiso a lo que me decía y aparté a mi amigo de un empujón.

—Taemin: Créeme si te da la gana, yo no te estoy mintiendo.

—Me es difícil creerle a alguien como tú.

—Taemin: Entonces ese es tu problema. Ya dije que me creyeras si te daba la gana, y si no lo haces pues me trae sin cuidado. Mira, por una vez en la vida dejemos la fiesta en paz, no quiero pelear, Jimin... Lo único que me importa ahora es ella.

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2017 ⏰

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Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora