{Capítulo 34}:

20 4 11
                                    

~Narra Ji~

—Ojalá pudiera este corazón hablar y decirme que me quieres—mis ojos se aguaron.

—Y hablará.

Se escuchó una voz detrás de mí y yo me sobresalté, era su voz.

Dio unos pasos hacia delante y se agachó para verme, pero yo incliné la mirada para evitar que me viera llorar. Me sentía patética y miserable en ese momento y no quería darle esa imagen.

—Este corazón tonto por fin hablará...

Observó el corazón que dibujé en la arena con su nombre y sonrió con la sinceridad más grande en mucho tiempo.

—Hasta ahora no quise darme cuenta, pero creo que ya es hora de admitir lo que ya es obvio, ¿no?—me tomó del mentón y me hizo mirarlo a los ojos.—Ya fue bastante el tiempo que ha pasado y la verdad es que no tiene caso que lo siga ocultando. Nunca más quiero volver a verte llorar por mi culpa, y si acaso te hago derramar más lágrimas quiero que sean de felicidad.

—Jimin...—susurré y miré a otro lugar tratando de evitar seguir hablando del tema.

—Jimin: Déjame acabar porque no creo que tenga el valor de volver a decirlo, por favor—me tomó la mano y sin decir alguna palabra asentí.—Al principio lo intenté, intenté alejarte e incluso odiarte con todas mis fuerzas y lo siento... Fui un estúpido, ahora es que me doy cuenta. Te confieso que tuve miedo de que pasara, que empezara a quererte, pero sin embargo pasó. Ahora, en cambio, a lo que le tengo miedo es a perderte. Quiero verte feliz, no quiero hacerte daño y al mismo tiempo hacérmelo a mí, porque te amo Sung Ji Ae, porque me enamoré de ti. Y lo digo muy en serio.

En ese momento se acercó a mí y unió sus labios con los míos, haciendo que mi corazón se acelerará como nunca antes lo había hecho. Una lágrima volvió a brotar de mis ojos y por consecuencia del beso caímos en la arena.

—Gracias por decirme todo esto-me separé y lo observé.

—Jimin: No, gracias a ti—me miró de aquella forma que hacía todo un desorden en mi interior. En ese momento una ola nos sorprendió empapándonos de pies a cabeza y Jimin y yo comenzamos a reírnos.

—Young: ¿Hoya, estás viendo lo mismo que yo?—decía boquiabierta a unos metros, con los ojos brillantes de la emoción.

—Hoya: Parece ser que sí, tu plan dio sus frutos.

—Young: ¡Sí, funcionó! ¡Te lo dije!—comenzó a saltar y besó a Hoya de lo más contenta. Hoya rió de la dicha de su novia.

Al cabo de unos minutos Jimin y yo volvimos abrazados a donde estaban las toallas. Hoya y Young, nos miraron de lo más sonrientes.

—Hoya: Vaya chicos, ¡por fin regresaron!

—Young: Os estábamos esperando, ¿dónde estuvieron?—Jimin y yo nos miramos cómplices.

—Jimin: Fuimos a arreglar un asunto que aún nos quedaba pendiente.

—Hoya: Ajá—miró a Young, la cual estaba de lo más feliz—, en ese caso nos alegra que lo hayáis solucionado.

—Young: Ya que habéis solucionado vuestros «asuntos pendientes», ¿por qué no vamos a celebrarlo con un chapuzón? Quien llegue el último invita a una cena—se levantó y Jimin y yo asentimos.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora