{Capítulo 18}:

40 7 8
                                    

~Narra Ji...~

Subí a mi habitación y me cambié el uniforme por una ropa cómoda, después bajé a comer. Hice mis deberes y luego fui a ver la televisión en el salón.
Mi padre llegó de trabajar.

—Hola, mi vida.—Lo besó mi madre, que acababa de entrar en el salón.

—Hola, cariño—la abrazó él.—Hola, hijita.

—Hola, papá.—Le dije desde el sofá.

—Papá: ¿Qué haces así vestida? ¿Sabes qué hora es?

—Sí, las seis. ¿Por qué? ¿Qué pasa?

—Papá: ¿Se te olvida que hoy vamos a casa de los amigos que te contamos?

—Ah, sí. Lo olvidé...—Recordé que unos amigos de mis padres nos habían invitado esta noche a su casa.

—Papá: Bueno, vete a preparar.

—Papá, ¿es necesario que yo también vaya?

—Papá: Claro, hija. ¿Es que no quieres venir?

—No, no es eso... Simplemente... Bueno, no es nada. Voy a prepararme.

Había olvidado totalmente que estábamos invitados a esa cena en casa de unos amigos de mis padres. Con lo que pasó hoy, tenía la cabeza en otro lado.

Llamé a Taemin y hablamos un rato.
Él estaba mejor y ya no tenía fiebre. Finalmente me despedí de él y colgué.

Dejé salir un suspiro y me dirigí a mi armario.
¿Qué me iba a poner para esta noche? No sabía cómo ir vestida.

Ya que eran amigos de mis padres e iríamos a su casa, finalmente me decanté por un look algo más casual.

Escogí una blusa de color turquesa; unos vaqueros cortos desgastados acompañados de unas medias negras con estampado debajo; una cazadora negra que era mi favorita y de zapatos escogí unos botines negros con un poquito de tacón.

Escogí una blusa de color turquesa; unos vaqueros cortos desgastados acompañados de unas medias negras con estampado debajo; una cazadora negra que era mi favorita y de zapatos escogí unos botines negros con un poquito de tacón

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Me dirigí al baño, me di una ducha y me puse lo que tenía ya preparado en la cama.

Me dejé el pelo suelto y me hice dos trencitas pequeñas a cada lado de la cabeza. Me maquillé y me puse perfume. Cogí mi cazadora y mi bolso y ya lista bajé abajo.

Eran las ocho y media.
Mis padres me esperaban en el salón. Salímos de casa y fuimos rumbo a aquel lugar.

***
Llegámos a una zona en la que sólo se divisaban casas grandes, chalets, dúplex y demás. Nos paramos en una que era muy bonita y agradable. Supongo que por lógica, era aquí.

Tocamos al timbre y mis padres sonrieron algo emocionados. Al cabo de un ratito un hombre abrió la puerta y sonrió amablemente. Tendría más o menos unos cuarenta años, la misma edad que mis padres.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora