{Capítulo 31}:

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~Narra Jimin...~

Esta noche acabó como nunca pensé que acabaría. Realmente no me esperaba que nada de esto ocurriera y ahora que ha ocurrido, francamente me parece increíble... 
Hicimos el amor y fue simplemente perfecto. Saber que yo fui el primero en su vida, el hecho de que se entregara a mí significa mucho. 

No sabía qué era eso que sentía. Esa sensación, era distinta, nueva... Era extraño.

¿Me sentía feliz? No podía dejar de sonreír, pero de pronto todo me vino a la mente.

La observé y una ira se apoderó de mí, como siempre sucedía.

Quise apartarla de mí. Por su culpa mi familia está pasando por todo esto. La quiero odiar por ser quien es, pero es que este sentimiento es más grande que todo eso. Sentía que estaba cayendo en algún embrujo. A pesar de intentar alejarla de mí, más cerca la tenía.

La acerqué a mi pecho y la rodeé con mis brazos. Quisiera que este momento reviviera una y otra vez y que nos quedáramos así para siempre sin nada más, solo ella y yo, y que le den a todo lo demás.

~Narra Ji...~

Desperté, con un gran dolor de cabeza. Me costaba abrir hasta los ojos y sentí que me iba a estallar la cabeza. Me senté en la cama y me di cuenta que estaba completamente desnuda y junto a mí estaba Jimin. Lo observé. Estaba de espaldas, tapado hasta la cintura. En su espalda se podían apreciar algunos rasguños. Me alejé inmediatamente por lo que estaba viendo.

—No, no puede ser...—me llevé las manos a la boca.

Jimin comenzó a despertar porque escuchó mi voz y volteó a mirarme. Yo intenté taparme lo más que pude con las sábanas.

—Jimin: Buenos días—sonrió y se acercó a darme un beso, pero yo me alejé.—¿Qué te pasa?

—No, no puede ser posible. Dime que no fue así, ¡dímelo! Dime que no pasó.

—Jimin: Ji, claro que pasó...—me miró inexpresivo.

—¡No, no, no!—salí corriendo de allí, con la sábana enrollada al cuerpo. 

—Jimin: ¡Ji, espera!—se levantó de la cama rápidamente.

Me encerré en el baño y rompí a llorar en el piso.

—Jimin: ¡Ji, ábreme!—comenzó a tocar en la puerta. 

—¡Vete, no quiero ver a nadie!

—Jimin: Mi amor, por favor no llores...

—¡No me vuelvas a llamar así!

En ese momento solo quise desaparecer. Hundí mi cabeza en mis rodillas pretendiendo que esto fuera una pesadilla y yo despertara ya. Jimin consiguió abrir la puerta. Me vio en el piso y corrió hacia mí.

—Jimin: Ji...

—Suéltame, no me toques. 

—Jimin: Está bien, no te tocaré. Pero, dime porqué lloras.

—¿Que por qué lloro? Porque nada de esto debería de haber pasado, nada. No está nada bien lo que hice, Jimin.

—Jimin: ¿Por qué no va a estar bien, dime? ¿Qué malo tiene que dos personas que se gusten o se atraen hagan el amor?

Yo seguí sollozando y él me abrazó. Traté de alejarme, pero al final me hundí en su pecho y rompí a llorar. 

—Jimin: Por favor, para de llorar—me acarició el cabello—, no me hagas sentir peor de lo que ya me siento...—dijo totalmente apagado.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora