{Capítulo 36}:

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Ambas rieron por lo bajo y de pronto lo comencé a ver todo más claro.

Abrí, apresurada, el estuche de Young y busqué el espejito que siempre guardaba a dentro. Miré mi cuello y comprobé mis sospechas, tenía un gran chupetón rojo.

Era de la noche anterior, cuando Jimin trató de tomarme a la fuerza.
Rápidamente me enrollé aquel pañuelo al cuello. Me morí de la vergüenza solo de pensar que lo tenía al aire, expuesto a todos.

—Chicas, esto no es lo que parece. Todo tiene una explicación.

—Young: A otro perro con ese hueso, que a esta amiga tuya no la puedes engañar—me dedicó una miradida recriminatoria.—Lo quiero todo con lujo de detalles, ¿me entendiste?

Suspiré.

—Suzzy: Uy, uy, uy... Esos suspiros no me gustan nada, huele a amor, ¿no crees, Young?—ella le asintió y ambas volvieron a mirarme con curiosidad.

Desde luego, iba a ser difícil contarlo todo...
Pero, gracias a Dios entró la profesora y me libré.

—Buenos días, chicos. ¿Cómo están todos?—Saludó sonriente mientras caminaba por la clase. Nos sentamos en nuestros sitios y le saludamos al unísono.

—Suga: Profesora, hoy la veo más animada que de costumbre. ¿Se puede saber el por qué?

—Muy agudo, Suga. Así es, hoy vengo feliz y sí, claro que podéis saber el motivo.

—Suzzy: ¿Y cuál es la noticia, profesora?

—A eso voy, Suzzy. Bueno, la noticia os va a alegrar, estoy cien por cien segura de ello. Alumnos, como ya sabéis este año académico está llegando a su fin y con él también vuestro final en este instituto. Sí, os graduais en tres semanas chicos...

Todos dijeron al unísono un «OH...» entristecido.

—Pero bueno, no es esa la noticia que vengo a comunicaros para que estéis con esas caras largas. Como ya sabéis, todos los años se celebra la ceremonia de graduación en este centro y la fiesta tan esperada después.

Nos hizo ojitos y comenzamos a comentar entre nosotros, intercambiando sonrisas y palabras.

—Chicos, silencio que no terminé al respecto. Este año va a ser un poco más especial que los demás. El consejo me ha nombrado madrina del año escolar y seré la encargada de la ceremonia, la fiesta de graduación y todo lo que tenga que ver al respecto—sonrió radiante y todos nos alegramos y comenzamos a aplaudir, algunos hasta silbaban y alagaban a la profesora.

La idea de que ella fuera la madrina de este año me encantó, ya que personalmente Dara era la más indicada para ello. Tenía veintiocho años y era la profesora más joven y guapa de este centro. Nos daba taller de arte, ya que estaba especializada en eso.

—Por último y para concluir con esta noticia que parece un discurso aburrido del director, os diré el final... Como soy yo la madrina, era de esperarse que hiciera de las mías así que hablé con el consejo directivo, y propuse algo que no tuvieron oportunidad de negarme. ¡Cada uno de vosotros participará en todo lo que tenga que ver con vuestra graduación! La ceremonia, la fiesta, los preparativos...—dijo sonriente y todos comenzamos a aplaudir y aclamar a Dara.

Participar en los preparativos de la graduación fue algo que nos fascinó ya que siempre lo oganizaba el consejo directivo y era algo cutre y repetitivo.
En cuestión de segundos la clase se volvió un desmadre.
En medio del bullicio me encontré con la mirada de Jimin y ambos nos sonreímos alegres por la noticia.

—Dara: Os he clasificado en grupos y cada grupo se ocupará de la tarea que yo le encomiende. ¿Tenéis ganas de saber qué le toca a cada uno?—todos le asentimos con ganas.—Bien, os he agrupado de manera que en cada grupo habrá como dos, tres o cuatro personas encargadas, dependiendo de la complejidad del trabajo. El primer grupo lo formará Ken, MinJae y Kyara. Vosotros seréis los encargados de la temática de la fiesta de este año, es decir, la etiqueta—los compañeros asintieron contentos por su tarea y se sentaron de nuevo.—El siguiente grupo, encargado de la música y de hacer que la gente se revolucione. Lo pensé y quién mejor para esto que Suga y Hoya. Vosotros seréis los anfitriones de la noche—ellos dos se levantaron sorprendidos y chocaron las manos.

Entre el amor y el odio ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora