Viejos amigos

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Después de haber pasado un día entero con miedo de que Johnnie me llamara, decidí entretenerme con cualquier otra cosa e intentar sacármelo de la cabeza, así que porque no reunirme con la persona con la cual pasaba todo mi tiempo en la niñez, es mayor que yo por dos años, así que se imaginan que yo siempre estaba detrás de él como perrito faldero.


-Má, voy a ir a ver a Brent – Grite una vez estuve en frente de la puerta listo para salir.


-Bueno, cuídate.


Colgué mi mochila en mi hombro, empezando a caminar por la vereda de mi antiguo barrio. Todavía me acuerdo de cuando pasaba todo el tiempo corriendo por estas mismas calles. Dejando los pensamientos del pasado de lado, llegue a una casa la cual recordaba con perfección, tenía un mini jardín delante con una cerca blanca y un enorme patio detrás, no era una mansión, mas bien una casa modesta, completamente blanca y con dos pisos. Toque el timbre una vez y me dispuse a esperar, aunque no me había puesto a pensar en si tal vez se hayan mudado.


-¿Si? – No, no se habían mudado, la señora que salió era la madre de Brent, no la podía confundir.


-Señora Scott, soy yo, Kyle Hall.


Parecía como si me estuviera estudiando con la mirada cuidadosamente, precavida de no dejar pasar a ningún desconocido a su casa, hasta que por fin pudo recordarme.


-David – Se acerco hacia la cerca a paso rápido, abriéndola y dándome un abrazo como el que me había dado mí mama el día anterior, cuando llegue. – Oh, paso tanto tiempo querido.


-Lo sé, señora Scott, me alegro muchísimo de verla.


-Mi niño, ¿Cuántas veces tengo que decirte que dejes de llamarme de esa forma? Solo Amy – Revolvió mi pelo y acaricio mi mejilla, todavía analizando mi cara. Ella era como mi segunda mama, si no estaba en mi casa estaba en la suya.


-Ya sabe, los viejos hábitos no se van.


-Pero pasa por favor, Brent está en su cuarto, te extraño un montón – Pasamos hasta donde se encontraba la sala de estar, deje mi mochila sobre una silla y me dispuse a ver el lugar, a pesar de que recordaba cómo era, habían pasado años desde que estuve acá. Habían dos sillones en frente de un plasma  y una mesita ratonera, cuadros por todas las paredes y sin duda algunas decoraciones, casi todo como recordaba – No le digas que te dije, pero ve tus vídeos y hasta algunos los repite – Sonríe de forma picara mientras me pasa un vaso de agua.


-¿De verdad? – Tome el agua que me ofreció, no me había dado cuenta hasta recién que tenía la garganta seca seguramente por los nervios. – Pensé que se había olvidado de mí.


-Oh, no podría, ustedes eran muy amigos de chiquitos – Me acordaba de cada momento que pase con Brent, así que eso no lo podía negar – Dale, subí, ya sabes dónde está su cuarto.


Asiento rápidamente mientras le devuelvo el vaso, no sin antes darle un beso en su frente, cosa que hacía desde chiquito. Corrí hacia las escaleras ansioso de encontrarlo, subiéndolas de dos en dos. Frene una vez llegue al piso superior, y como con la sala de estar, volví a mirar todo con curiosidad.

Just Best Friends - KohnnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora