Llorar

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¿Se acuerdan de la primera vez que los rechazaron? Esa primera vez en la que pensabas que después del rechazo todo iba a terminar, que nada en la vida tenía sentido, que el dolor en tu pecho era lo más asfixiante que habías sentido nunca, que ni siquiera ibas a poder volver a mirar a los ojos a esa persona... Todos esos sentimientos los tenemos después de enamorarnos la primera vez, o cuando el que creías el amor de tu vida te deja. Es un dolor tan puro, que mata, como cuando lloras tanto que llega el momento en el que necesitas gritar sin poder evitarlo, hasta que sentís como si el aire fuera disminuyendo, y por un momento, no te importa desgarrar tu voz o el dolor de tus pulmones por el poco aire que reciben, ni la incapacidad de poder hablar con claridad por ese nudo tan molesto en el medio de tu garganta... Lo único que pensas es en ese dolor tan insoportable que hay en tu pecho y que hagas lo que hagas no podes calmar.

Creo que eso fue todo lo que sentí hasta hace un momento, en el que simplemente abrace la almohada y llore. Llore como nunca antes había llorado y como si el dolor que sentía fuera algo físico, me aferre a mi remera, en la parte del pecho, estrujando y estirándola como si eso fuera a calmar todo el dolor que sentía.

Pero eso paso hace una hora.

En este momento me encontraba sentado en mi cama, contra el respaldo de esta misma, sin dejar de abrazar la almohada que en ciertas partes estaba húmeda por todas las lágrimas. Sentía como si mi cabeza estuviera a punto de explotar pero eso era lo que menos me importaba en este instante, tampoco me importaba el celular que no dejaba de vibrar, aun en el piso, ni las llamadas por Skype que hacía rato habían parado de sonar.

-¿Kyle? – Escucho un susurro detrás de la puerta que pude identificar como Brent – Tu mamá me llamo hace un rato, dijo que estabas llorando.

Sí, mi madre había estado hace un momento tocando la puerta de mi cuarto, pero no tenía ganas de explicarle nada, así que con la voz completamente rota le dije que me deje en paz.

-Voy a tomar eso como un "Podes pasar, hermoso Brent" – Aun con esas bromas tontas de las que me solía reír, no pude sonreír. La puerta se abrió lentamente, y la cabeza de Brent apareció detrás de ella. Al verme su expresión cambio rápidamente a una seria, cerró la puerta detrás de él y se sentó a mi lado. – Te ves horrible.

-Gracias – Susurre con sarcasmo.

-¿Queres contarme?

Negué con la cabeza y le señale el celular en el piso, sin siquiera levantar la mirada, no había cerrado la conversación de Jey, así que se iba a dar cuenta. El me entendió y se levanto de la cama, pude ver por el robillo del ojo como se agachaba agarrando el celular. Cerré los ojos intentando olvidar la foto en la que felizmente estaban Johnnie y Alex, pero seguía grabada en mi cabeza como si de un tatuaje fuera. Las lágrimas inevitablemente se iban acumulando de nuevo en mis ojos, pero ya no quería llorar.

-No me habías dicho que Johnnie se volvió una mierda – Sentí como se sentaba otra vez en el mismo lugar y apoyaba su mano sobre mi rodilla.

-Ni yo lo sabía – Fruncí el ceño al notar que no había podido hablar bien mientras que las comisuras de mis labios volvían a curvarse hacia abajo. Escuche su suspiro mientras que me seguía acariciando, intentando calmarme. Levante mi mano y alce un dedo. – Esto fue lo que me duro la felicidad, un día.

-Ey no – Se acerco mas a mí, sacando su mano de mi rodilla para pasarla sobre mis hombros, abrazándome de lado – Tenes que ser fuerte.

-¿Cómo? – Sin quererlo, un sollozo escapo de mi garganta, haciendo que algunas lágrimas volvieran a salir de mis ojos. Se quedo en silencio por lo que pareció una eternidad, hasta que por fin respondió, con un tono decepcionado.

Just Best Friends - KohnnieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora