06. Victoria's Secret.

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-¡Hey Hey Cuidadoooooo!
No alcancé a girar cuando un chico skater se aproxima a mí, tomándome por la cintura y cayendo al suelo, conmigo sobre él.

No quería abrir los ojos – ¡Amanda cómo pudiste caer en un par de días del cielo a la tierra, de reina a peona, de diva a ridícula, de perfecta a torpe! – pensé amargamente.

-¡Si quieres puedes salir de arriba mio, niña torpe!

Abrí los ojos lentamente y ahí estaba él, el causante de mi ridículo mi “primer día de clases”, quise apartarme de él, pero mi tobillo dolió y me quejé.

-¡Auch! – Arrugué mi nariz y su mirada se poso en mi – Pudiste mirar por donde ibas ¿o en estos barrios lo que la lleva es patinar con los ojos cerrados?

El patinador ciego se puso en pie y ayudándome con mucho cuidado me puso en pie junto con él, tomándome de un brazo para levantarme, posando su otro brazo sobre mi cintura.

-¡Pues deberías saber que al instituto no se viene como una Victoria Secret’s! – me soltó y con una maniobra de pies acercó su tabla, skate o lo que sea y la paró a su lado para tomarla con la mano.

Levanté una ceja y lo miré de pies a cabeza.

-Pues, esto es lo más cerca que estarás de una Victoria's Secret ¡niñito! – me apunté con mi índice y luego lo apunté a él.

-Si claro. Ya quisieras ser una.

-¡Pues fíjate que no!

Me giré hacia mi taquilla, dándole completamente la espalda. Sentí que me miraba de pies a cabeza.

-Deja de mirarme o tus ojos se pegaran a mi espalda y no combinan con mi ropa. – le dije sin girarme y abrí mi taquilla, sacando el polvo de ella, sentí que sonrió.

-Como si me gustaran las barbies huecas.

Sentí como tomó su tabla y se subió a ella, cuando lo sentí más lejos me giré a mirarlo. Empuñé con fuerzas mi mano y conté hasta diez en mi mente.
-Por lo menos la taquilla es espaciosa- pensé.
-Evan, hermoso amigo mio, ¡cómo te extraño! – eso no lo pensé, lo dije.
Y hablando de Evan, tomo mi celular y mando un mensaje.

“Evan corazón, la señal en mi casa es mínima, más tarde buscaré donde haya más y te llamaré, lo juro por nuestra amistad, te necesito más que barbie a Ken, más que Potter a sus lentes. Te quiero.
Pd: He sobrevivido, a mi primera media hora.
Pd2: Te extraño Xxoo”

-¡ENVIADO CON ÉXITO! – leo en voz alta lo que mi celular dice.

Guardo mis cuadernos y le coloco candado a mí taquilla. Luego miro mi papel que dicta las clases que tengo. Miro los pasillos ya no hay nadie ¿Sonó el timbre de inicio de clases o no lo escuche? En fin, supongo que no me dirán nada por ser nueva, ya mi tobillo no duele tanto, puedo mover con el ritmo divo de siempre mis caderas y caminar.
-Clase HISTORIA, sala 220- leo en voz alta, subo las escaleras y es una de las primeras.

Las aulas están todas cerradas y con evidentemente todos los alumnos dentro de ellas.
Llego al aula, donde según mi papel dice que debo asistir en mi primera hora – estoy nerviosa – es lo único que pienso, suspiro una y otra vez, tratando de encontrar el control en mí.
Tomo mi corazón que cuelga en mi pecho, la gargantilla que mamá me dio – ¡Ayúdame Má! - sale por mi boca y de la nada se abre la puerta hacia afuera, lo que por reflejo logro poner un pies atrás para que no me golpee en mi perfecto rostro.

-¿Y usted pretende estar toda mi clase fuera del aula? – me mira una señora de lentes y mirada verde profunda, debe de tener unos sesenta años y una falda verde que no combina en nada con su chaleco rojo y pañuelo naranjo pálido. - ¿Va a dejar de mirarme o entrará?

NIÑA RICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora