08. Stacy Malibú.

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-¿Tú? - mis ojos se clavaron en sus ojos, y mi boca formó una perfecta, más que perfecta O.

-Mi mamá dijo que Stacy Malibú necesitaba ayuda.

Genial, ahora me llama igual que la muñeca de Lisa Simpson ¿Qué es lo que acaba de decir? ¿Dijo mi mamá?

-¿Qué es lo que acabas de decir? ¿tu mamá? - arrugo mi nariz, y me mira por unos segundos.

-Sí, ¡mi mamá!
Ahora dejame pasar para ayudarlos. - con su brazo se abre espacio entre la puerta y mi cuerpo, para entrar sin permiso a mi casa.

-¿Todo el tiempo sabías quién era yo? - me cruzo de brazos Apoyándome en la paredes cerca de la puerta, mientras el hace lo mismo en la pared de la escalera.

-Lamentablemente mi mamá en casa tiene fotos contigo - rueda los ojos - Aunque eres más fea en persona.

-¿Qué? - arrugo mi frente.

-¡Eso! - se encoge de hombros y sigue recorriendo la casa con su mirada - Mamá tiene fotos tuyas por la casa.

-¿Entonces?

-Sí, supe quién eras desde que te me caíste encima - rueda los ojos.

-¡Tú me botaste! - lo apunto con mi dedo, sin saber lo que está pasando en verdad.

Se encoje de hombros otra vez.
Parece que eso le parece gracia al muy idiota ¿qué se cree? Viene a ofenderme a mi propia casa ¿A quién salió? Ana no es así, Sophi no es así, y por lo que vi, su padre no es así.

-Bueno ¿en qué ayudo? - se rasca la cabeza mirando para todos lados, acomodando su gorra.

Trato de ignorar todo lo que ha pasado hoy, aunque me alcanza una duda ¿la bestia será su novia?
Cierro la puerta trás de mí, y noto que está mirando la casa.

-¡Qué miras!

Sus ojos color miel se posan en mí, para responder.

-¡Nada! Es que es igual a la mía.

Hago una mueca y levanto una ceja.

-Entonces no te perderás - ahora yo me encojo de hombros.

Me gano de rodillas para comenzar a abrir una caja, ya que están todas amontonadas.

-No eres como pensaba Malibú.

Lo dice agachándose tomando una caja en sus manos, dejándola sobre la mesa.

-¿A qué te refieres? - expreso con curiosidad, él me da la espalda para trabajar.

Jack se queda callado muchos segundos.
Yo por mi parte no hallaba como preguntarle si la bestia de trenzas era su novia.

-Deja de mirame - sin mirarme y dándome la espalda sabía que mis ojos estaban puestos en él, pero que tipo... - Tus ojos se clavaran en mi espalda de tanto que me miras y tus ojos no convinan con mi playera.

-¡Idiota! - susurré.

-Te escuché Malibú - alargó.

-¿A quién saliste tan idiota? - me indigné ¿qué se creía? No me iba a ofender y menos en en mi propia casa. ¡Wow! Ya me resigné a que así era.

-¡Que te importa! - me contestó y  molesta me puse de pie y me acerqué a él para reprocharle mejor.

Lo miré a los ojos con mis manos en mi cintura hacia abajo, ya que seguía sobre sus rodillas con una caja en el suelo.

-Si vas a estar en mi casa te ruego que...

Mi teléfono sonó, lo ignoré ya que eso hacia. Debía cambiar número para evitar que James me siguiera llamando. Me distraje fácilmente quise seguir peliando, pero no paraba de sonar.

-¿No vas a contestar? - Jack se puso en pie, yo sin tacos era mucho más pequeña que él. Rodé mis ojos y fui por mi celular que estaba encima de un mueble.

-¿Evan? - dije en voz alta al sorprenderme con la llamada de mi mejor amigo, se supone que jamás me llamaría hasta que cambiara de número.

-¿Evan? - contesté - Preciosa soy yo, se que no ... De... Bi... -¿Evan? ¿Evan? - comenze a buscar con mi brazo en alto la señal, subiendo las escaleras y bajandolas -¿Me es...cuchas Am? - como extrañaba esa voz, seguí mi recorrido por la casa, pero la llamada se cortó.

Hice un pucheros y suspire mirando mi teléfono. Hasta que una voz me sacó de quicio.

-Debes cambiarte de compañía telefónica Malibú, aquí no llega la de los ricos, la verdad...

-¡cállate sabe lo todo! - Jack estaba por primera vez diciendo algo que me interesaba, pero escuchar a Evan y no poder hablarle me tenia mal.

-Dile a tu novio que te compré otro teléfono - siguió acomodando unas cosas en un mueble.

-Tú preocupate de dominar a la fiera de novia que tienes y enseñale modales - rodé los ojos para guardar mi celular. Aún me sentía intrigada por la razón que Evan me llamó. Lo extrañaba tanto.

-¿Lo quieres? - escuché que dijo casi inaudible sin mirarme, giré mi cabeza hacia él.

-¿A quién? - levanté una ceja humedeciendo rápidamente con mi lengua mis labios, mientras él demoraba en contestar.

-A ¿Evan? - dudó pero al fin habló.

-Pues claro. Es mi alma gemela.

No le mentía, lo era. Evan era mi gemelo, mi otra mitad, nos mirábamos y sabíamos lo que pensaba el otro. Era una amistad pura que había tenido toda mi vida, y hoy lo extrañaba a morir.

-Valery no es así todo el tiempo.

-¿Así salvaje? - levanto ambas cejas con mis manos ahoraben mi cintura.

-Solo se sintió amenazada por ti.
-Jack levantó la caja de libros de John y al hacer fuerza noté sus bíceps marcados en lo que dejaba ver su playera amarilla que llevaba hoy.

-Jamás la amenazaría creeme - rodé los ojos haciendo un gesto con mi muñeca en alto - Ya no tengo el poder - susurré al final.

-¡Sobre las mujeres! - afirmó seguro, mientras ponía un libro tras otro en el estante.

-¿Qué dices? - alargue sin entender.

-Vi como el chico casi te hace un mapa conceptual para explicarte que era HDD. Y necesitaba babero.

-La pregunta que te iba a hacer a ti. - le afirmé - Pero te esfumaste y ni fuiste a clase - recordé rápidamente que lo nombraron en HDD y que era equipo conmigo, Jack de eso no estaba al tanto.

-Mi tabla vuela Malibú- me sonrió ¿amistosamente? ¿a mí?.

-Pues tu tabla en vez de espiar a los caballeros que me ayudan...

-Tus encantos sólo sirvieron con ese nerd Stacy Malibú. - sonrió de lado mientras aplanaba la caja ya vacía entre sus manos.

-Eso es lo que crees. Ahora que lo mencionas, se hicieron parejas para un trabajo en HDD, hay equipos conformados por el profesor para trabajar juntos - le sonrío - Ya veremos si mi encanto solo sirve con los nerd - levanté una ceja y su ojos color miel se posaron en mí, Jack no entendía nada.

-Estoy seguro que tus 'encantos' no funcionan con nadie, excepto con los que su autoestima está en el -5.

Jack levantó ambos hombros para girar su gorra hacia atrás.

-Ana, jamás dijiste tener un hijo tan desafiantemente sexy. - pensé.


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Se viene intenso. No dejen de leer mis queridas Malibú. Las quiero, gracias por leer. Soy una agradecida de cada una de ustedes.
Denle estrellita y comenten que les pareció.
¿Quieren que aparezca Evan?
B.

NIÑA RICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora