10. Muñeca desabrida.

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Llegué junto con Sophi a su casa. Ana con amabilidad nos recibió y nos hizo un batido de frutas. Mientras Sophia entraba a su cuarto a buscar algo.
Comencé a mirar la casa con detalles. Para ser exacta nunca había entrado más que al minimarket, tomé un sorbo de mi batido a lo que llega Sophia más que sonriente con unos tenis blancos. Sophi los agita para hacer más emocionante el momento.

-Tenis Sophi ¿es en serio? - sonrío de lado dejando mi batido en la mesa de centro cerca del sofá.

-Son los mejores. Unos Converse.

Me pasa los tenis y los tomo.

-Deportivamente no los mejores Sophia - levanto una ceja - Estás hablando con una ex capitana de porristas y nadadora casi de olimpiadas. Se lo que es tenida deportiva.

-Bueno bueno, pero en estilo son lo mejor que hay. - Sophi se sienta a mi lado fingiendo estar ofendida mientras dejo los tenis cerca del sofá.

Ambas reímos.

La puerta suena y entra don serio mirándonos detenidamente a ambas.

Jack.

-¿Qué haces aquí?

-¡No seas insolente Jacki! - expresa con evidente enfado Sophia, lo cual le agradezco con la mirada.

-Vine por lo de HDD, para qué más - me puse de pie para hablarle.

Miró exageradamente su reloj en el celular.

-Pero son las tres - levantó ambas cejas para girarse e ir a su habitación.

Yo solo miré a Sophi para levantar mis hombros.

-¿Te vas a quedar todo el tiempo ahí o me vas a seguir? - no nos dimos cuenta que se había detenido para regresar y tirar sus pesadeces por la boca.

Miré a Sophi quien me hizo un gesto de que lo siguiera.
Cuando dicen que andamos con nuestro periodo no es nada comparado con lo que le da a los hombres. Esa bipolaridad que nos deja con la boca abierta. Lo hubiera ignorado como en mis tiempos de gloria. Pero ya no soy aquella. ¿Tokio en qué me has convertido? Por lo menos sigo siendo deseada y diva -sonrío para mí-.

-¡Pasa! - me dice al ambos llegar a la puerta de su dormitorio, creo.

-Con permiso - susurro.

Su habitación era bastante ordenada para ser sincera. Para ser de un hombre, mejor dicho, adolescente.

-¡Sientate! - me ordenó sin mirarme. Obedecí y me senté en la silla de su escritorio estudiantil.

Saqué mi cuaderno y mi pluma.

-Avancé algo en el trabajo - dije mientras ordenaba mis cosas.

Me ignoraba. Al sacarse la mochila, lo observé. Jacki era guapo. Tenia que reconocerlo.

-Tus ojos no combinan con mi ropa Stacy Malibú.

Rodé los ojos. Esa frase era mía, y ese nombre no.

-Ya te dije que me llamo...

-No vallas a esa fiesta - no alcancé a terminar mi frase porque él se volteó a verme y a rogarme que no fuera ¿qué tenía de malo la fiesta de Tom?

-Hice un avance - abrí mi cuaderno ignorándolo evidentemente.

-¡Stacy!

-Ya te dije que mi nombre es... - levanté la vista furiosa, pero me detuve en su mirada. ¿de verdad me estaba rogando que no fuera?

-Malibú, cuando Tom invita a alguien personalmente nada de eso sale bien. - Jack se sentó frente a mí.

-Quizás de verdad le agrado, él se ve un chico agradable y....

NIÑA RICADonde viven las historias. Descúbrelo ahora