Gonzalo está más que furioso por el comportamiento tan apático que Fátima mostro sobre el escenario.
La chica se desmaquilla con agua en la lava manos. Se mira a través del espejo mientras cae la pintura. Rebeca no para de hablar, la reconoce por su valentía pero le advierte también que por esas palabras, Gonzalo puede castigarla de una terrible manera.
-Que me importa -dijo Fátima. -¿Que más pueden hacerme si ya me han quitado lomas valioso que tenía que era mi libertad y mi dignidad?
-Hay muchas otras cosas más valiosas que solo la libertad y la dignidad -le dice Gonzalo, apareciéndose a sus espaldas como un fantasma. -Que te parecería que sufrirán otros por ti.
-Yo puedo hacer cosas terribles -advierte Fátima retando a Gonzalo. -No te tengo miedo.
-Qué bueno que no me tengas miedo -le sonrió. -Pero qué tal si ellos si lo tienen.
Gonzalo le muestra a través de su móvil, una imagen que hace pocos minutos le han enviado desde la casa de sus padres. Son precisamente ellos: su madre y su padre, atados por las manos y los pies con unas cuerdas rugosas. Yacen tirados en el piso, con un trozo de cinta plateada sobre los labios. Su mirada denota tristeza y miedo y sobre todo miedo porque un hombre, al lado de ellos, les apunta con un arma de fuego. En la fotografía se enmarca la hora a la que fue tomada la fotografía, no tiene ni cinco minutos de haberla recibido.
-Qué te parece, tus padres ruegan un poco de ayuda y tú se las vas a negar -continua Gonzalo.
-Ellos no son mis padres -comenta Fátima. Es cierto, no son los padres de Julián, que es finalmente quien respondió a esa cuestión, pero de lo que no se da cuenta Julián, es que esos señores a quienes amenaza Gonzalo, son los padres de Fátima, quienes ahora son sus padres y a quienes debe evitar que los asesinen.
-No son tus padres o, más bien las estas negando -continuo Gonzalo. -Que más se puede esperar de una puta de tu clase. Sabes, apuesto a que si ellos supieran que les pagarías con esta moneda algún día, desearan haberte abortado cuando supieron que tu madre estaba embarazada de ti.
Fátima se lanzó sobre Gonzalo. Casi lo tira al piso pero entonces él se defendió y la empujo con fuerza hacia el suelo, golpeándola en los pechos. Fátima se retorció del dolor. Rebeca llego por detrás intentando defender a su amiga pero de nuevo Gonzalo fuerza bruta y la golpeo con el puño cerrado a la altura del maxilar. El golpe fue tan fuerte que Rebeca cayo al instante, con un hilo de sangre corriéndole por hacia la barbilla. Allí estuvo en todo momento Pedro. Fátima si podía verlo y le dirigió la mirada de esperanza como rogándole un poco de ayuda o de piedad. Pero el no podía hacer nada y solo le pidió, con una seña, que guardara silencio y desapareció tras el muro.
-Vamos Fátima, dime que quieres hacer -insistió Gonzalo, mostrándole la imagen. -Vas a continuar tu estúpida rebeldía o vas a seguir mis órdenes.
Fátima noto que Gonzalo tenia pantalón un arma y ella, en su desesperación, prefirió rogarle que terminara con su sufrimiento.
-Gonzalo, por favor, si es que tienes un poco de corazón, dejaros a ellos en paz y acaba conmigo -le suplico llorando. -Ellos son unos pobres ancianos inocentes, no tienen nada que ver en esto.
Gonzalo saco el arma y la apunto contra ella.
-Que inteligente eres, Fátima. Pero ya una vez te preste esta misma arma y no te suicidaste con pudiste, que te hace pensar que te daría el placer de terminar con tu vida.
-Porque yo puedo seguir destapando esta cloaca -advirtió Fátima. -He escuchado cosas que pueden hundirte. Por eso debes terminar conmigo si no quieres darme la satisfacción de quitarme yo misma la vida.
-Aun no es tiempo, Fátima. Tú me darás a ganar mucho dinero. Tú eres mi ramera y tú respiras porque yo así lo decido.
-Pues si así lo decides entonces decide ya y dispárame -exclamo Fátima, incorporándose contra la pared.
Gonzalo se aproximó hacia ella, gateando, tocándole sus piernas. No despegaba su mirada de los ojos de Fátima quien le susurro al oído: dispárame ya.
Gonzalo coloco su arma frente al rostro de Fátima, luego la cargo. Puso su dedo en el gatillo. Rebeca le pidió a Gonzalo que no matara a Fátima: respétale la vida Gonzalo, te lo ruego.
-Quieres que respete su vida... -bajo el arma, Gonzalo. -Está bien, lo hare...
Y Gonzalo oprimió el gatillo, dejando escapar una bala que perforo la pierna izquierda de Fátima que no solo grito y se retorció del dolor. Maldijo a Gonzalo. Llevo sus manos a su pierna y lloraba por el dolor. Palideció al instante. Vio cómo su pierna perforada supuraba tanta sangre como nunca antes imagino ver salir de su cuerpo.
-Eres un maldito, Gonzalo, un hijo de puta, un bastardo, un mal parido... -lloro Fátima.
Pero Gonzalo se reacomodo su chamarra y guardo de nuevo su arma bajo el pantalón.
-Dale gracias a Dios que solo te di en la pierna...
-Hubiera preferido que me dispararas en la cabeza...
-No lo digo por ti -dijo Gonzalo. -Lo digo por tus padres - Enseguida sonó su celular, un whatsapp había llegado a su celular. Lo abrió de inmediato. Era otra imagen de sus padres. Se la mostro con alegría a Fátima quien lo maldijo aún más al ver que los ancianos habían sido fotografiados con una bala en la misma pierna en que Fátima había sufrido el ataque.
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Positivo.
Novela JuvenilPositivo. Ese fue el resultado de la prueba. Ser mujer no es fácil, se necesitan cojones para mirar la prueba y aceptar y resignarse a procrear el hijo de un hombre al que ya no se ama. Pero ser hombre tampoco es cosa sencilla, se necesitan mas cojo...