Julián camina por una colina de pasto que se inunda con el aguacero que cae sobre la ciudad en esa noche. Hay un enorme roble frente a él. Se brinca una cerca y entonces ha llegado al cementerio donde fue enterrado su cuerpo hace un año. Busca su tumba y, cuando la encuentra, se sienta sobre el puñado de tierra que han echado y que se está convirtiendo en lodo. A su alrededor lo acompañan más personas, mas almas en pena que siguen sufriendo bajo la lluvia, lamentándose. Algunos se lamentan haber asesinado a alguien y por eso repiten no debí hacerlo, no debí hacerlo.
A Julián, por su parte, le cae encima la lluvia y, es increíble porque luce empapado, como si en realidad se estuviera mojando pero, en realidad no puede sentir el agua, no puede sentir si esta fría o tibia y eso le entristece. Pero está cerca de regresar, lo sabe porque se lo pregunta de nuevo Pedro.
-¿Realmente estas seguro de lo que vamos a hacer?
-Cien por ciento -le contesta Julián. -Si esta ha de ser la única manera en que mi conciencia volverá a estar tranquila y mi alma no seguirá vagando tan desdichadamente como hoy, entonces, hagamos lo que tengamos que hacer.
-De acuerdo pues, será preciso que antes de proceder, te reitere las condicionantes de tu futura vida para que no termine antes de lo debido y, que no te ganes ese viaje directo y sin escalas al infierno. En primer lugar -menciona Pedro, contando con los dedos de su mano derecha. -No debes confesarle a nadie, nunca, bajo ninguna circunstancia tu verdadera identidad y tu propósito. Segundo, no debes desertar nunca, por ningún motivo, por horrible y terrible que pueda llegar a ser tu nueva vida, hasta que no hayas cumplido tu objetivo, ¿de acuerdo?
-¿Pero, como sabré que abre cumplido mi objetivo? -pregunta de nuevo Julián
-Cuando llegue el momento lo sabrás. De todas formas, yo estaré siendo tu imprudente guía durante tu travesía. Te estaré recordando lo que deberás hacer y lo que no, tú sabrás si acatas mis órdenes o no. De acuerdo, entonces, manos a la obra...
Entonces Pedro se le acerca y coloca su fría mano sobre sus ojos y le pide que los cierre. Julián lo obedece. Enseguida le pide que tome tanto aire como pueda llenar en sus pulmones. Julián inspira tanto que siente que el pecho esta por reventársele. Poco a poco, Pedro va acostando a Julián sobre el lodo, empujando con su mano, su cabeza. Sin quitarle la mano de encima, ahora Pedro le pide a Julián que exhale todo el aire que inspiro y, de nuevo le pide que inspire, pero ahora más aire, no importa que se le revienten los pulmones, le dice, pues que más puede pasarle si ya está muerto. Entonces, Julián vuelve a inspirar más aire y, esta vez, Pedro le pide que contenga el aire dentro de su pecho por más tiempo... por más tiempo... por más tiempo...
...y mientras Pedro le repite estas palabras, Julián va sintiéndose mareado, tal como se sintió antes de desfallecer en su cabaña. Conforme Pedro le reitera sus palabras, Julián va sintiendo que la voz imponente del hombre de blanco se va distorsionando y se va perdiendo, y se va mezclando con el sonido de la lluvia que cae del cielo y a su vez con un relámpago que se oye que cae en la lejanía. Entonces, después de unos minutos que tal vez hayan sido como horas, la fría mano de Pedro, se ha vuelto un tanto tibia y, de pronto, entre la distorsión de la voz, comenzó a escuchar que regresaba a su estado natural hasta que de pronto le dijo: bien, ahora ya puedes abrir tus ojos.
Julián los abrió despacio. Temía por el resultado que habría causado Pedro, aunque ya no estaba con él.
Miro a su alrededor para cerciorarse del lugar en donde había llegado. Parecía la recamara de alguna casa. Frente al tocador de madera fina y sobre el mueble había un enorme espejo en el que no se alcanzaba a ver. Se incorporó. Julián estaba acostado sobre una cama con una sábana blanca. Salto de la cama y observo sobre el buró, el bolso naranja de una chica de donde tomo su teléfono celular para ver la hora: 8:37 a.m. según el reloj, es domingo por la mañana.
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Positivo.
Teen FictionPositivo. Ese fue el resultado de la prueba. Ser mujer no es fácil, se necesitan cojones para mirar la prueba y aceptar y resignarse a procrear el hijo de un hombre al que ya no se ama. Pero ser hombre tampoco es cosa sencilla, se necesitan mas cojo...