Rebeca viene regañando a Fátima durante el camino en el taxi. Porque lo hiciste, porque no te pusiste la inyección, debiste cuidarte, ahora Gonzalo te matara... etcétera, etcétera, típico sermón de una madre embravecida con su hija al saber que va a ser mama. Fátima trata de no tomarse tan a pecho el embarazo aunque sabe que debe idear un plan para escapar y debe hacerlo ya. Por eso es que ella estaba más atenta cuando el taxista las venia fisgoneando a través del retrovisor.
-Rebeca, en lugar de venirme regañando, te sugiero que mejor cruces las piernas o si no este patán lograra verte "hasta la muela del juicio" -le dijo Fátima a su amiga que de inmediato cruzo las piernas para que el taxista no pudiera ver más, dentro del vestido azul que llevaba puesto.
-¿Acaso nunca había visto las piernas de una mujer? -le dijo Rebeca, molesta. -Mejor siga conduciendo porque ni en sus mejores sueños se acostara con ninguna de nosotras dos.
Luego de bajar del taxi, antes de entrar a la casa de Gonzalo, Rebeca le pidió a Fátima que acordasen un trato para que a ninguna de las dos se les fuera a salir la más mínima prueba de que Fátima está embarazada.
-No te preocupes Rebeca, ocultaré la panza todo el tiempo que me sea posible -dijo Fátima.
-Tenemos que idear un plan para que puedas salir de esta casa cuanto antes o para que abortes, pero ya -dice impaciente Rebeca. -No podemos jugárnosla a lo que el tiempo decida, Fátima. Tarde o temprano él bebe va a brotar ese vientre tan sexy que tienes y entonces no podrás ocultarlo más y cuando no puedas ocultarlo, Gonzalo te extirpara a esa creatura, por Dios que estoy segura de que ese hombre es tan mierda que lo hará. No estará feliz hasta que no mate a alguien.
-Lo sé, por eso algo se me debe de ocurrí de inmediato.
Fátima paso días enteros planeando como salir de ese lugar sin que Gonzalo tomara represalias en su contra o de sus padres, o de cualquier integrante de su familia, incluso el que estaba por venir. Por eso vivía como sonámbula, como un zombi. Pero era preciso cuidar su vientre y cuidar su apariencia. Era preciso utilizar unas fajas que, con el tiempo, irían expandiéndose sin poder ocultar más el embarazo que, después de llegar al tercer mes, comenzaba a brotar por debajo de las blusas que Fátima se probaba frente al espejo, en las que notaba un ligero bulto. Ahora tenía que dormir con el botón del pantalón desabrochado, porque algo le calaba, ahora se acostaba con los hombres con mucha pena, incluso ya no quería salir de la casa, incluso se molestaba con ellos cuando la apretaban con sus dedos justo a la altura del vientre. En ocasiones, lloraba por el dolor que le provocaban los hombres al penetrarla de las mismas formas tan rudas en que siempre lo hicieron con ella.
Ahora se cansaba más fácilmente, ahora mientras bailaba en el burdel y mientras trataba de colgarse en el tubo, sentía que la respiración se le escapaba y bajaba para descansar unos segundos y tomar aire. Día con día, los hombres la abucheaban cada vez más porque ya no les provocaba ninguna satisfacción, porque ya no era exótica bailando y porque de hecho, comenzaba a verse ante sus ojos: gorda. Situación que noto de inmediato Gonzalo y corrió esa noche para ofenderla y pedirle que dejara de comer tanto porque en verdad, había perdido condición física. Su cuerpo ya no era el de antes.
Fue esa noche cuando Fátima se durmió en solitario, en el sótano, de nuevo regañada por Gonzalo, por haberle estropeado su evento otra vez. Por eso fue que esa noche, decidió con todo el odio que se le género en su corazón, que no debía tener a ese bebe, que debería de abortarlo inmediatamente y de la manera que fuera, aun cuando Gonzalo se enterara de ello, porque no soportaba más esa vida y lo que podía venir después, fue hasta esa noche cuando Fátima comprendió el terror que debió sufrir Paola cuando vio a Julián furioso por haber sido tan imprudente y no haberse cuidado como debería.
Entonces Fátima dirigió sus manos hacia su vientre que ya se notaba naturalmente grande, conforme a la edad de su embarazo y le susurro, acariciándolo: Lo siento mucho. Pedro apareció discretamente en un extremo del sótano para escuchar las palabras de Fátima, pero sin que ella lo viera.
Todos tenemos derecho a vivir y tú también lo tienes pero... haz llegado en un momento muy inoportuno. Mama no puede tenerte, ni aquí ni ahora... Por eso es que no vas a nacer, por eso es que debo de...
Un montón de lágrimas comenzaron a caer con el silencio que se le genero a Fátima dentro de su garganta, luego de que sintiera como una pequeña punzada, proveniente desde el interior de su vientre, desde lo más profundo, le pinchaba las entrañas como si la estuvieran escuchando y le estuvieran respondiendo: Oye, aquí estoy, te estoy escuchando. Perdóname mama pero, tú no tienes derecho a elegir si es que debo o no vivir. ¿Que no se supondría que esa es una decisión que yo mismo debería de tomar? Ya estoy vivo, me gustaría que pudieras vermes, ya estoy latiendo dentro de ti. Te pido perdón si es que te estoy causando tanto daño pero es que, creo que toda mi vida, mi único pecado será haber nacido...
Y al instante, Fátima reventó en llanto y acaricio de nuevo su vientre y le pidió perdón a su bebe por pensar cosas tan horribles. Es verdad, yo no tengo derecho sobre esa decisión. Pensó de nuevo y alzo la vista, notando que a través de una pequeña rendija, se veía una pequeña entrada de luz de la luna y se imaginó escapando con su hijo o hija, corriendo lejos de esa casa de terror.
Pedro, lo siento mucho. Sé que matar a alguien y no hacer nada para evitarlo cuando se puede hacer algo, te convierte en el mismo asesino y, la verdad no me importa, yo voy a escapar de aquí así le hagan lo que sea que vayan a hacerle a quien deban hacérselo.
ylj%-

ESTÁS LEYENDO
Positivo.
Teen FictionPositivo. Ese fue el resultado de la prueba. Ser mujer no es fácil, se necesitan cojones para mirar la prueba y aceptar y resignarse a procrear el hijo de un hombre al que ya no se ama. Pero ser hombre tampoco es cosa sencilla, se necesitan mas cojo...