Julián no soportaba más el cargo de conciencia de tener que llegar todas las noches a su casa y ver el gesto arrugado de su esposa porque nunca estaban juntos, porque nunca comían juntos, porque no salían juntos, incluso porque ya había pasado mucho tiempo desde la última vez que hicieron el amor, solo llegaba a dormir cada tercer día, porque el resto de la semana, Julián estaba demasiado ocupado, "terminando unos pendientes con Fátima".
Sin embargo, una noche, después de terminar su juego de los amantes solitarios, en la comodidad de su despacho, Julián se levantó para tomar un poco de agua y, mientras bebía, Fátima se incorporó, solo con la sabana roja que le cubría el busto y que Julián le compro para ocasiones especiales como esa porque celebraban llevar dos meses amándose a escondidas.
Fátima se enrosco el cabello y encendió un cigarrillo para calmar la ansiedad mientras se dedicaba a mirar con desprecio a Julián cuando se arreglaba frente al espejo, con mucha delicadeza, como si fuera a tener su primera cita con su primera novia. Julián se percató de la mirada acechante de Fátima a través del espejo.
-¿Que ocurre, jamás habías visto a un hombre peinarse?
-Sí, he visto a muchos -contesto Fátima, aspirando un trago de humo del cigarrillo. -Es solo que me causa lastima verlos tan apresurados peinándose después de una noche de tanto coger. De hecho, solo los hombres casados se apresuran tanto para peinarse después de haberse acostado con una golfa.
-¿Porque me dices estas cosas? -Julián quería saber hacia dónde se dirigía Fátima con aquel reclamo.
-Sé que te casaste con Paola por amor, lo veo en tu mirada, estas preocupado, sabes que tu esposa no debe sospechar que te has acostado con otra mujer. Por eso te arreglas tanto. He visto a muchos como tú -continuo Fátima, al mismo tiempo que fumaba otro poco. -Al final de todo, por la mañana, su cargo de conciencia es tan grande que cuando ven a los ojos a su mujer, la abrazan y la besan como si no lo fuesen a volver a hacer jamás.
Julián se interesa en las palabras de Fátima. Ella nunca le había hablado de esa manera, por eso se le acerco lentamente, como si se tratara de una pieza invaluable de un prestigioso museo francés.
-Por curiosidad, ¿cuántos años llevan casados?
-Eso no te incumbe –Julián suele ser en ocasiones arrogante y muy mal educado.
-Cinco, seis... -trato de adivinar Fátima. -A juzgar por la manera en que me has hecho el amor, juraría que llevan por lo menos diez años casados.
-Te equivocas -corrigió Julián con una sonrisa. -En agosto cumplimos apenas nuestro primer aniversario.
-Imagino que debe ser una buena mujer. Tal vez mala en la cama, pero como mujer, muy buena.
-¿Cómo sabes todo esto?
-Soy una puta con un ojo muy atento. A esto me he dedicado durante años hasta que tú me sacaste del burdel. Aun extraño a mi amiga Rebeca -suspiro Fátima. -Es la chica con quien se acostó tu amigo, el médico -guardo silencio unos instantes hasta que el cigarrillo que se deshacía, le quemo los dedos y regreso a la charla. -Normalmente los hombres que me buscaban eran casados que solo pretendían olvidar los problemas de su casa y deseaban volver a sentir el calor de una vagina joven que calentara sus pitos insatisfechos.
-Pero mi esposa aun me satisface.
-Entonces ¿porque tu afán de coger conmigo?
Julián no supo que contestarle.
-Todos los hombres acuden a una mujer como yo por dos razones: porque sus esposas ya no los satisfacen, o porque los hombres siempre quieren más, y quieren seguir experimentando con otras vaginas. Nosotras en cambio somos más egoístas, solo queremos a un hombre para nosotras mismas. Nos basta con que uno solo sea quien nos valore y nos comprenda, porque toda mujer, incluso una puta como yo, es lo que desea. Así que te aconsejo que valores y comprendas a Paola. Apuesto a que es una buena mujer, aunque con un mal marido.
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Positivo.
Teen FictionPositivo. Ese fue el resultado de la prueba. Ser mujer no es fácil, se necesitan cojones para mirar la prueba y aceptar y resignarse a procrear el hijo de un hombre al que ya no se ama. Pero ser hombre tampoco es cosa sencilla, se necesitan mas cojo...