Capítulo 4

163 13 0
                                    

Lo que restaba del año paso rápido, cansada de las charlas, críticas y disputas entre por que estaba más con Vicky que con ellos. Por lo que termine dividiendo mi tiempo, ya que había intentado de unirlos, pero era imposible, por lo que pasaba unos días con ella y otros con ellos. Era agotador, pero todos eran felices y yo me evitaba el discurso y las preguntas de siempre.

Con Vicky teníamos uno de los mejores promedios, y pronto tuvimos respuesta de Harvard, a ambas nos habían aceptado. Saltábamos de la emoción.

Mis últimos días los pase con mis amigos, a ellos ya no los vería, a menos que hagamos nuestras vacaciones en Forks y siempre y cuando nos coincidan las fechas.

Era un hermoso día sol estábamos en nuestro prado, habíamos ido después de la graduación y por la noche haríamos una fogata en la playa. Irían todos. Hasta Vicky.

La fogata fue emotiva, hubo lágrimas y risas, llantos y sonrisas. Nos quedamos para ver el último amanecer juntos, pronto cada uno iría tomando rumbos diferentes.

Abrazaba a mi hermana y a mi amiga Alice –las quiero, sé que estuve distinta este año, pero las quiero. Quiero que lo recuerden siempre.- y nos abrazamos mas fuerte. Al tiempo se nos unió Jasper, Emmett y Edward. –me llevo en el corazón los mejores recuerdos de ustedes. Sé que me van ayudar a sobrevivir los años que este lejos de ustedes-. Y nos volvimos abrazar todos juntos.

Vicky hablaba con Jacob y Leah. Ella no tenía unas amistades como las que tenía yo, solo me tenía a mí, decía. Pero cuando me vio con mis amigos, solo me sonrió y siguió hablando. Agradecí que fuera tan comprensiva. Siempre aceptando mis tiempos con los demás, algo que a los otros le resultaba difícil.

Fue un amanecer mágico, hermoso lleno de colores vivos y calidos. Cuando el sol estuvo en lo alto, decidimos que ya era hora de regresar a nuestras casas a descansar.

Con Vicky habíamos decidido ir un mes antes del inicio de clases y así poder conocer un poco el lugar y no parecer tan nuevas. Nos despidieron todos en el aeropuerto.

Antes de abordar tomó mi mano. Me abrazó. Y me susurró en el oído.

-siempre te estaré esperando Bella. Hoy dejo mi timidez a un lado para abrir mi corazón en estos pocos minutos que me quedan, lamento no haberte dicho cuanto te amo antes. Pero tengo el presentimiento que te estoy perdiendo y eso me aterra.- me toma la cara y me mira a los ojos –sé que tú sientes lo mismo por mi, me lo dicen tus ojos, puedo oír el latido de tu corazón. Bella quédate conmigo, no te vayas.- lo mire y me sentí dudar. Mi corazón pedía a gritos que me quedara, que no me fuera y cuando estaba por cambiar el rumbo de mi vida, cuando estaba por decirle a Vicky que me quedaría, algo ocurrió... alguien tomo mi mano.

-Bella es hora de irnos- me dijo Victoria y me tiraba para deshacer el agarre que tenía Edward en mí.

-te esperaré no importa el tiempo. Si te pierdes mi amor te encontrará. Te amo.- y me dio un pequeño beso en los labios, al que yo respondí. Mi amor dormido por él me sucumbió como una ola en toda su potencia. Tenía los pies firmes al piso y mis labios pegados a los suyos. Victoria me despego a la fuerza de ese beso, mis otros amigos querían impedírselo, pero era inútil, por alguna razón ella se había vuelto mas fuerte que los demás mientras me arrastraba hasta el túnel para subir al avión vi la cara de mis amigos tratando de entender que es lo que pasaba y que es lo que había pasado, podía visualizar que hablaban, pero no podía escucharlos, no podía creer lo que había pasado. Edward enamorado de mí y yo de él, todos estos años con este hermoso amor en nuestros corazones y me lo decía ahora... cuando me iba.

No entendía nada, sentí en mi interior unas ganas enormes de correr hasta él y abrazarlo, quise zafarme del agarre de Vicky, pero me fue imposible; quise gritar, pero no encontré mi voz, comencé a asustarme, que pasaba conmigo y de pronto comencé a ver una neblina de colores y ya no pude ver, solo sentía como unos brazos me llevaban y a lo lejos pude escuchar como gritaban mi nombre con desesperación. Pero mi voz seguía sin salir, me sentía inmóvil, que me pasaba y de pronto hubo silencio y todo fue blanco.

La Solución está en tu Corazón - Finalizada -Donde viven las historias. Descúbrelo ahora